Por Paco Cañamero

Del barco torero en el que navegaba desde hace varios años. De ese barco que le llevó a ser un novillero esperanzador gracias a la enorme calidad que atesora, con un poso y elegancia innata que le abrió el corazón de los aficionados. Esa fue su gran baza, en su contra jugó la frialdad tan propia de los toreros castellanos, pero a la que tantas tardes se sobrepuso, incluso en Sevilla donde vibraron con su buen toreo, la última vez en las novilladas posteriores a la Feria de Abril.

Sin embargo, por las causas que sean, David no lo acabó de ver y tras un intenso mes de septiembre con novilladas en las principales ferias de ese circuito menor ha decidido apearse de la navegación torera. Bajarse en la puerto de la tranquilidad y emprender su vida por otros derroteros. Incluso antes de sus últimos compromisos, ya tenía tomada la decisión, consciente por encima de todo y eso lo quiere dejar claro que ha tenido oportunidad, trato de favor y un apoderado –el torero Leandro- que ha velado por todos los pasos de su carrera con mimo y sacrificio. Se va y lo hace con la misma categoría que salía a las plaza, con idéntica dignidad, de una manera elegante y sin que le pese el traje de luces. Se va con agradecimiento al mundo del toreo y a cuantos le han ayudado. Se apea en este puerto sabiendo que en 2019 ya tenía en firme volver a Sevilla y Madrid, además de otras dos novillada en Francia –Garlín y otra-, algo que es un lujo para cualquier chaval. Pero él ya tenía claro que su paso por el toreo era un recuerdo.

Se va el torero –del que quedará su legado en magníficas fotos que son el espejo de su exquisitez- y queda el hombre. Queda David Salvador, un chaval educado, inquieto y con todo el mundo por delante para triunfar. Dice adiós, pero su sentimiento torero quedará prendido en el alma de quien disfrutó con su esencia.

 

NOTA DE DAVID SALVADOR EN SU RETIRADA—-

Pongo fin a mi carrera como novillero con caballos, una decisión meditada y definitiva. 

Agradecer a mi familia, apoderados, amigos y ganaderos toda la ayuda desinteresada, que me han echo vivir una etapa de mi vida de la cual me siento un privilegiado y orgulloso de haber podido vivirla.

A todo el toreo en general por inculcarme unos valores que siempre he seguido en la profesión, intentado dignificar siempre el toreo y el traje de torear.

Gracias a todos.

David Salvador, Salamanca 12/12/2018