Llego la novillada de Saltillo para Algemesí, una de las novilladas más esperadas por los aficionados valencianos. Uno de los iconos del encaste minoritario, defraudo en la primera mitad, salvando los muebles con los dos novillos del final, pero sin llegar a tirar cohetes, con una presentación desigual, que creo el murmullo en los primero compases. La exigencia  fue una de las palabras más empleadas para describir la novillada.

Máxime Solera volvía a los ruedos después de su lesión, y sin estar recuperado totalmente, cosa que le pasó factura, de muy mala manera. El francés que no va sobrado de técnica, pero si de actitud, esta tarde no le acompaño. Con su primero estuvo voluntarioso, aunque el novillo tenía poco dentro, soso y escuálido, no dio el juego deseado. Con el bravo, Máxime solera dejó en evidencia sus defectos, que no son pocos, y se limitó a pegar mantazos, uno tras otro. Algunos franceses se empeñan en tener un torero «torista» y le perdonan todo. Con la espada un sainete, de los grandes. 3 avisos y el “gris” a los corrales, ante los pitos, abucheos e improperios de la grada.

Cristóbal Reyes vino con una actitud encomiable a participar en el certamen de Algemesí. Los cárdenos de Saltillo no le causaron pavor, ni nerviosismo, y tiro de repertorio y variedad con el capote, banderillas y muleta. Ante el primero, un toro incierto, pegajoso, no llegó el acople deseado  aunque tuvo momentos de verdad. Con el segundo, un toro que tuvo casta pero manseo, y se fue a toriles, el novillero estuvo en torero, sacando una faena para el aficionado, sin dejar adornos para la galería. Una faena meritoria de entrega, verdad y poder, controlando las bruscas embestidas del novillo de Saltillo, intentando templando, pero siempre con el pecho por delante y la muleta plana… con la panza. La espada le privo de pasear un apéndice.

Sebastián Fernández tuvo una gran inyección de moral ante un novillo de Cebada Gago. Su toreo a caballo por momento parecía de un rejoneador más experimentado, siempre aplicando los cánones, y despacio por momentos. Templo sobre la grupa, y cabalgo con garbo al quiebro. Buena colocación de los palos, pero no tuvo la misma efectividad con el rejón de castigo. Una vuelta al ruedo que pudo ser de puerta grande.

Algemesí (Valencia), sábado 21 de septiembre de 2019. Setmana de Bous. Un novillo de Cebada Gago, para rejones, lidiado en tercer lugar, de juego colaborador; y cuatro de Saltillo, exigentes y con complicaciones. Los novilleros Maxime Solera, silencio y pitos tras tres avisos; y Cristóbal Reyes, leves palmas y ovación con saludos; y el rejoneador Sebastián Fernández, vuelta al ruedo. Entrada: Casi lleno.

Por Raúl Muñoz

Foto Mateo