Cómo en todos los incios de temporada, la gente tiene hambre de toros, y aprovechan la mínima para acudir a las plazas. Esto se comprobó en La Flecha, donde la plaza se llenó para contribuir con una buena causa. El festival benéfico que se dió ayer resultó bastante entretenido y la gente no se aburrió en una tarde en la que salió lanzado el novillero francés El Rafi.

 

El primer novillo de la tarde correspondió a El Fandi, que recibió al escurrido animal con una larga cambiada de rodillas en el terció, y en eso quedó la cosa. Un galleo por chicuelinas, muy repetido durante toda la tarde, para llevar al utrero al caballo y un quite por el mismo palo antes de coger las banderillas. Se metió a la gente en el bolsillo en este tercio, y a pesar de fallar con el último par, fue aplaudido con entusiasmo. Comenzó la faena agarrado a las tablas, y fue sacando al flojo animal con suavidad. La falta de fuerza marcó a todo el encierro en general. La conexión que tuvo con los palos la perdió con la franela, e inseguro con los terrenos, acabó por debajo de un novillo con teclas y varias virtudes. Sacó mejores muletazos con la diestra, pues con la zurda anduvo embarullado. Una estocada tendida y algo caída y un golpe con el verduguillo valieron para pasaportar al novillo, que recibió una ovación en el arrastre, mientras que el granadino paseó una oreja tras aviso.

Sorteó Cayetano el novillo más bronco de la tarde, que no le dejó lucirse con el capote, pues se quedaba corto y perdía las manos, condición que mantuvo en el inicio de faena. Soltaba la cara y se defendía, y Cayetano fue incapaz de sacarle muletazos limpios. Se le coló varias veces, lo que hizo que el público estuviese atento. El animal, que agarrado al piso se defendía, acabó rajándose. Tras una faena llena de enganchones, Rivera dio muerte a su oponente con una estocada trasera y usando una vez el descabello. Silencio para el de Juan Manuel Criado y ovación tras leve petición para Cayetano.

 

Emilio de Justo ejecutó un saludo a la verónica templado a un novillo que fue perdiendo codicia y recorrido. Un nuevo galleo por chicuelinas y una pelea poco lucida en varas. A base de sobarle, de buena técnica y de no dejarle tocar los engaños, De Justo hizo que el novillo fuera a más. A media altura fueron los muletazos, pues la falta de fuerza del animal impedían bajar mucho la mano. Con unas formas y un temple soberbio, cuajó una destacada faena el extremeño, sin embargo con la espada lo emborronó todo. Un bajonazo que hizo guardia precedió a una buena estocada, pero el trofeo se había esfumado. Leves palmas en el arrastre y ovación tras aviso para Emilio.

 

Se le esperaba con ganas a Aguado y no defraudó. Unas verónicas lentísimas y una media con aroma a Pepe Luis hicieron las veces de saludo capotero. Otro galleo por chicuelinas antes de que el novillo metiera los riñones debajo del peto. Comenzó la faena sacando al novillo a los medios de forma torera, y tras esto, tres derechazos eternos. Sin embargo la faena tuvo altibajos. Unos muletazos cadenciosos y con mucho sabor, y en cambio otros fueron más rápidos y atropellados. El pitón bueno era el derecho, y por ahí basó la faena. Un pichazo y una buena estocada pusieron el punto final al trasteo. Ovación para el novillo y oreja para Aguado.

 

Toñete no quería quedarse atrás, y pusó ganas y voluntad ante un novillo que en el capote sufrió una aparotasa voltereta. Fue el animal más deslucido del encierro, soso y parado, se defendió por el izquierdo, donde hubo mucho enganchón. Al final, con el novillo paradísimo, Toñete se metió en los pitones y «toreó a lo Ojeda», con la pequeña diferencia, nótese la diferencia, que éste lo hacía con los toros enteros. Una estocada en el ricón de Ordóñez, un tanto trasera y caída, pero efectiva fue el detotante para que el jóven torero cortase las dos orejas de su novillo, que era silenciado en el arrastre.

 

Y llegamos a lo que más caló en los tendidos. Desde el inicio El Rafi lo dio todo, y no se puede esperar menos de un novillero. Primero disposición y ganas, y luego ya veremos. Lo recibió con una larga cambiada de rodillas, mal lograda pues el novillo le hizo un feo y le esquivó. Después, un recibo muy templado y un galleo por gaoneras. ¡Aleluya, algo diferente! Se dejó pegar el novillo, que fue al relance. Después, un quite por una especie de chicuelina inversa, tan jaleado como ceñido. Y con el público loco, comenzó la locura suprema. El novillo excelente no se cansaba de embestir por abajo y el novillero francés consiguió ligar los pases con bastante limpieza y acople. Una faena maciza. El novillo puso el triunfo en bandeja, y El Rafi no lo dejó escapar. De pies, de rodillas; por arriba, por abajo, daba igual, la gente lo aplaudía todo. Y embriagada por la faena, comenzó a pedir el indulto del animal. La petición fue aumentando y el presidente no tuvo más escapatoria que concederlo. Pañuelo naranja y dos orejas y rabo simbólico para el francés.

 

La gente salió contenta de la plaza, y hubo tres cosas muy positivas. La entrada, que a pesar de lo caro de las entradas los tendidos se veían repletos de gente. La afición que se creó si había gente que iba por primera vez a los toros. Y por último, ver una ganadería poco conocida con cosas buenas, y merece repetir. A corto plazo la Fiesta gana, a largo ya veremos…

 

Plaza de toros de La Flecha. VI Festival a favor de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Valladolid. Casi lleno. Se lidiaron utreros de Juan Manuel Criado, de diferentes hechuras dentro de su correcta presentación, y de juego desigual, siendo manejables todos ellos. El sexto, «Cerecillo-7» fue indultado.

El Fandi: Oreja tras aviso.

Cayetano: Ovación tras leve petición.

Emilio de Justo: Ovación tras aviso.

Pablo Aguado: Oreja.

Toñete: Dos orejas.

El Rafi: Dos orejas y rabo simbólico.

 

Por Quique Giménez.

Fotografía de José Salvador.