Todos los pueblos y ciudades de España tienen un día clave en su calendario en el que, lógicamente, en la citada fecha se lucen las mejores galas puesto que se trata del día grande y, Alicante no podía ser una excepción. En nuestra ciudad, el día magnánimo por antonomasia no es otro que el 24 de junio, festividad de San Juan, una fecha que, en lo taurino ha sido siempre excepcional; es decir, el día de San Juan no toreaba cualquiera en Alicante. Recordemos que, Manzanares padre y Luis Francisco Esplá se pegaban si hiciera falta con tal de torear en la fecha más emblemática del calendario.

Como quiera que todo va degenerando a marchas forzadas, en los últimos años, en dicha fecha, apenas se ha concitado interés alguno para que, llegado este momento, en la actualidad, en este año, el día de San Juan, la empresa nos ofrece como recompensa a los alicantinos fieles a las taquillas, un cartel nefasto que no dice nada y mucho menos en la tarde que ha sido siempre tan emblemática. Cambian los tiempos, pero siempre para peor porque, amigos, cualquiera es el valiente que soporta semejante bodrio en una fecha tan relevante que, como ya se puede barruntar, pese a la grandeza del calendario, dudo que se congregue media plaza de pago.

Se trata de un cartel que dudo mucho que se repita en ninguna plaza del mundo. Vamos que, de haber trabajado para lograr el peor cartel de la historia, el tema hubiera costado mucho trabajo pero, el gran productor francés se lo ha sacado de la manga y que no nos pase nada en dicha fecha. Anoten. El Fandi, Cayetano y Toñete. Los curiosos y amantes de las estadísticas deberían de guardárselo como recuerdo puesto que, ese triunvirato no se volverá a ver jamás en la historia de ninguna plaza de toros, salvo que el productor quiera hacerme la contraria y lo repita, cosa que dudo muchísimo. Diego Carretero se erigió el triunfador de la feria el pasado año y, como dije, no lo han puesto en la feria pero, eso sí, viene El Fandi, un señor al que nadie ha llamado ni reclamado. ¿Qué diablos pinta Cayetano en dicha plaza y en dicha fecha? Eso son ganas de provocar al aficionado que jamás reclamaría a un torero como Cayetano para ninguna feria y, nos lo tenemos que tragar por cojones. Y, amigos, lo de Toñete clama al cielo. Nadie lo puede entender, nadie lo aprobaría y visto en frío, hasta uno tiene la sensación de que el tal Toñete le ha pagado a la empresa para ser incluido en los carteles; cuesta creerlo porque suena como irreal pero, cualquiera tiene derecho a sospechar de todo y de todos. Podemos pensar de todo cuando vimos fracasar con estrépito a Toñete en Valencia y, en el día de ayer, en Nimes.

Eso sí, anuncian a bombo y platillo la actuación de Manzanares y Roca Rey con los animalitos de Juan Pedro. ¿A quién pretenden engañar? Que no sufra el productor que, ese día, al reclamo de ambos toreros, miles de personas que no saben de qué va la historia llenarán la plaza. Si tuvieran una mínima idea y supieran lo que Juan Pedro traerá para dicha corrida, igual no iba ni el ganadero. De igual modo no falta en la feria Morante con los becerritos de Garcigrande que, a no dudar, le harán pasar un buen rato junto a El Juli y a ese triste hombre llamado Paco Ureña que se convirtió en un gran matador de TOROS y ahora quiere ser la comparsa de las figuras asumiendo la parte del ridículo que le toca. La suerte del empresario no es otra que, en vez de clientes normales, tiene aficionados de una santidad tan grande que, tras pasar por dicha plaza van directamente a los altares.

Quiero pensar que, por ejemplo, López Simón ha debido de rebajar sus honorarios hasta el suelo por aquello de verlo en todas las ferias. ¿O se trata acaso de un milagro? Lo digo porque es un torero vulgar, un hombre que pega pases como quien pega sellos, pero muy poco más. Ha salido varias veces a hombros de Madrid y nadie en el mundo se acuerda de las fechas, incluso dudo mucho que él mismo se acuerde.

Como se ha demostrado no ha habido hueco para Francisco José Palazón, el torero de la tierra que siempre ha hecho un papel hermoso en su feria. El valeroso Román, un hombre de la empresa acude a la “oficina” como le ha mandado su jefe pero, muy poco más. No podía faltar, como telonero de lujo, Sebastián Castella que no le hará daño a sus compañeros y cubrirá el expediente con solvencia y dignidad. Como novedad justificadísima viene a la feria Pablo Aguado que, con el soporte de su torería, es de los pocos que llega a Alicante con toda justicia. Puede ser la gran sorpresa de la feria puesto que, arte y misterio lo tiene para dar y tomar.

Nos falta, como en otros años, una corrida para aficionados y toreros machos; es decir, algún hierro del encaste Albaserrada que tan buen sabor de boca han dejado en Madrid. Recordemos, por ejemplo, al respecto de estas corridas duras que Manolo Escribano triunfó por la grande en tres años seguidos con los toros de Adolfo Martín, se llevó la peor cornada de su existencia con dichos toros y, ¿la recompensa? Ahí te pudras. No ha vuelto jamás a Alicante. Justamente, ese día de San Juan, por vez primera en la historia de la plaza de Alicante debería de haberse lidiado una auténtica corrida de toros y haber complacido a tres hombres valientes, válidos, toreros honrados que los tenemos de sobra. Pero no, había que quedar bien con ciertos señoritos en detrimento del aficionado que somos los que pagamos con dinero de curso legal. Si no nos gustan los carteles, nos quedamos jodidos y todos tan contentos.

Y debemos de reconocer que nos ha salvado la campana porque para que nuestros males hubieran sido irremediables, Simón Casas podía haber montado el siguiente cartel como cierre de feria. Anotemos. Toros de Núñez del Cuvillo para Álvaro Lorenzo, Ginés Martín y Alfonso Cadaval. Pero no lo ha montado porque no tiene ningún interés económico con los citados que, de haberlo tenido, no hubiera tenido piedad con nosotros y nos lo habría puesto en bandeja. Démosle las gracias.