Jesús Enrique Colombo explosionó como novillero en su presentación en Las Ventas en 2017. A partir de su paso y su triunfo por Madrid se recorrería todas las ferias de novillero hasta convertirse en líder del escalafón y triunfador de los novilleros de ese año. Llegaría su alternativa en América y no en Zaragoza como estaba previsto por caer herido unos días antes en Valencia. Volvería a Madrid en 2018 a confirmar en pleno San Isidro y al día siguiente frente a un toro en la Corrida de las Seis Naciones donde dio una vuelta al ruedo. De aquí a allí ha pasado un año y unos meses pero al venezolano se le ha hecho muy largo este tiempo. América ha sido su salvación para coger rodaje y ahora vuelve a Las Ventas el próximo 12 de octubre con toros de Valdefresno junto a Eugenio de Mora y Gonzalo Caballero.

Te impresionabas cuando has entrado de nuevo a Las Ventas, es una plaza que conoces bien.
El sueño es el mismo, desde que vine por primera vez a Madrid mi sueño era triunfar y ahora mi objetivo del 12 lo sigue siendo y más aún por lo que he pasado aquí. Después de tardes tan importantes volver a ella merece un respeto especial para mí y lo que quiero es que salga como aquella vez de novillero cuando la conquisté, ahora me toca ganarme de nuevo el respeto.

Nadie conocía a Colombo cuando llegaste aquí, tampoco hace mucho, pero Madrid te lo ha dado todo en esos comienzos.
Literalmente todo, cuando vine no tenía nada y a partir de ahí me volví el líder del escalafón. Fue un año muy bonito que terminó con esa cornada que me impidió tomar la alternativa en Zaragoza y ahí todo mermó un poco. Después llegó la confirmación y no fue el año más bonito que cualquier matador quisiera, pude dar una vuelta al ruedo pero no es el triunfo que buscaba. Este año no estuve en San Isidro y ahora llega el 12 de octubre del que espero salir reforzado con un triunfo importante y que mi nombre vuelva a sonar para estar en todas las ferias que es lo que quiero y creo que poco a poco me he merecido. De novillero me llevé todos los premios importantes y ahora toca hacerlo como matador de toros.

¿Qué crees que le diste a la afición de Madrid para conectar con ella desde el primer minuto?
Yo creo que ser uno mismo, esa es la clave de todo. Hay que diferenciarse y tener una personalidad marcada para enganchar. Cada cual tiene algo para destacar y por eso es importante ser uno mismo, siempre seguiré fiel a mi concepto y a mi manera de ser.

Personalidad creo que es lo que ofreciste. Muchos jóvenes marcan su estilo y su toreo con el paso de los años pero Colombo fue llegar y marcar la tauromaquia que  entiende.
Muchos aficionados no se lo esperaban, fue de un momento a otro, fue arrollador y a mí mismo me sorprendía que fuera de feria en feria triunfando. Tuve un nivel alto para resolver en esas plazas tan importantes y ahora es otra etapa, eso ya pasó y tengo la capacidad para conseguir eso mismo como matador. Esto es una carrera muy larga, es muy poco a poco, muchos toreros tardan años en poder subir al tren y yo espero y deseo que esa racha sea corta para mí. El 12 de octubre tiene que marcar un antes y un después.

El año pasado toreaste 17 festejos como matador, este año se reduce a 4-5 festejos aquí en España. ¿Sabes tener paciencia?
No, no sé tener paciencia pero es lo que me ha tocado. Hay que estar tranquilo porque sino llegan los agobios, tienes problemas contigo mismo y es un conflicto entre tu cabeza y tú, es algo complicado. Toca buscar la manera de evadirte de tantos pensamientos que se te pasan por la cabeza, lo que tienes que tratar es de no aburrirse. Yo tengo una afición inmensa y creo mucho en mí. He toreado bastante en América y eso me ha mantenido con la moral alta, estoy feliz. Con este parón también he aprendido muchas cosas, cuando han venido las cosas he sabido aprovecharlas y ahora cuando tenga ese hueco creo que también lo haré. Tengo las ganas, la juventud y la raza suficiente para poder funcionar.

Tampoco es un parón total, el pasado año, tu primero como matador, entre España y América llegaste a casi una treintena de festejos, este año llegarás a la veintena. ¿Lo consideras mal balance?
Yo soy muy exigente y aspiro a cosas grandes. Estar en América ha sido algo importante pero busco estar en las grandes ferias porque sé que soy capaz de dar la cara y triunfar, siempre tiene uno esa duda pero todo llega. Tengo 21 años y espero que siga mi afición y todo saliendo como va. Espero que ese camino que me ha tocado conduzca a salir en hombros de Madrid que es con lo que sueño.

La fecha del 12 de octubre llega a final de temporada, no te va a permitir coger una tarde la semana siguiente porque ya acabamos temporada pero puede valer mucho para pasar un invierno ilusionante y que tu nombre suene para las primeras ferias del 2020.
Es una fecha que es personal, ya pasó todo, tengo mucho que ganar y aunque no haya ferias en España una tarde importante me puede permitir torear en América y a principios de temporada poder estar colocado, es lo que tiene el 12 de octubre. Sé que mi motivación es gigante.

Madrid es generoso con los toreros que se entregan y también puede valer para una presencia clara en San Isidro.
Sí, es fundamental aunque aspiro a que las cosas salgan tan bien que en vez de una tarde sean dos o tres y más en esta plaza que es la que me ha dado todo. Madrid siempre ha sido mi plaza favorita porque es en la que más he sido yo mismo. La afición es exigente y merece la pena jugarse la pena aquí para darle todo a esta afición.

¿Has toreado algo de Valdefresno?
No, estos días previos iré al campo pero nunca he matado nada de este hierro.

¿Y con los compañeros de cartel has coincidido en alguna otra plaza?
Sí, con los dos. Con Gonzalo estuve en la Escuela de Madrid cuando empecé y en Venezuela toreamos juntos en un encuentro de escuelas taurinas. Con el maestro Eugenio de Mora he toreado un festival con él.

¿Qué titulares quieres leer el día 13?
Que vuelve Colombo. Vuelve Colombo porque he sentido por momentos que he estado olvidado y quiero que ese día quede claro que vuelvo y con más fuerza que nunca. Vuelvo para quedarme, tengo la suficiente capacidad para estar dando la cara en importantes carteles.