Antonio Borrero Morano “Chamaco” tuvo personalidad y valor que nadie  negó. Hijo de minero, sindicalista republicano, su humilde familia vivía en el barrio del matadero de Huelva y saltando a sus corraletas empezó su contacto “taurino”. Preparando pollos de pelea, con “El Segaó”, y haciendo “mandaos” en una pastelería, sintió como una llamada  mística y se lanzó en busca de dinero y fama. El año 54, con 19 años, fue el de su lanzamiento y toreó 24 tardes en Barcelona. Era tan popular como Kubala. Debutó pagándose viajes, hotel, sueldos de cuadrilla…y Balañá le cobró 30.000 pesetas por coste de novillos y gastos generales. Terminó el festejo y devolvió el empresario la fianza más 14.000 pesetas. En pocos días pasaron sus  contratos de 25 a 50.000  y en junio el caché de Chamaco era de 100.000 pesetas.

“Chamaco”, se fue en el 67 con 8 cornadas muy graves y 26 de las otras, toreó en Barcelona 171 tardes. Salió a hombros de 53 cosos, toreó 27 fechas en Zaragoza, 11 en Pamplona y Valencia, 8 en Sevilla, 7 en Madrid…y alternó  24 tardes con Camino, 72 con Ostos,  64 con Ordóñez, 19 con El Viti, 15 con Bienvenida, 52 con Peralta…Mató 360 corridas, 200 novilladas y 50 festivales. Fue algo más  que  el del “pase del fusil” que le hizo popular.

Con “Chamaco” no hubieran inventado entelequias, de espíritu inquisitorial, los tartufos para abolir el toreo que vivía Barcelona y contagiaba los cosos catalanes. Estos cobardes nacionalistas de campanario, excluyentes, tramoyistas y xenófobos neuróticos no tienen “collons” contra  el “correbus” por ser popular. Están sumidos con La Patum de Berga, la rumba catalana, el canto de la Sibila y el castell de 4 de 10 amb folre i manilles…¡Patrimonios culturales! Han perdido el “seny”. Con el enano déspota  que torturó, sojuzgó y fusiló… ni mu. Mansos.

Borrero multiplicó novilladas, disminuían las corridas y andaban las figuras molestas y celosas por torear menos. Pisó las Ventas en el 58, por 500.000 pelas tras 2 años de alternativa: “No hay billetes”. Acató que no caía bien en Madrid y que la crítica puntera nunca asumió que se encumbrara sin pasar por “la cátedra”. A los dos días de aparecer tenía un disco de pasodobles: “Chamaco, torero”, “Chamaco el primero”…¡Y curioso! Se lee en la carátula: “En preparación, Manolete, Aparicio, Belmonte, Ortega, Joselito, Bienvenida…”. ¡Figurones históricos del toreo!

Antonio dijo que para su toreo de “lanzamiento” le hacían falta corazones de repuesto…que no tenía. “Cambié de estilo por las cornadas pues llegué a creer que me mataría un toro. Me entregaba y jugaba la vida pero el corazón no admitió más revolcones. Me pasé al toreo clásico, más cómodo y menos peligroso, pero en ese apartado había toreros de gran calidad. No quise pasar de  mandón a que te manden y me fui a casa. Era muy sensible y con públicos muy agresivos  me desplomaba pues necesitaba ambiente y toro a favor”.

Fenómeno es la persona que sobresale en su profesión. Algo extra, sorprendente…Litri y Chamaco fueron fenómenos con indiscutible personalidad. De los más populares del toreo. La emoción y lo inesperado tapaba sus defectos. Nada era imaginable o estándar y sus faenas desparejas abarcaban un colectivo más oval aunque se considere elitista disentir de lo que “la gente” aplaude. Los dos tuvieron ganaderías de bravo sin éxitos comparables a su faceta torera.

Acaba de pedir Joselito en Málaga: “ Menos técnica y más pasión”.

En la imagen, Antonio Borrero Chamaco, como dice el autor del ensayo, irrepetible .

Pedro Marí Azofra.