Dos orejas para Macías y el indulto para Cartagena.

2018-02-12T19:52:02+01:0012 febrero, 2018|Cronicas|
Ante una floja entrada en el coso de Insurgentes se llevó acabo lo que fue la última corrida de la temporada grande 2017-2018.
Se lidiaron cuatro astados de la ganadería de las Huertas, Propiedad de Rodrigo Barroso  bien presentados en términos generales y de un juego desigual pero con el común denominador de esta temporada, la falta de casta. Así también se jugaron dos para rejones de la ganadería de Reyes Huerta uno de los cuales recibió un excedido arrastre lento y su hermano, el indulto, «Copo de nieve» pasará a la historia como el primer Toro de rejones que se indulta en la plaza México.
El caballero en plaza Andy Cartagena, tuvo  algunas dificultades a lidiar a su primero, que al sentir el castigo del primer rejón, se quedó ciertamente parado y esto limitó la actuación del de Alicante ya que el toro comenzó a  arrear y a defenderse, tocando en varias ocasiones las cabalgaduras, cosa que molestó a cierto sector de los aficionados. Con una lidia muy clásica y apenas un par de suertes cambiando la embestida del toro,  pasó en blanco escuchando silencio tras repetidas fallas con el acero.
En su segundo todo cambiaría rotundamente, ya que salió un encastado toro de la ganadería de Reyes Huerta que desde tocar la arena anunciaba su calidad y fue lidiado de una inteligente forma por el español. Tras un primer rejón perfectamente colocado,  el toro fue a más y aquí es donde la intuición y conocimiento de Andy, lo sacaron a flote convirtiéndolo en triunfador ya que de haber pegado ese segundo rejón, seguramente las cosas hubieran tomado otro curso. Algo que hemos anotado desde que el rejoneador benidormí llegó a México, es el temple. Le ha encontrado la distancia al toro mexicano de una manera extraordinaria y que pocas veces vemos. Cómo si una fina tela de seda  quisiera arrullar al viento así era en las colas de los caballos con las astas del Copo de Nieve. Cambiando de pistas llevó a su enemigo por casi dos vueltas completas al ruedo, dominando y mostrando sus capacidades ecuestres. Sus ayudas y toques son casi imperceptibles para nuestros ojos pues la sinergia que tiene con sus caballos es espléndida. Esto al lado del carisma y actitud, siempre es de agradecerse. El público se volcó con Andy que hizo las delicias en el ruedo de la plaza con el famoso Humano, caballo menorquino que impresiona siempre al respetable por la impecable forma de la realización de su suerte, una elevada sostenida caminando sobre el posterior, muy valorada en las exhibiciones de aires elevados. El toro con un extraordinario recorrido, bravura y codicia atajó a los caballos hasta el final, y aunque la calidad era mucha, también es el hecho de que el toro jamás le tiró una cornada, por lo que yo me atrevería a juzgar el porqué del indulto. Finalmente éste fue otorgado y Cartagena dio la vuelta al ruedo al lado del ganadero Pepe Huerta.
Arturo Macías venía en una tarde de mucho compromiso, este hombre que durante años fue uno de los toreros consentidos de la afición de la México había tenido un desencierro con su plaza por algunas temporadas. Se jugaba la carta mas importante de su vida, quizá su carrera entera. Con su primero fue midiendo poco a poco las embestidas inciertas del de Las Huertas que quería huir y al que a base de ir sobando fue metiendo en la muleta para poder destapar su jugada. Con un pasmo y paciencia se fue haciendo de él logrando arrancarle prácticamente los pases de uno en uno y después ligándolos pues aprovechó esa falta del bravura del ejemplar para cerca de las tablas poder hilvanar los muletazos y conseguir la definición de una faena en redondo. Por el lado izquierdo el toro no colaboró en lo mas mínimo pues además de su falta de bravura, había un peligro inminente así que se tornó en una faena por el lado derecho en que el público se entregó reconociendo la madurez en la que se encuentra el de Aguascalientes. Mató de un estupendo volapié que le valió el merecido corte de una oreja.  Su segundo toro complicado y que afinaba en la misma tesitura que el anterior, salió a mostrarnos que todo esto que le ha precedido en un año de contrastes y matices, es hoy una esperanza de que aquí hay otro torero más, otro que tiene la suficiente capacidad para volver a ponerse en los cuernos de la luna. Con una serenidad que acaricia estructuró una faena templada, con una calidad que nos mostró esa gama tan amplia  de recursos que tiene para ocupar un sitio importante. La gente en los tendidos estaba gratamente sorprendida por el cambio tan grande que se le vio a Macías, quien en otros años se mostraba arrebatado con la desesperación de conseguir el triunfo a como diera lugar, sin dejar jamás de de ser un torero sumamente responsable. Pero esta tarde todo fue distinto, nos regaló momentos de fina calma que dieron otro sabor al postre. Y de miel será el sabor que la afición y el torero se llevaron. Una faena larga que degustamos a placer y que culminó con una estocada que no permitió que doblara, siendo requerido un golpe de descabello asertivo que le otorgó tras un aviso, una oreja, con lo cuál salió en hombros acompañado por el rejoneador hasta las puertas de su hotel. Su novena salida a hombros de nuestra amada plaza.
Leo Valadez bailó con la mas fea. Verdaderamente frustrante es para un hombre que se juega la vida no poder mostrar a los tendidos quién es y porqué está acartelado. Muy animoso con el capote y tratando de agradar en todo momento logró conmover por momentos a los aficionados que hoy iban a apoyar a los diestros y a cerrar con broche de oro la segunda temporada grande bajo la administración de Sordo-Bailleres quienes están probando nuevas fórmulas para que la fiesta recupere su estatus en la sociedad mexicana. Volviendo a Leo, ante un toro que volteaba contrario y buscaba refugiarse en tablas no sin dejar de agredir violentamente en el momento que se sentía acorralado, no hubo fórmula alguna para resolver la ecuación y fueron algunos aplausos tibios los que se escucharon por ahí.  El que cerró plaza,  temporada y quizá el ciclo de 72 años del que hasta hoy es el coso más grande del mundo, fue un toro que rayó en los malos modos de sus hermanos pero aunado a ésto, parecía estar lastimado de la mano derecha ya que estuvo mas tiempo echado en la arena por las constantes caídas, que embistiendo a su lidiador. Una pena que no pudimos ver a Leo, que es un torero atractivo en el Viejo Continente y que aquí ha empezado a sembrar, pero que sin agua, ni tierra, no pudo cosechar ayer un triunfo.
Se acabó la temporada. Estaremos pendientes de los avisos que haga la empresa en próximos días, ya que se dicen muchas cosas pero ninguna de manera oficial. Quizá tuvimos ayer la oportunidad de ver la última corrida de la Plaza de Toros México.
Por Alexa Castillo
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