En 1920, D.Juan Contreras vende su ganadería ( que provenía directa de Murube, que el seleccionó y refinó, dando lugar al encaste Contreras) en dos lotes, el más grande para D.Juan Sanchez y el otro más pequeño para sus sobrinos los hermanos Ildefonso y Fernando Sanchez Rico, en 1929 Fernando vende su parte a Jerónimo Díaz  Alonso ( quien también había adquirido un lote de vacas de  D.Vicente Martinez) D.Jerónimo no duda en echarle sementales de Contreras a las de Martinez resultando un cruce magnífico.
Esta ganadería la adquiere en 1939  Manuel González » Machaquito» quien ya poseía más reses de Contreras, y es en 1957 cuando el famoso empresario, D. Baltasar Ibán Valdés compra esta ganadería junto con la finca, variando el hierro por el suyo tradicional, la consagración de los Contreras de D. Baltasar se produce en el San Isidro de 1969, cuando dos figuras como Paco Camino y el Viti, le cortaron dos y tres orejas  respectivamente a los Ibanes.
Pero el final de los puros Contreras de Ibán estaba cerca, en la década de los 70 del siglo XX, empezó la dictadura de la báscula y la tablilla, junto a la intransigencia de las autoridades de la corrida ( veterinarios y presidentes) en los reconocimientos, con lo cual acabaron con muchos encastes bravos de verdad: Contrera, Coquilla, Graciliano, Pedrajas, Vega Villar, etc, todos de pocos kilos y tamaño, pero con mucha bravura.
D. Baltasar para atajar el problema de los reconocimientos y la inquina de las críticas ( de la prensa y aficionados fans del toro mastodonte) adquirió junto a Antonio Arribas gran parte de la ganadería de M@ Antonia Fonseca ( puro Juan Pedro Domecq- Mora Figueroa) eligiendo los sementales Sonajero y Peleón junto con un lote de vacas ( línea Guateles) para cruzarlos con los Contreras – Martinez  originales.
En 1975 empieza a lidiar los productos del nuevo cruce ( Contreras+ Domecq) dando generalmente unos resultados magníficos, demostrando una vez más la astucia e inteligencia que poseía ( para todo tipo de negocios) D. Baltasar Ibán, aunque no disfrutó mucho de su nuevo proyecto, pues falleció en 1976, legando todos sus bienes a los jesuitas, aunque de la ganadería se encargó su sobrino, D.José Luis Moratiel Ibán, los éxitos no paran y los Ibanes ( considerados ya encaste propio : Contreras+ Domecq) cogen fama de bravos, encastados y peligrosos, lo que entusiasma a los aficionados, pero no a las figuras y demás fauna del planeta taurino, que los marginan vergonzosamente, a raíz de la mítica tarde del 7 de junio de 1994 , cuando salió al ruedo de las ventas Bastonito, incomprensiblemente protestado de salida por gran parte del público,  porque pesaba 501 kgs, después se vió una faena emocionante en grado sumo del diestro Cesar Rincón, que cortó una merecida oreja, pero Bastonito uno de los toros más bravo, fiero y con motor de la historia taurina, ganó la pelea y le dieron una merecida vuelta al ruedo ( muchos indultos de hoy al recordar a este extraordinario toro BRAVO, son de risa) .
A la muerte de José Luis Moratiel Ibán, seguida de la de la viuda de D. Baltasar, los sobrinos compraron la ganadería el hierro y la finca ( el mítico cortijo Wellington) a los jesuitas, formándose una sociedad con Cristina Moratiel ( sobrina nieta de D.Baltasar Ibán) al frente y Domingo González como competente  mayoral, en 2004 la ganadería   pasa a anunciarse Baltasar Ibán.
Siempre abriendo líneas para evitar la consanguinidad, el cruce de Contreras con Domecq, ha funcionado estupendamente desde mediados los setenta hasta ahora, cuando se  están refrescando con sementales de Pedraza de Yeltes (Domecq- Fonseca- Aldeanueva).
Esperemos que la ganadería de Baltasar Ibán siga derrochando: bravura, fiereza y emoción, durante mucho tiempo.

 

Por Rafael Falcon