Que no les pase nada a los aficionados madrileños que, en un abrir y cerrar de ojos verán cómo clausuran la plaza de Las Ventas unos desalmados que solo tienen odio y rencor en sus entrañas y, lo que es más grave, les votarán a toda esa gentuza el próximo día 26 de los corrientes.

Esa aleccionadora la carta que don Victorino Martín García le escribe a Íñigo Errejón advirtiéndole de las posibles irregularidades que el partido MÁS MADRID hará con la fiesta de los toros. Claro que, lo que Victorino no sospecha es todo el odio que rezuman estas gentuzas puesto que, cuando se vean con el poder en sus manos, que tiemble Madrid, es decir, su plaza de Las Ventas que, en un solo mandato que ostenten les sobrará tiempo para cerrar la primera plaza del mundo.

Recordemos que la plaza de toros de Madrid ha seguido viva gracias a que en dicha comunidad ha mandado la derecha, pero ahora viene el tiempo de la revancha puesto que, la izquierda, en vez de poner paz donde haya guerra, ellos crean la guerra para que jamás exista la paz. Alguien pensará que estoy loco, como lo pensaron el día que dije que las fuerzas separatistas cerrarían para siempre la Monumental de Barcelona y, ahí está, cerrada a cal y canto y, lo que es más grave, para siempre. Repito que, si Dios no lo remedia y ganan las elecciones estas gentuzas aludidas, Madrid se quedará sin toros como yo me quedé sin padres.

Y, cuidado, estamos hablando de la primera plaza del mundo la que, entre otras cosas, aporta a la Comunidad de Madrid cientos de miles de euros todos los años que, sin duda, se reinvierten en el bienestar de los madrileños. O sea que, además de ser el templo de arte, Las Ventas es un maná para dicha comunidad como lo ha sido durante toda la vida. Pero no, los rojos apestosos eso no lo entienden porque no saben de economía, ni de valores, ni de principios; solo saben que poner impuestos y destruir todo aquello que funcione y, los muy indeseables, argumentan el animalismo como arma defensora para destruir una tradición de siglos que, como decía, además de todo, aporta cientos de miles de euros a la Comunidad de Madrid.

Lo siento por mí que, en calidad de aficionado, tanto he gozado con la plaza de las Ventas pero, lo sentiré mucho más por los miles de madrileños que tienen a su plaza como un estandarte emblemático pero, como quiera que votarán a la apestosa izquierda, luego que no se lamenten; perderemos todos, pero ellos mucho más. Nos esperan cuatro años de terror que, lamentablemente pasarán cosas gravísimas, entre ella el cierre de la plaza de toros de Madrid. Claro que, mi problema es decir lo que todos piensan pero que nadie se atreve; esa es la cuestión. No podemos vivir junto a la cobardía, razón que argumentaremos siempre para decir la verdad y, la misma, al respecto de los toros es que la plaza de las Ventas está a un RIP de ser cerrada para siempre.

Quisiera equivocarme, nunca más he deseado que mi predicción sea todo un error, pero sabiendo como las gastan esas gentuzas no hace falta ser muy listo para adivinarles el pensamiento puesto que todo aquello que tocan lo destruyen por completo.

En las elecciones generales ganó la izquierda pero, cosa curiosa, vas preguntando por la calle y nadie les ha votado; eso sí, ellos tienen mayoría entre todas las fuerzas de izquierda. Llevarán a España a la más absoluta ruina puesto que, ese es el logro que les define; nos equipararemos con Venezuela antes de que se acabe el año pero, todos estaremos felices y contentos. Ahora, con las municipales ocurrirá otro tanto de lo mismo y, más tarde, seguro que encontraremos imbéciles que se quejen. Por cierto, los varios millones de personas que dejo Zapatero en la más absoluta miseria, ¿a quién habrán votado? Sin duda, a la izquierda, para que luego se sigan quejando.

Lo triste de la cuestión al respecto de la plaza de toros de Madrid es que todo el mundo se lo toma a broma; no hay nadie que diga la verdad puesto que, de forma inocente, nadie cree que estas gentuzas lleguen tan lejos pero, cuando la vean cerrada todos morirán de pena. En realidad, no pasará nada porque dicha plaza no se cerrará por una nefasta gestión de unos políticos descerebrados, se cerrará por la cobardía de los madrileños que no harán nada por defender el templo del arte de la capital de España. Eso sí, luego, se quejarán.

Pla Ventura