Por Juanje Herrero

Hace un par de semanas me encontré con un buen amigo que pertenece al cuerpo de la policía Nacional y está destinado en Segovia. Hablando un poco del mundo taurino, de la temporada, divagando en general, me comento algo que me pareció curioso, aunque no me sorprendió  para nada.

Pongamos en situación lo acontecido, el 30 de junio de 2018 Morante se acartela junto a Manzanares y Talavante, con motivo de las fiestas de San Pedro. Los toros elegidos para tan distinguido momento fueron de la ganadería gaditana Nuñez de Tarifa –antes Benjumea-, animales propicios para el triunfo fácil de la terna. Morante no tuvo la tarde, la bronca en su último fue tal que se hicieron escuchar durante 5 minutos una tremenda bronca, pitos y algún improperio, en resumen,  algo muy típico de Morante lo de cabrear a la afición presente y que le da de comer.

Por lo visto, el torero de La Puebla, cuando llegó al hotel decidió salir a divertirse junto a su cuadrilla por la ciudad castellana. El grupo se fue a un Pub cerca de la plaza mayor, y sobre las 4  de la mañana sonó un aviso en el 112. El aviso en si decía, dos grupos de personas se han enzarzado en un trifulca, hay insultos, empujones, y van a llegar a algo más serio. Pues sí, señoras y señores, un grupo de aficionados no dudaron en recriminarle a Morante su actuación, donde el torero en vez de asumir e intentar justificar su tarde, enfrento y recrimino a los aficionados su actitud. Por lo visto, lo que empezó como una conversación de aficionado, fue subiendo de tono, hasta el punto de llegar a las manos y presentarse 5 coches patrulla para apaciguar los ánimos de los dos grupos. Cuando las autoridades hicieron acto de presencia el conflicto se solucionó y ninguno de los grupos presentaron denuncia.

Cuántas de estas historias tendrá Morante a sus espaldas, de cuantas trifulcas no nos habremos enterado. Morante es un torero artistita, con muy poca regularidad,  algo de soberbia, y su grupo más cercano lo han endiosado hasta tal punto de venerar con demencia su actitud en prácticamente todas las plazas de toros, con el eficaz apoyo de la crítica taurina que maquilla sus actuaciones magistralmente.

Como dice el mítico refrán “siembra vientos y recogerás tempestades”, y eso se le da muy bien a Morante de la

Puebla.

Foto Miguel Milán