Para cerrar el ciclo de nocturnas, antes de la final, se lidió una novillada de Castillejo de Huebra – José Manuel Sánchez. Los murubes, de buena presencia y gran trapío, ofrecieron un variado juego a los novilleros Cristian Pérez (obispo y oro), Cristóbal Reyes (grana y oro) que se presentaba en la plaza y Dorian Canton (marino y oro). De nuevo, siguiendo con la tónica de la temporada, los puyazos fueron casi mortales exceptuando las dos varas del sexto que son probablemente las mejores que hemos visto de la temporada, puestas por Rafael Agudo.

El albaceteño Cristian Pérez firmó lo mejor de la tarde con un lote bastante complicado al que exprimió al máximo. Con su primero, un toro zaino que se dejó pegar en varas y mantuvo peligro en la muleta, aunque se le podían sacar buenos muletazos, estuvo en novillero. Demostró actitud y oficio, aún quedándose a veces fuera de sitio. Silencio para él y palmas para el novillo.

Su segundo, zaino con nombre muy bello: «Soberbio» se llamaba, fue un novillo algo más entero en la muleta ya que no fue pegado casi en varas. Revoltoso y mirón durante toda la faena, no dio opciones más que al final. Cristian estuvo bien, intentándolo pero sin sacar nada en blanco, mada más que unos buenos doblones al principio le sirvieron oara cosechar otro silencio. División de opiniones para el novillo.

Cristóbal Reyes tuvo buen lote y lo aprovechó poco. Su primero fue zaino también, un novillo con genio, una chispa de casta pero mansote al que le pudo haber hecho faena. Dió un sainete en banderillas, que puso él, llegando a clavar una en la mismísima panza del novillo que hizo más daño que los puyazos, o se hacen bien las cosas o no se hacen… En la faena ni estuvo ni se le esperó, después de lo que hizo en banderillas, sin fijar al toro y dejándolo escapar en cada pase donde veía las tablas. Consiguió que lo cogiera y se lo echara al lomo, pero ni con esas. Palmas para ambos.

Salió a matar su segundo novillo que fue un castaño listón bocidorado, bravo, con casta y al que se podía sacar una buena faena si manejabas lo revoltoso que era. Estuvo sin estar y alargando la faena una barbaridad llegando a ponerse pesado y con la gente en contra, acabando con el animal con una puñalada en la pata y atravesada, teniendo que descabellar. Silencio para ambos.

Y finalmente el galo Dorian Canton, que dejó los mejores detalles de la novillada. Su primer animal fue negro zaino y de comportamiento encastado y poderoso con el novillero, al que ganó la pelea durante toda la faena. Pese a ello Canton estuvo voluntarioso, valiente y dispuesto, intentando corregir cómo se revolvía el novillo y su aspereza, aunque sin conseguir nada. Estocada rinconera tras cinco pinchazos y silencio para ambos.

El sexto, segundo de su lote, fue sin duda el mejor de los seis novillos. Desde el apartado venía caliente, arrancándose a todo. Era alto y delgado, pero con hechuras de murube, y de comportamiento encastado, repetidor y humillando. Supo aprovecharlo Dorian que estuvo brillante por momentos, dando grandes pases por la derecha y algún buen natural, aunque se pasó de rosca y terminó con el toro encogido por lo que falló con los aceros y perdió el trofeo. Ovación al novillo y saluda en el tercio el novillero.

Fue anunciado también por la cuenta de Twitter oficial de la plaza el cartel de la final, el cual creo totalmente injusto. Mano a mano entre Rafael González y Tomás Rufo con reses de El Cortijillo y Lozano Hnos. Qué hubiera costado meter ahí a uno de los novilleros más destacados del certamen como fue El Chorlo o a Emilio Silvera, que también se lo hubiera merecido con el marrón que se comió con la de José Cruz. Injusto una vez más. Pero ya poco se puede hacer, sólo queda esperar a ver qué nos depara la suerte le jueves que viene.

Por Quesillo