Un día especial fue ayer, martes 24 de marzo. En otra jornada más de confinamiento, desde el Instagram de  torosdelidia.es volvimos a acompañarlos. Les damos las gracias, una vez más. Nuestro propósito no es otro que el intentar soliviantar a todos ustedes estas jornadas tan desasosegadas para la Nación. Y ayer pudimos hacerlo en compañía de tres mujeres. Muchas no tienen el protagonismo suficiente. No es menos cierto que el toro no distingue de sexos. Sin embargo, ayer contamos con la presencia de tres mujeres excepcionales: dos ganaderas, Ana Mayoral y Macarena Gallego, e Inma Vílchez, artista aunque le pese.

 

Rompió la tarde Ana Mayoral que, como el avezado lector habrá deducido, es una de las tres representantes de Toros de Pablo Mayoral. Junto a dos de sus hermanas, Mara y Mercedes, gestionan la ganadería de un tiempo a esta parte. Nuestra protagonista tuvo un taurino incluso el nacimiento. Un de 9 de julio del 78, lidiaba Pablo Mayoral, su padre, en Las Ventas. En el tercer toro, le dieron la feliz noticia. Solo le faltó nacer en la plaza.  Defensora a ultranza del encaste Santa Coloma y del legado de su padre. En la búsqueda incesante del toro con clase, ritmo y humillación, no pierde la referencia de la especial transmisión de este encaste. Para esta temporada, una vez hayamos superado la crisis sanitaria y humana, tiene prevista la lidia de varias novilladas sin y con picadores. A diferencia del año anterior, no hay corrida de toros, aunque podría ir algún desafío o concurso, puesto que tiene 8 toros en el campo. Recuerda con cariño los habituales en sus tentaderos, especialmente, a Roca Rey. Impactada por la dimensión que ofreció el peruano con tan solo quince años. Coincide el maestro Campuzano.

 

La siguió Macarena Gallego, ganadera de Ojailén. En el breve lapso que pudimos disfrutar de su compañía, nos introduje en las líneas maestras de su proyecto. Parece incluso difícil amalgamar la sangre de Domecq y de Veragua, aunque sea por separado. En la gestión del primer encaste, rechazan todo lo jabonera. Así, ningún mal pensado cree que le han metido alguna otra cosa. Sin embargo, las inclemencias temporales nos impidieron seguir con la normalidad el transcurso de la conversación.

 

Y cerrando la terna, llegó el turno de Inma Vílchez. De Andújar, donde descansa Nuestra Señora de la Cabeza, patrona de los monteros. Allá donde se encuentra el cerro de los héroes. Maestra de profesión y taurina de emoción, de corazón y de alma. Tanto es así que con sus letras pega naturales al viento. Interpelada sobre el amor, respondió que todas sus letras versan sobre el amor: el amor al toro y la tauromaquia. Y añado yo: y al mundo rural en todas sus manifestaciones. Durante poco más de una hora, repasó cronológicamente su carrera, habló de sensaciones y emociones. Se sinceró con su recuerdo artístico más aciago: los versos dramáticos sobre el infortunio de Iván Fandiño. Aún así, tuvo el coraje de narrar la historia de esta letra y honrarnos con su interpretación. Quizá fuera más correcto referirse como recitación. Porque Inma Vílchez no canta ni es cantante, es mucho más.

Se sinceró también con sus comienzos y, según ella dice, escasos conocimientos musicales. ¡Qué más quisiera yo! Vinculada a la sevillana por rociera y andujareña. Así dio acordes a sus versos. Comenzó escribiendo breves letras sobre el toro y el torero. Nunca se imaginó convertirse en el referente musical de quienes toreamos al viento sin darnos cuenta. Muchas veces al son de su música. Y de ese modo, en esa vorágine loca que se convirtieron sus comienzos, llegó De taurinas maneras. A ella no le gusta por la precipitación de los hechos. A mí, sí. De otra forma se gestó cambio de tercio, y nos demostró que sé ser más taurino que el albero. Y ahora está centrada en el que dice que será su último trabajo: suerte suprema. No habrá nombre mejor. Si con este disco, acaba, será con la suerte suprema como toro entrega su vida definitivamente. Aunque esperemos que nos siga deleitando con más canciones. Un disco que tendrá canciones a toreros como el maestro Padilla, Pepe Moral, Morenito entre otros y que podría ver la luz en septiembre.

De la persona, qué decir de Inma. Que es persona humilde y sincera. Tan sincera que todo nace de su corazón. Tan humilde que rehúye de la palabra artista, pese a que sabemos todos que lo es. No deja de estar abrumada por la cantidad ingente de seguidores que tiene. Reconoce que incluso, en la playa, la han sacado del agua para pedirle una foto. Y hablando de mares, allá en las Américas también la esperan con deseo e impaciencia. Una bonita gira, por Perú, Colombia y México. Solo depende de Dios que pueda ir lo más pronto posible. No le costó admitir que también ha habido momentos de debilidad. Sin ser nadie del toro, ha defendido como nadie al toro. Los censores y liberticidas de nuestra era no se lo perdonan. ¿Cómo una mujer joven puede defender un arte tan rancio? Con cuitas antitaurinas, siempre digo lo mismo: agua que no vayas a beber, déjala correr. De muchas más cosas nos habló Vílchez, y por miedo a dejar alguna, no voy a seguir. Quiero recordar en mi fuero interno cada detalle de la entrevista. Muchas gracias, Inma, por todo: por lo de ayer y por tu música.

 

Tras el coloquio de ayer, desde torosdelidia.es seguiremos con nuestros directos de Instagram. Hoy el futuro de la Fiesta: Juan Ortega, Román y David Galván. No se lo pierdan, tampoco hay mucha otra cosa que hacer. Ya tendremos tiempo de tomar las calles y los bares.

 

Por Francisco Díaz.