El Gobierno de España ha ninguneado una vez más a la fiesta de los toros en lo que se refiere a la concesión de la Medalla de Oro a las Bellas Artes en la edición del pasado año, algo que solo es posible en un Gobierno de descerebrados y, ante todo, acojonados por los que son sus socios en la nefasta izquierda que todo lo destroza.

Hay tener una gran dosis de maldad en todos los órdenes para no tener valor de pronunciarse al respecto. Tenemos un gobierno que no lo ha elegido nadie para que nos ningunee y olvide. ¿Sabrá ese Gobierno los millones de aficionados que pasan todos los años por las taquillas de las plazas de toros? Cuidado que, estoy hablando de saber y, para nuestra desdicha, los que nos representan no saben nada porque ahora dicen una cosa y tres minutos más tarde se desdicen de lo que han dicho. Siendo así, ¿qué podemos esperar de tales gentecillas? Un dato revelador. Hasta el mismísimo presidente del Gobierno que no le ha votado nadie, cuando era jefe de la oposición, se posicionó junto a Rajoy para defender la unidad de España contra los golpistas catalanes y, desde que preside el Gobierno, se ha aliado con ellos. Como diría un castizo, átame esa mosca por el rabo.

No cuenta para nada la fiesta de los toros para los “rojos” de España, eso sí, si alguien confiesa tener perro, ser maricón y votar a Podemos, desde el mismísimo PSOE pueden hacerte un monumento o, si la cosa no da para tanto, seguro que te incluyen en su lista de favoritos. Esta es la sociedad que hemos forjado; bueno, la que nos han impuesto por cojones porque, repito una vez más, aquello que decida un Gobierno las cuestiones de España sin que nadie les haya votado eso es muy preocupante, por muy legal que sea su mandato.

Hasta el mismísimo Felipe González era prudente con la fiesta de los toros y, sin ser aficionado la respetaba porque como no era subnormal, sabía que millones de sus votos estos venían de parte de los aficionados a los toros. Claro que, González era un político de altura mientras que, los que ahora dicen gobernarnos, para contentar a cuatro imbéciles, dijeron que, como prioridad, antes de que se acabara el año, el gran asunto de Estado no era otro que sacar a Franco del Valle de los Caídos. No saben, si quiera, ni dejar que los muertos descansen en paz. Por cierto, el año ya se acabó, ¿sacaron por fin a Franco? Socialistas, con eso está dicho todo.

Cómo serán estas gentes que están al mando de la Nación que, memoria, como digo, tienen poca y conocimientos nulos. Lo digo porque si en la izquierda hubo un bobo consentido no era otro que José Luís Rodríguez Zapatero y, en su mandato, entregó siete medallas de Oro al mundo de los toros en el que se ha premiado a los más relevantes de la tauromaquia como Antonio Ordóñez, Manuel Benítez El Cordobés, José Tomás, Joselito, Victorino Martin, Enrique Ponce, Pablo Hermoso de Mendoza…….y una larga lista de personalidades que, ajenos a la política, el Gobierno, el que fuere, era capaz de resaltar sus virtudes que eran muchas para premiarles del mismo modo que se han premiado otras muchas artes.

Pero no, el guapo que nos rige está acobardado por completo, asustado por todo lo que tiene a su lado; sus socios, sus podemitas, los independentistas; le tienen asustado por todos los lados y, como no está de moda ser aficionado a los toros, el pobre nos da la callada por respuesta, se esconde en la madriguera de la Moncloa y a los aficionados que les parta un rayo. Qué falta de respeto a un colectivo hermoso como el taurino ¿verdad?

Todos esos anti taurinos de la política que se toman a Santiago Abascal como un loco extremista de derechas, en las próximas elecciones lo pagarán muy caro porque VOX que solo defiende que la paz, la unidad y todo lo que tenga que ver con el bien de España. Por supuesto que defiende la fiesta de los toros y, de esos millones de aficionados de los que antes hablaba, muchísimos de ellos le darán el voto a Santiago Abascal; por muchas razones, pero como primordial porque ha sido capaz de defender en sus discursos la maravillosa y ancestral fiesta de los toros.

Fijémonos si son memos y absurdos los dirigentes de izquierda que nos rigen, -para llevarnos a la hecatombe, como siempre-, que tienen miedo de hablar de toros. Yo he visto a ese pobre hombre llamado Ábalos en los toros, siendo así, ¿qué le pasa que no se pronuncia? ¿A quién le tiene miedo, a su amo? Es el contrasentido más absurdo que pudiéramos imaginar puesto que, para fortuna del PSOE he conocido alcaldes que defienden la fiesta de los toros. ¿Qué pasa, que eso está prohibido desde el Gobierno? Seguro que sí. Valientes son, sí señor, los hombres y mujeres de izquierdas que, pese al partido al que pertenecen, siguen amando la fiesta de los toros. Pero claro, de esos valientes de los que hablo no depende la decisión de otorgar medalla alguna. Quiera Dios que este año no den medalla alguna a nadie estos “rojos” que nos rigen; y digo que quiera Dios porque todos sospechamos que en las próximas elecciones les dejaremos en la sombra, es decir, sentados en la oposición que es donde deben de estar siempre, sencillamente porque las decisiones que siempre han tomado ha sido caóticas.

Pla Ventura