Tarde de matices invernales se vivió en la plaza México en que se lidiaron astados bien presentados de la ganadería de Caparica, bravos y encantados. Lo que se dice una verdadera corrida de toros

Jerónimo hoy salió a mostrarle al público que el toreo mexicano es tan profundo y hondo que puede volcar una plaza entera con un solo muletazo.
Y es que a su primero que mostraba complicaciones le estructuró una faena de mucho pundonor y torería que malogró lamentablemente pero había de llegar el cuarto y es que hay muchos tipos de madera. El roble y el nogal son sin duda muy cotizadas pero sin duda el maple cuando se talla consigue el mejor sonido. El sonido que es él címbalo más fino y que sale de las manos de un torero que nos muestra que la hondura, la largueza y la profundidad están presentes cuando un mexicano se viste la taleguilla. Y es que ese toreo tan pausado, en que puede pasar una eternidad y que estremece el alma, con la que el diestro muestra su verdad, es el que nos remonta en la historia. Desde Ponciano se marcó una gran diferencia de los toreros mexicanos con los hispanos. Y es eso lo que está tarde pudimos disfrutar. Es que por el lado derecho el toro tuvo calidad y estuvo aprovechada al 200% por Jero. Temple, esencia, salero, compás y perfección. Todo en un torero, que sin duda ha dado la nota de una tarde halagüeña. Que sin duda es el preludio de una gran temporada para Jerónimo. Ha cortado una oreja de peso!

Juan Pablo Llaguno tuvo una gran tarde. Mostrando sus cualidades y capacidades. Y es que la corrida no fue fácil. La bravura pesa cuando no se tienen los recursos y las posibilidades. Desde niño apuntaba, pero hoy reafirmó lo que ya muchos sabíamos. Sufrió una aparatosa cogida de la que se paró sin siquiera voltearse a ver la ropa para continuar su labor. Sumamente meritoria y de gran valía.

Un torero por los cuatro costados!
Lamentablemente el acero no ayudó y perdió un merecido trofeo.
Con su segundo anduvo en el mismo tenor. Afinando y colocando la voz para dar el do de pecho. Pero desafinó en la última nota y su labor fue únicamente aplaudida.

Antonio Lomelín, confirmaba alternativa. Hijo de un torero muy importante en nuestro país y que llevaba su mismo nombre, no pudo llegar a los alcances de su afamado padre. Lamentablemente mostró su falta de oficio. Ha toreado poco el último año y lo acusó.
En el toro de la confirmación tuvo pequeños apuntes. Trazos con la fina pluma de un ganso.

En su segundo toro manifestó por momentos una auténtica calidad seguramente heredada sin embargo sus toros estuvieron por encima de él por momentos.

La próxima semana serán de Arroyo Zarco los astados a lidiar por los diestros Ignacio Garibay, José Garrido y Diego Sánchez quien confirmará alternativa.

Por Alexa Castillo

Fotografia Mundo Toca