Jornada de toreros, jóvenes matadores. Todos promesas. Diferentes conceptos, misma ilusión. He perdido la cuenta de cuántos días llevamos de confinamiento. Qué más da. Poco variará la situación. Lo que persiste insolente es nuestro propósito, llevando cada día a personas diversas. En la noche de ayer, se anunciaron nuevos en esta plaza Juan Ortega y Román Collado. También estaba anunciado David Galván. Sin embargo, los caprichos informáticos nos la jugaron.

 

Intervino en primer lugar -cambio hoy con lo de abrir plaza- Juan Ortega. Excelso gusto de este torero tanto dentro como fuera del ruedo. Ingeniero agrónomo de profesión, aunque torero ante todo. Sevillano de cuna y muy ligado a Jaén. Habló de la grandeza del toreo, con gusto en cada uno de los detalles. De la sequia en algunas temporadas, y de la ilusión y perseverancia nunca desistida. Y cómo las dificultades se disipan, cuando se alcanza, o se roza, la gloria. Todo ello, siguiendo los consejos que en su fecha le dio José Luis Moreno, tales como el objetivo es torear; triunfar, el resultado. Y esa fecha llegó el Día de la Paloma en Las Ventas. Crujió Madrid con Ortega y un toro de Valdefresno. A partir de esa fecha, algo mejor ha funcionado. Apoderado por Pepe Luis Vargas y Roberto Piles. Auténtica la forma de establecer el apoderamiento con el primero. Tras una charla de café, salió espontánea la propuesta de Juan de ofrecerle ser su apoderado. No conozco de primera mano muchos acuerdos de apoderamiento, aunque dudo que otros tengan tanta autenticidad. Apoderado incipiente y torero emergente. También hubo lugar para el humor. Así fue cuando nos relató cómo tuvieron él y sus compañeros la época de universitarios un becerro en un piso de Córdoba.

 

Le siguió Román, torero valenciano, aunque de ancestros y educación franceses. Quizá uno de los toreros más carismáticos del escalafón, sino el que más. Además, solidario, así lo demuestra su campaña para captar fondos en beneficio de hospitales valencianos. Tras una trayectoria fulgurante como novillero y una alternativa de lujo, en las temporadas 2015 y 2016 apenas se vistió de luces. Sin embargo, los designios del señor son inescrutables. En la temporada del 2017, tras varios festejos con poca fortuna, otro 15 de agosto le devolvió la ilusión. Dos orejas en Las Ventas con la corrida de “Joselito”. Y eso que toreó infiltrado y sin taco en las manos. Arrolló. Y una semana después, una oreja en Bilbao con Miura. Precisamente, es partidario de esa variedad de encastes, el toro bravo embiste, con independencia del encaste. Ha matado casi de todo. Y también ha triunfado con casi todo. Y cómo no, se abordó la fatídica tarde de Madrid en la corrida de Baltasar Ibán. El tributo de ser torero.

 

Como he dicho, los caprichos de los duendes electrónicos interrumpieron la entrevista de Galván. Sin embargo, esta noche estará con nosotros, junto a Nicolás Fraile y Aurora Algarra. Los esperamos en Instagram a las 21:30.