Nos hacemos eco de la entrevista y cambio de opiniones  que tuvo el diario » EL ESPAÑOL» con Chistian Canano y Jose Luis Madrigal, donde salieron a la luz todo tipo de afirmaciones de los submundos de nuestra bien amada tauromaquia.

¿Para qué vamos a quedar? –pregunta el novillero.

Para rajarte las tripas –le contesta el empresario taurino de Villamanta.

 Es la supuesta amenaza telefónica  de José Luis Madrigal, empresario taurino, a Christian Canano, novillero con caballos de Salamanca, que ha denunciado en Twitter el chantaje al que están siendo sometidos los aspirantes fuera de las primeras ferias: o pagas o no toreas. Este martes, han abierto tres chavales la Feria de San Isidro. Detrás de los focos es diferente.

–Voy a ir preso, no sabes con quién estás hablando. Llevo un cuchillo en el coche, cuando te vea te voy a rajar.

“José Luis Madrigal era novillero. Es el mismo tipo que asaltó la finca de Adolfo Rodríguez Montesinos. Lo detuvo la policía por hacer la noche[torear ilegalmente]. Llevaba yendo todo el invierno. Con su empresa monta festejos en Santo Domingo de la Calzada, Villamanta, Aldea del Fresno, Belorado, Calzada y Carranza”, explica Canano. La mayoría son localidades de la provincia de Madrid.

Le corto el cuello a tu familia. Voy a contratar a un colombiano y te voy a meter bajo tierra, gilipollas. La cárcel me la paso por el forro de los cojones –se escucha decir en la grabación de la conversación telefónica con Madrigal cuando Canano avisa que lo denunciará por amenazas–.

 ¿Qué dicen tus padres de esto? “No lo saben. Claro que no. En el momento en el que se enteren me van a decir que me dedique a estudiar. Están ya quemados por todo lo que me ha pasado. No les hace gracia ni que toree ni que esté relacionado con este tipo de gentuza, responde el joven de 23 años.
 El mozo de espadas de Christian Canano se puso en contacto con Talavera Taurina S.L., la empresa en la que el único socio declarado es José Luis Madrigal, para torear en Villamanta, siempre según el novillero. “Era de este personaje. Si lo hubiéramos sabido no llamamos”. Les pidió dinero para entrar en el cartel. “Nos exigieron 1.500 euros más los gastos de las cuadrillas”. El convenio fija un salario mínimo para torear una novillada en una plaza de tercera o cuarta categoría que oscila desde los 5.600 a los 4.500 euros. “Madrigal exigía además que le firmara un recibí como si él me hubiese pagado el dinero que me pedía por torear. No lo aceptamos”, aclara Canano.

Según su experiencia, la mayoría de empresas que organizan novilladas en pueblos actúan de la misma forma. “El 90% o el 95% nos piden dinero para torear. He sido el único que lo ha denunciado públicamente”.

El silencio señala a sus compañeros. Este chantaje está alimentado por los que sí aceptan pagar por torear. Los carteles siguen saliendo. “Es muy habitual, ocurre en las novilladas sin picar y con picadores. Menos en la zona del norte, que es donde más pagan, en el resto sí pasa”. A veces no es pagar. “También te obligan a vender entradas. Y si no, tienes que poner el dinero que falte de las entradas que no has vendido”. Canano menciona a este diario los nombres de dos novilleros populares –uno de ellos está anunciado esta temporada en todas las plazas importantes– que pagan. Prefiere no hacerlos públicos.

El asunto con el empresario José Luis Madrigal no es el único al que ha tenido que hacer frente Canano, según relata el propio novillero. “El viernes pasado el juzgado de Salamanca falló a mi favor. José Luis Ruiz Azañedo, mi antiguo apoderado, me quitó el dinero de las novilladas que había toreado. Unos 6.000 euros. Lo han condenado a ocho meses de prisión, a devolverme el dinero y a pagar las costas del juicio. Es un pirata. Es increíble. Esto es una estafa”, se queja el aspirante a matador.

En Mijas también fue protagonista de un suceso lamentable. “Estando anunciado, el empresario me dijo que no me pagaba los mínimos.Fui a torear acompañado del abogado de la Unión de Toreros. Nos pegaron a los dos”. Íñigo Fraile, el letrado de la Unión, confirma lo sucedido. “Me pidió que lo acompañara a la novillada. El empresario no le iba a pagar. Y se negó estando allí. Un grupo de gente, incluidos unos banderilleros, nos amenazaron y agredieron. Acabamos en las urgencias del hospital de Fuengirola”. Los dos testigos que tenían se echaron para atrás en el juicio. “Los tuvo que comprar el empresario. No es normal. Uno dijo que no se acordaba y la otra que tenía un defecto en la vista del 60% y no vio nada. Fue descarado.Lo absolvieron por falta de pruebas”.

José Luis Madrigal desmiente a este diario que le haya pedido dinero por torear en Villamanta a Christian Canano. “Eso es incierto”, comenta agitado al otro lado del teléfono. Y carga contra el novillero. “No lo pondría ni pagando. Es un gilipollas”, le insulta y le amenaza, “le voy a pegar un par de hostias en cuanto lo vea. Apúntalo, apúntalo”. ¿Lo amenazó telefónicamente? “Me da igual. No sé si eso son amenazas. Cuando te tocan los cojones las cosas se solucionan así. ¿Tú eres un hombre, no?”.

Respecto al asunto de Villamanta insiste en que no han hablado. “Primero, porque quieren un novillero puntero por pliego. Segundo, porque ya tengo puesto otros dos compromisos. ¡Es absurdo que diga lo que ha dicho! Y ahora viene mandándome periodistas”, señala enfadado.

Madrigal confirma que su empresa es Talavera Taurina S.L. Y que da toros en los pueblos señalados anteriormente. “Él habla de dignidad cuando ha toreado más de 20 novilladas pagando por todos lados”, vuelve a la carga. “Ahora ya no le ponen el dinero y está rabioso. Ha ido por ahí reventando los pueblos. Si hemos toreado juntos pagando en Pantoja de la Sagra. Lo digo: he pagado por torear yo también, así está el toreo, es lo que hay. Lo que tiene que hacer es dejarse de borracheras, entrenar y estar preparado. Que deje de ir a Almonte a enseñar el carnet. Cuando lo vea le voy a pegar dos galletas. Nos vamos a tener que matar”.

Una historia que dara mucho de hablar dentro del mundo taurino, lamentable la vida que ha tenido que llevar este novillero y muchos otros donde los empresarios de turno les esperan con las mano abiertas para llenarse sus bolsillos.