El taurinisimo distrito del Rimac, estaba sediento de toreo. Un día especial porque se levantaba el telón de la feria en la plaza con más solera de América.
Los exteriores de la plaza llenos de color y sobretodo con mucha mucha gente joven, aguardaban el inicio del paseíllo. A las 3.30 en punto con un lleno en los tendidos se dio inicio a la tarde con un minuto de silencio, el himno nacional y un espectáculo a cargo de la Marina de Guerra del Perú.
Joaquín Galdos. Fue hoy el arma secreta de la tarde, qué templado, con qué empaque con qué torería y sentimiento toreo Galdós en su Lima querida. En su primero dio muestras de su disposición dando tandas de calidad por el derecho y estando poderoso y torero con el izquierdo,corta una oreja, negándole  la segunda , a pesar de la fuerte petición de la plaza. Con su segundo confirmó de lo que está hecho Galdós, un torero clásico con arte y torería que supo templar a su sexto con tandas ligadas por ambos pitones, con detalles y desplantes que pusieron al público de pié mas de una vez. Con fulminantes estocadas, el arma secreta del Perú se rebeló a un Emperador y a un Rey y le dio a la afición limeña un ídolo más.
Andrés Roca Rey.  Grande en su plaza. En su primero, supo darle su lidia al cornupeta y logró calentar a la plaza con su valor y su temple, Andrés supo ligar por la derecha el mejor pitón de su primero, una vez más el peruano logró que sus paisanos se enamoraran de su torero y una estocada entera hizo que se le pida las dos orejas, que quedó en una por decisión acertada del presidente. En su segundo, las armas de Roca nuevamente se expusieron a eso le sumamos el handicap del gas pimienta que cayó a las afueras del coso limeño por una manifestación antitaurina. Andrés pinchó y perdió la oreja que le hubiera dado la puerta grande.
Enrique Ponce, Torero de Lima. No tuvo suerte con su lote. En su primero, ya el maestro fue haciendo toro como es costumbre en él; logró que las últimas tandas sean ligadas y sentidas por la afición limeña. En su segundo, un soso sin fuerzas,  no transmitió lo que la afición necesitaba para vibrar con los oles así que está vez el maestro tuvo que conformarse con el cariño limeño.
Hoy un Príncipe se reveló a un emperador y a un Rey y reclamó el sitio que en su tierra merece.
WILLIAM BALLENA