Toros de Juan Pedro Domecq, blandos, nobles, sin casta, sosos, pero de una bondad como para santificarlos.

Sebastián Castella: Ovacion y dos orejas.

Manzanares: Palmas y Dos orejas.

Roca Rey: Oreja y oreja.

Plaza: Lleno absoluto.

Conforme está montada la fiesta actual solo tenemos dos opciones, quedarnos con la rama Domecq y sea lo que Dios quiera o, por el contrario, tratar de buscar la casta en otras ganaderías pero, no nos engañemos, lo digo porque si se nos ocurre buscar el toro, jamás encontraremos un torero renombrado que quiera matar dicho toro. O sea que, si Dios no lo remedia, que no lo remediará, siempre veremos a los primeros espadas del escalafón frente al burro adormilado.

¿Como ha sido la corrida de hoy? Para los toreros, perfecta, en la que los diestros han estado a su altura. ¿Cómo era la altura? Eso ya es otro cantar. Los dos primeros toros eran inválidos, tontos hasta decir basta que, para mayor desdicha, la corrida no se ha picado en lo más mínimo. Han habido dos toros que tras el encuentro con el caballo no han sangrado en absoluto. En líneas generales, la tontuna de los animalitos es la que ha llevado a los diestros por el sendero del éxito. Convengamos y eso no me lo podrá negar nadie que estamos frente al medio toro, frente al espectáculo devaluado, por ende, fraudulento por completo. No es menos cierto que, el gentío todo eso lo aplaude, por ignorancia, claro está, pero se rompen las manos. Allá ellos si luego les duele.

Yo que he visto muchas veces a Castella triunfar en Madrid, por ejemplo, frente auténticos toros encastados y bravos, ahora, lógicamente, verle con estos animalitos no me produce emoción alguna y, el francés, en su segundo, ha estado perfecto. Tanto con el capote como con la muleta, si se me apura, diré que lo ha bordado porque es un torero muy elegante. Mientras su primero se le moría lentamente, en su segundo, con un poquito más de fuerzas y no se ha picado, el torito se le ha quedado en punto justo para que Sebastián luciera sus mejores galas como torero. Técnicamente diré que lo ha bordado. Claro que, la pregunta es siempre la misma. ¿A quién emocionó? Son faenas que valen en el instante pero tres minutos más tarde nadie recuerda nada de nada. Estoconazo y dos orejas. Viva Alicante, no puede ser de otro modo.

El primero de Manzanares era invalido total en que el alicantino quiso ponerse bonito pero el toro se le moría a poquitos. En su segundo, con un poquito más de aire para el novillote, Manzanares que había recibido a su antagonista con tres largas cambiadas, ha toreado a la verónica. con tres lances marca de la casa. Nadie pondrá en tela de juicio el arte del alicantino, pero todo el mundo le reprochará que sus actuaciones, más que corridas de toros, son puros entrenamientos de salón con los toros que lidia, él y sus compañeros de cartel. Hoy ha tenido pasajes bellisimos  marca de la casa. Ese animalito que ha lidiado en segundo lugar, como el resto de la corrida, era el toro perfecto para el triunfo total y Manzanares lo ha logrado. No es menos cierto que Manzanares sigue sin emocionarme; no porque sea mal torero, algo que no dirá nadie, pero sí porque con ese «material» es difícil emocionar na nadie, salvo que seas  partidario acérrimo por la causa manzanerista. Dos orejas y como sus compañeros ha salido en volandas. Lo del medio toro les viene que ni pintado a estos toreros artistas del momento. Si algún día, por error, Curro Díaz se encontrara con un becerrote de estas condiciones, acababa con Manzanares y sus secuaces, pero como eso no ocurrirá jamás, el de Alicante será el rey mientras que, el de Linares deberá de conformarse con el título de artista.

Hay que atribuirle a Roca Rey el llenazo absoluto en el día de hoy en Alicante. El chaval conecta con los graderios, sabe de la ignorancia de las gentes y les muestra esa cara «heroica» que muchos se lo tragan y el festival lo tenemos servido en cada tarde. Roca Rey no finge, actúa como en realidad es; tampoco tiene más, pero tiene tirón y conexión, valores importantísimos que le han llevado a ocupar un puesto como figura del toreo. Su toreo lo sabe todo el mundo, no necesitamos dibujar nada de lo que ha hecho. Esos arrimones cuando el toro está moribundo, la gente entra al «trapo» con una facilidad pasmosa. Y eso le lleva hasta éxito. Roca sabe de la ignorancia del gentío, por eso actùa como lo hace porque, en realidad, es un tipo muy listo. Roca Rey sabe, como lo puede saber cualquier aficionados que esos novillotes de Juan Pedro no le harán daño jamás a torero alguno y, muchos insensatos, al ver el arrimón, hasta se les eriza el vello. Es cierto que RR ha querido, como siempre, negarle su voluntad sería un acto infame. Lo suyo de andar y no parar. Si se pagara por la voluntad y los deseos, a Roca Rey habría que doblarle el sueldo. Eso sí, se pagara por las cuestiones artísticas, el peruano debería de pagar él para que le contrataran. Pero bueno, cada cual tiene sus virtudes y el chaval sabe explotar las suyas.

Hemos visto la fiesta del medio toro pero, como antes decía no tenemos más alternativa que tragarnos los que nos dan o, en su defecto, retirarnos como aficionados en señal de protesta. Que cada cual elija, no hay otra posibilidad. ¿Les parece bien que cerremos todos los ojos, nos hagamos los locos y que  la fiesta siga por estos derroteros? Igual ello sería la solución y nos ahorraríamos muchos disgustos.

Pla Ventura