En sus orígenes humildes Alberto García fue un recortador de la provincia de Teruel que dejó para el recuerdo varios quiebros y unos cuantos premios en las vitrinas. Hoy en día su afán de superación le ha llevado a ser uno de los principales empresarios/apoderados de la escena taurina nacional e internacional. Con apenas 34 años predica con el ejemplo y tiene los pies en la tierra.

En una tauromaquia actual en la que la gran mayoría de los empresarios quieren llenarse los bolsillos a costa de los toreros y ganaderos de turno, en ocasiones sin repasar los mínimos y con impagos, que haya empresarios honrados es un punto a favor. Siempre que acaba una feria me encargo de hablar con la peña y aficionados del lugar, pues de Alberto García y Tauroemoción jamas me han dicho nada, de nada

Un torero a cuerpo limpio
que por afición se convirtió en empresario. Un amante de la variedad de encastes que da protagonismo al marginado en sus ferias. Alberto Garcia ha conseguido en 10 años lo que muy pocos llegan a conseguir en la vida. El turolense se está convirtiendo a base de empeño, trabajo, esfuerzo y afición en uno de los empresarios más potentes del mundo taurino. Sin tirar de hipocresía y con una sensatez impresionante, va construyendo poco a poco en sus ferias lo que anhela la tauromaquia, verdad, integridad y variedad.
Un empresario que cada día está ilusionando a más aficionados en sus ferias, apostando por la juventud y los valores más primigenios de la tauromaquia.
Una vida dedicada de una u otra forma al toro, por y para él. Sin tembrarle la mano denunció hace un año a la ganadería del Vellosino por el tan famoso afeitado de los 6 toros. Porque la trampa no entra dentro de su naturaleza. Hoy en día salen muchos empresarios taurinos, pero la gran mayoría son un fraude, otros unos «piratas» pero Alberto García lucha por algo que va más allá que el dinero, lucha por el sueño de levantar la tauromaquia y volverla a llevar a una edad de oro, del siglo XXI.
Probablemente tenga fallos, porque todo no es perfecto en el mundo del señor, pero las virtudes hacen que los errores en ocasiones pasen inadvertidos. Es necesario empresarios jóvenes que apuesten por la variedad en las plazas y las oportunidades a los toreros. Que den un paso al frente ante el encaste minoritario y el compromiso de las escuelas y los jóvenes aficionados. Alberto García ha lanzado la primera pelota, ¿Quién recogerá el guante de sus valores?