Como quiera que la cultura no está reñida con las artes y viceversa, nos cabe el honor de rememorar en esta fecha el aniversario de un grande de la cultura del mundo, nada más y nada menos que el maestro Facundo Cabral, vilmente asesinado en la fecha referida, de ahí el aniversario que evocamos ante tan magno artista en todas sus facetas.

Seguramente los jóvenes de ahora apenas conocerán a este ser humano irrepetible pero que, invito a todo el mundo a que conozcan la obra de este hombre que, sin duda, en vida, cautivó a propios y extraños. Tenía el oficio de cantor, pero de lo que él presumía a diario no era otra cosa que su propia libertad; Cabral nos decía a diario que se sentía uno de los hombres más libres de este planeta. Y tenía razón.

Podría escribir miles de datos de este hombre del que me cupo la fortuna de su amistad pero, entresaco una de las frases más emblemáticas del maestro cuando, tras un concierto en el Lincoln Certer de Nueva York, se le acercó un periodista y le dijo:

“Maestro, usted debería de tener tanto éxito como Julio Iglesias dada su tremenda categoría como artista”

A lo que Facundo Cabral respondió:

“Julio Iglesias necesita más dinero que yo para vivir, por eso Dios le dotó de tanto éxito. Como quiera que yo necesito mucho menos dinero para vivir, por eso Dios me hizo más libre y la libertad no se compra con dinero”

Me cupo la fortuna de compartir momentos inolvidables junto al maestro, entre ellos, la tremenda satisfacción que sentí cuando actuó en Ibi, Alicante, la que fuera su última actuación en España después de tantos años. Venía el maestro de actuar, días antes, en el Madison Squard Garden de Nueva York y, pese a ello, su actuación junto a nosotros le cautivó; apenas éramos cuatrocientas personas en el teatro pero, nos supo a gloria a todos; tanto a él como a nosotros que, salimos del concierto llenos de gloria y amor.

Cabral nos sorprendió a todos al finalizar el concierto que, ahí están sus palabras, las que viven dentro de nuestro corazón cuando dijo:

“Le quiero agradecer al amigo Pla Ventura que ha puesto tanto fervor para que yo cantara por aquí que, como sabe, he cantado para él, sencillamente porque Pla sabe más cosas mías que yo, por tanto, si él sabe más de mí que yo mismo, todo lo mío le pertenece porque las cosas son del que las ama, por tanto, él es el dueño de todo lo mío”

Tras escuchar estas palabras uno tiene derecho a seguir creyendo en el amor para con el ser humano puesto que, un artista tan grande e irrepetible reparó en nuestro humilde ser, lo que dice todo de tan carismático personaje que cautivó al mundo por allí por donde anduviere.

Aquel 9 de julio mataron a Cabral, como antes lo hicieron con John Lenon, Lutero King y otros muchos seres humanos dotados de una inteligencia sobrenatural que, sin duda, opacaba al resto de los mortales, razón de su exterminio que, en el caso de Cabral, para mayor desdicha, fue asesinado por error puesto que buscaban un ajuste de cuentas para matar al que conducía el automóvil que llevaba a Cabral al aeropuerto de Guatemala. Y tras la balacera, mientras el conductor salía ileso del trance, Facundo Cabral recibió dieciocho balazos que segaron su vida en el acto.

Cabral, más que cantor era una fuente de sabiduría en todos los órdenes; un hombre para enmarcar porque de sus palabras solo manaba amor a raudales siendo, como era lógico y natural, un ente de concordia para todo el mundo. Por todo ello diría:

“Si los malos supieran qué buen negocio ser bueno, serían buenos aunque fuera por negocio”

“El que no está dispuesto a perderlo todo, no está preparado para ganar nada”

“Yo fui analfabeto hasta los catorce años, por eso cuando alguien me dice “no puedo” le digo, ¡no me jodas!

“Escapa de los que compran lo que no necesitan, con dinero que no tienen para agradar a gente que no merece la pena”

“Se llamaba Sara, la elegí como madre por la misma razón por la que Dios la eligió como hija; nunca pudo aprender nada porque cada vez que estaba por aprender, llegaba la felicidad y la distraía; nunca usó agenda porque hacía lo que amaba y eso, se lo recordaba el corazón; se dedicó solo a vivir y no le quedó tiempo para otra cosa”

Frases como las citadas podríamos enumerar muchísimas porque con las mismas llenó Facundo Cabral muchos libros por él narrados que, todos, sin distinción tenían el mismo denominador común: EL AMOR.

Ahora, por fin, para seguir inmortalizando al maestro se está rodando la película que hace honor a su vida, CAMINO DE LIBERTAD, rememorando al hombre más libre que ha existido por el mundo, un ser humano que, pese a su grandeza, se consideraba un vagabundo Flirt Class puesto que toda su vida la pasó por los hoteles del mundo y no fue nunca dueño de nada, sencillamente porque como siempre confesaba, le gustaba ir ligero de equipaje.

Yo quedé sorprendido muchas veces ante Cabral pero, el día que actuó para nosotros, tras el concierto, mientras cenábamos me dijo:

“Oye, Pla, ves esa mochila que me acompaña; ahí llevo todas mis pertenencias que tengo en el mundo”

Quedó clarísimo que Cabral era el puro desapego hacia lo humano porque, pese a todo se sentía el más rico del mundo porque sus amigos siempre le agasajaban con lo mejor, razón por la que nada le faltaba y por la que nacía su propia libertad.

Paco Puig, un artista alicantino, conmovido por el arte de Facundo Cabral nos regaló este lienzo admirable del maestro.

Pla Ventura