Un aproximado de 13,000 personas se dieron cita en el embudo de Insurgentes para disfrutar de un cartel que se antojaba interesante en el papel y que sin ser decepcionante, no ha llegado a los extremos que muchos aspiraban.
Un encierro bien presentado de la ganadería de La Joya que tuvo diferentes matices, siendo en general toros bravos al caballo y nobles en la lidia, faltando en algunos momentos ese punto de casta que hace que la emoción de un toro bravo cale en los tendidos
Diego Silveti hoy tenía un compromiso grande y en su primero salió convencido de mostrarlo al público. Tuvo momentos interesantes en los que esa morosidad con la que lidia a sus enemigos cuando le saltan los duendes, sale de manifiesto. Pero las fuentes también se secan cuando no hay suficiente fuerza en la salida del agua. Por alto, emocionó por momentos haciéndonos recordar a sus antecesores, si embargo todo habría de quedar ahí. Y es que esperaba la gente a Diego, pero de detalles no podemos vivir, necesitamos verlo romper y lleva ya varias tardes en el mismo tenor.
Su segundo paso casi desapercibido. No hubo acoplamiento, el toro se vino a menos, falto de fuerza y no hubo flujo. Se secó esa fuente y el agua se evaporó .
Regaló un séptimo que perteneció a la ganadería de Xajay, soso.
Y es que nadie regala un toro para sentarse en el estribo a verlo pasar. Las ganas, la voluntad, los deseos, estaban ahí, pero, hay un pero. Que ya lo habíamos visto en el primero, y es que no hay variedad a pesar de tanta diferencia de las condiciones de los toros. Pareciera que vas a tener permanencia voluntaria. Sí, decisión pero y luego?. Estamos hablando del heredero de una de las dinastías mas grandes de nuestro país. Es un Silveti, y tendríamos que verlo en ese tenor. El público la agradeció, pero definitivamente tiene una gran deuda con ellos.
Andrés Roca Rey es sin duda un gran torero y triunfador de Europa, sin  embargo México tiene sus gustos y son muy delicados.
Roca quiere ser rey y mandar en tierras mexicas y así lo puso en la mesa desde abrirse de capa. Siempre  manifestando su gran capacidad y su ambición de convertirse en el mandón, hace las cosas esperando la reacción febril en los asientos de las plazas y en su primer enemigo un toro noble que había peleado y que le permitió mantenerse en esos terrenos en donde las fibras se estremecen. Sus capacidades y valor se exteriorizan y esos ceñidos restregos que los toros provocan al rozar sensualmente sus piernas, son sin duda lo que lo han convertido en un imán de taquilla en otros países. Y es que sin duda se queda quieto, pareciera que sus plantas tienen raíces que le impiden desprenderse de esos cimientos y dramatizan cualquier momento de la faena, pero tras una media estocada recibiendo tuvo que descabellar y ahí se terminó el idilio.
Su segundo un  toro que desarrolló cierto sentido y no tenía ese recorrido de algunos de sus hermanos, no le resultó propicio para lucir y jugarse la vida como condenado a muerte tal cual lo hemos visto en las plazas más importantes de España.
Trás la insistencia del público regaló un toro de La Joya que fue verdaderamente de ensueño. Un ápice de casta y hubiese sido de órdago. Es que su hocico rozaba suavemente la arena y por un momento en que el torero le perdió un tiempo al muletazo fue prendido aparatosamente, lo cual por obvias razones dio un giro a la actuación y fue Andrés como un niño emberrinchado quien trató de darle esa vuelta a la tarde. -Pero se está usted equivocando de plaza señor Roca- . Parecía desesperado, necesitaba arrancar las orejas del toro mismo que poseía una nobleza y un recorrido extraordinario y que descolocó al peruano que comenzó a perderse del objetivo. Es que el toro parecía aquel chiquillo que embiste con un par de pitones a los novilleros en una clase de salón. Andrés conmovió pero no emocionó. No hubo romance, y es que cuando las cosas no son, aunque se forcen. Sus desplantes molestaron a la afición que terminó abucheando al torero que necesitaba imperiosamente encontrar eco en el público, que fue lo que menos.
La pregunta es, Porqué Roca Rey está anunciado en el aniversario de la Plaza México si nunca ha cortado una oreja en ella?, si no hemos visto a ese tigre que se juega la vida a bocanadas contra sus enemigos?.
Luis David Adame fue protestado durante la lidia de su primer toro. Volvemos al punto en el que un torero siempre sale a convertirse en figura y Luis está intentando las cosas en cada paso, sin embargo hay una cierta molestia en los espectadores, que lo recibieron con ciertos bemoles en las blancas teclas.
Pero tenía que cortar las orejas, justificar su inclusión en este cartel y mostrar que no es sólo el hermano de Joselito, sino un matador con grandes capacidades y posibilidades de llegar lejos.
Se le vio un poco precipitado y sin entender las distancias del toro que poco colaboró en un quite bastante atropellado por zapopinas que definitivamente no le fueron agradecidas.
Y al iniciar su faena de muleta fue prendido de forma aparatosa al no alcanzar a cambiar el viaje del toro en un péndulo. Esto cambió el estado de ánimo en las gradas quienes empezaron a tomar en cuenta lo que pudo explotar, ya que el de la Joya tenía recorrido, temple y nobleza y había que aguantar esas embestidas pausadas, cosa que titubeante consiguió y que magnetizaron a los presentes que le jalearon esa falsetsa por soleá aguantando el compás para rematar el tercio. Y es que esa pachorra embestida permitió el alarde del hidrocálido quien después de una buena estocada fue ovacionado al grado de exigirse una merecida oreja.
El próximo domingo serán Juan Pablo Sánchez, Arturo Saldívar y el hispano Ginés Marín quienes se las vean con 6 toros de Fernando de la Mora.
Por Alexa Castillo