• Los encastes minoritarios siempre tienen un punto de aliciente para todos los aficionados, son encastes que hay que defenderlos, y apostar por ellos.

El día que David de Miranda tomó la alternativa en su Huelva natal, en la provincia entera se despertó un murmullo colectivo, y se fue extendiendo pueblo tras pueblo, desde la costa a los montes. La ilusión de ese murmullo se fue haciendo realidad, había nacido un bueno torero, que tenía al mundo taurino expectante y era de Huelva, concretamente de “Trigueros”.  Un pueblo donde la bravura la marca Cuadri, y ahora,  la torería David.

En un Mundo cambiante e imprevisible, a este joven torero le tocó regar con sangre el albero, un percance que dejó una conmoción entre los aficionados, y se esperaba lo peor. En la tauromaquia, en ese baile eterno entre la vida y la muerte, en ocasiones se paga con sangre tan osado atrevimiento, rindiendo culto y pleitesía al Rey de la fiesta. Pero los toreros están hechos de otra pasta y el de Trigueros no iba a ser menos, “Un percance tan largo para recuperarse, se pasa mal, hay altibajos, la cabeza no para de dar vueltas, se pasan momentos amargos pero siempre con la mente y esperanza puesta en volver a torear en seguir adelante y tener una reaparición bonita” y añade “soy de la opinión de sacar siempre lo positivo de las cosas, y siempre tenía la mente puesta en volver a torear como objetivo principal”.

Cuando la mentes la dedicas al toreo cada minuto de tu vida, en ocasiones algunos pocos elegidos pueden disfrutar de sus mieles, de sus recompensas, de sus tesoros, solo son una ínfima parte de todo el escalafón los que alguna vez consiguen recibir parte de lo que dan. Otro se pasa la vida buscando algo, que por desgracia nunca llega. David se presentó en Madrid  y dos horas más tarde era sacado en volandas y pasaba a formar parte de la historia de la plaza venteña, historia viva de la tauromaquia. Trabajo, constancia y porque no decirlo un poquito de suerte, que siempre viene bien, y que se posiciona de lado de unos pocos elegidos. En unos días Azpeitia será jurado y verdugo de su toreo, y los Ana Romero sus contrincantes “Los encastes minoritarios siempre tienen un punto de aliciente para todos los aficionados, son encastes que hay que defenderlos, y apostar por ellos. Este año si dios quiere mataremos algunas del encaste Santa Coloma, todos los toreros deberíamos poner nuestro granito de arena con estos encastes”.

Azpeitia y su comandante Joxin Iriarte, con ese toque de sensibilidad, siempre han apostado por la juventud en su feria, continuamente dando cabida a los más jóvenes, y en el caso de David de Miranda le contactaron mucho antes de su triunfo en Madrid, una cosa por la que Azpeitia es diferente, y el torero está agradecido “Para mi Azpeitia es muy importante, es una de las ferias consolidadas del Norte, les estoy muy agradecido por mi presencia en su feria, incluso antes del triunfo de Madrid, eso dice mucho de la afición de una feria tan contrastada y de tanta categoría que cuente con chavales jóvenes y que ayude a sacar a tantos toreros adelantes, toreros jóvenes. Ojalá puede agradecérselo como a mí más me gusta que es con la muleta y la espada”.

Una temporada en la que David de Miranda ha inundado de frescura, valor y torería las ferias del circuito, donde poco a poco, ira madurando como el buen vino, con el paso del tiempo, de las ferias y de las corridas. “El año que viene espero estar más maduro, ganar en oficio y seguir creciendo como torero, gracias a Madrid, podre torear y voy aprovechar para ir mejorando cada día”. Una temporada completa, donde pondrá todo por reivindicar un triunfo, y volver a repetirlo, de momento después de Azpeitia, me queda Huelva, Alfaro, Málaga, Antequera, Cuenca, Albacete”.

Primera parada Azpeitia,  la feria con la llave del Norte, para cautivar con su valor seco y su toreo profundo a los aficionados más exigentes y poder entrar la temporada que viene en las grandes ferias de la región. Después a continuar camino en su tierra y a seguir creciendo e impregnando de frescura y valor los cosos de la geografía española, soñando con volver a salir por la puerta de la Calle de Alcalá, si se da la casualidad, en la feria de Otoño.

Por Juanje Herrero

Foto Andrew Moore