En el transcurso de otro día de encierro doméstico, con el propósito de vencer a esta maldita pandemia, desde torosdelidia.es os acompañamos a todos ustedes. En la noche de ayer, quisimos mirar al futuro de la Fiesta. En la dureza de estos días, qué mejor que mirar al futuro con esperanza e ilusión. Eso nos transmitieron los cinco protagonistas de ayer. Cinco jóvenes ganaderos sabedores de portar un legado incalculable en su valor: mantener y transmitir la bravura del toro. Por ello, ayer platicamos con Santi Domecq, de Santiago Domecq; Daniel Aragón, de Flor de Jara; Toño Boyano, de Hermanos Boyano; Guillermo López, de Herederos del Conde de la Corte; y Francisco Blázquez, de Caña Hermosa.

Rompió plaza el primogénito de Santiago Domecq, de homónimo nombre. Sin duda, un testimonio de gran valor, por la altura y afición del ganadero y el extraordinario momento de la vacada. Familia de garrochistas y amantes del toro y el caballo, como no podría ser de otra forma. Nos habló de la tradición ganadera en la familia. De la búsqueda de la bravura y la casta, sin olvidarse de la clase. Por esta razón, siempre se les ha reconocido como el depósito de la casta de los Domecq. El ganadero recordó la importancia que, para el hierro familiar, ha tenido Francia, donde se ha relanzado el hierro. No quiso olvidarse de los grandes toros que han dado protagonismo a este hierro. Reconoció y relató su faceta como torero práctico, y no escondió momentos más comprometidos durante el desarrollo de esta afición.

Continuó el transcurso del coloquio, el representante del encaste de Santa Coloma, Daniel Aragón, hijo de Carlos Aragón Cancela, matador de toros. Tras la partición de la herencia de Joaquín Buendía, adquirieron el hierro de Bucaré -ahora Flor de Jara-, el lote más numeroso. Desde hace siete años, gran parte del peso del día a día de la ganadería lo lleva Daniel. Con tan solo dieciocho años, empezó a hacer los lotes de vacas. Casi nada. Reivindicó el concepto de bravura y, en particular, el encaste de Santa Coloma, del que está enamorado. Se mostró pesimista ante la escasa variedad ganadera en las principales ferias. Encuentra la explicación en el escaso conocimiento de los diferentes encastes. Defendió la casta y la importancia en la embestida, aunque confesó emocionarse con la clase de algunos Santa Coloma.

Llegado el ecuador del coloquio, correspondió el turno a Toño Boyano, en representación de la ganadería de Hermanos Boyano de Paz, una de las pocas en tierras zamoranas. Familia de ganaderos de manso, que decidieron dar el paso al bravo. Al fundador, padre de nuestro protagonista, siempre le cautivó Aldeanueva. Por ello, adquirieron un lote de vacas de Pedraza de Yeltes. Y a partir de ahí, comenzó la andadura de esta joven ganadería. El mismo Toño fue novillero. Por tanto, conoce al toro desde ambas perspectivas. Su historia en la andadura ganadera tomó vuelo con un novillo en Ciudad Rodrigo. Las extraordinarias virtudes del novillo sirvieron para que la ganadería se colocara en el mapa. De momento tienen compromiso en provincias, esperando recibir la oportunidad necesario. Esperemos que se pronto.

En cuarto lugar, participó en el coloquio un gran romántico. Soñador. Con menos de treinta años se ha propuesto recuperar el ilustre hierro familiar: el del Conde de la Corte. Labor ardua que, no me cabe la menor duda, será exitosa. Consciente de la importancia de esta ganadería en la historia del campo bravo, echa de menos un mayor apoyo del sector. Recordaba especialmente cómo José Tomás mató una corrida del hierro en Pamplona. Otros tiempos. Para mí, muchos mejores. Busca un toro bravo en los tres tercios, bravo en el caballo y en la muleta. Franco y con tranco en banderillas. Su prototipo: “Nochetriste”, lidiado en Madrid en 1991. No había nacido por aquel entonces, lo cual dice más a su favor. Un hombre soñador, pero no iluso. Consciente de las dificultades de la ganadería, como entrar en el circuito sin perder el tipo de la casta. Sin embargo, la grandeza de la hazaña merece todo esfuerzo.

En quinto y último lugar, participo en el coloquio Francisco Javier Blazquez, joven ganadero de Caña Hermosa, encaste puro de Vega Villar, Vía Justo Nieto y Barcial. Desde pequeño sonó con formar una ganadería con este encaste y desde 2015 se ha hecho realidad. La mala cobertura nos privó de ahondar más en los comienzos de una ganadería que en un futuro dará mucho que hablar. Aunque tuvimos muchos parones, el ganadero  confesó que su próximo sueño es ir a Francia y lidiar sus camadas allí.

Por Francisco Díaz