Desde 1987 la ganadería de Castillejo de Huebra es un referente en el campo bravo. Los Murubes de María José Sánchez Majeroni se han instaurado poco a poco dentro del circuito taurino de las corridas, cambiando el actual signo del encaste, dentro de las corridas de rejones.

Con las ideas claras, crea un tipo de toro con personalidad, dando mucha importancia a la suerte de varas, “El tercio de varas no debe quitarse jamás, es la primera medida para valorar si un toro es bravo, o no. Hay que fijarse como pelea el animal en el caballo, desde su galope hasta como coloca la cara”. Algo necesario para el futuro de la bravura en una ganadería, el nivel de exigencia en el caballo.

Apostando por el toro bravo, sabiendo que necesita sus “pupilos” para emocionar al tendido, “yo busco que galope el toro queriendo coger la muleta por abajo” esa es la verdadera embestida brava y codiciosa que necesita los toros para dar triunfos, y conquistar aficionados.

Ante un circuito monopolizado por “cuatro toreros y cuatro ganaderías” la ganadera charra seguirá luchando por conquistar poco a poco las ferias taurinas, donde algunos empresarios tengan a bien incluirla. Siempre tirando de coraje, con los argumentos en su mano, y la conciencia tranquila de un trabajo bien hecho.

Con una camada grande, con 75 toros para 2020, muy rematados, de bonitas hechuras, la temporada se presenta favorable para dar un golpe encima la mesa y cosechar los codiciados triunfos. Mucho sacrificio hay detrás del trabajo de un ganadero, que en ocasiones es juzgado duramente, sin miramientos.

El encaste Murube está adquiriendo mucha importancia, cada vez poco a poco, vuelve a conquistar las ferias del toreo a pie, como ya lo fuera en los años 80. De la mano de Castillejo de Huebra tenemos una de las ganaderías que auguran un esperanzador futuro al encaste Murube.

Por Juanje Herrero

Fotografía Jorge Delgado