En 1960, D.José Cebada Gago compró la parte que le tocó por herencia (tras dividirse la del conde de la Maza)  a Cristina de la Maza y Falcó, en 1964 tras el fallecimiento de D. José, pasó a sus herederos, eliminaron todo el ganado para a continuación rehacer la ganadería con reses de Carlos Nuñez, Jandilla y Torrestrella, anunciándose Herederos de D.José Cebada Gago.

Pero es a finales de los ochenta y sobre todo en la década de los noventa del siglo XX, cuando empieza a destacar en el panorama ganadero de lidia, D. Salvador Garcia Cebada, fué muy amigo de otro gran ganadero D.Alvaro Domecq y Díez y como este, está por méritos propios entre los mejores ganaderos de toros de lidia.
En su finca La Zorrera ( Medina Sidonia) D. Salvador creó un tipo de toro muy peculiar, de poca caja ( su peso ideal ronda los 500 kilos e incluso menos) fino de cabos y agresivos de pitones, abundando los astifinos, por sus varias procedencias ( Nuñez, Jandilla y Torrestrella) los Cebadas tienen una amplia gama de pelajes, que van desde el colorao hasta el ensabanado, pasando por el sardo, salinero, burraco, franciscano, etc, etc.

Cebadas célebres por su bravura hay muchos, destacando entre otros: Pregonero, Comedia, Castillerito o Lagarto.
En los Cebada Gago se dá la verdadera esencia del toro de lidia, con ejemplares bien hechos, sin exageraciones de tamaño o kilos ( incluso han renunciado a ir a plazas importantes del circuito, por no sacar al toro de tipo) en cambio están bien armados y con una seriedad y arrogancia que llenan cualquier plaza, incluía Pamplona, donde desde hace muchos años es una de las ganaderías preferidas, pero sí por algo destacan los Cebadas, es por esa palabra mágica, BRAVURA. Es una de las ganaderías favoritas de los aficionados, por su motor y carbón, que combinados con mínimas dosis de nobleza, dan como resultado el toro ideal.

El venerado D. Salvador  Garcia Cebada, falleció en mayo de 2012, pasando la ganadería a sus hijos  Salvador y José, que junto al magnífico mayoral Manuel Flor, siguen las directrices que han encumbrado a la ganadería de Cebada Gago, en lo más alto de la cabaña brava, con la casta y el picante como emblemas.

 

Por Rafael falcon