Con enorme sorpresa comprobamos que Curro Díaz está ausente de Valencia y Castellón, algo que, artísticamente cuesta mucho de entender porque si el toreo se basa fundamentalmente en el arte, Curro Díaz es uno de los grandes exponentes en la actualidad, justamente desde hace ya más de cuatro lustros en que el diestro de Linares sigue impartiendo lecciones por el mundo.

Claro que, no es menos cierto que los aficionados vivimos equivocados ante el concepto del arte; es decir, aquello de seguir creyendo que para ser torero o triunfar hay que ser artista. Nada de eso. Sí, es cierto que alguna condición hay que tener. Un milagro como el de Jesulín ocurre muy pocas veces que, teniendo nulas condiciones como artista, toreó más que nadie en el mundo. Es verdad que, detrás de aquel producto de Ubrique había un cerebro que dictaba cómo se hacían las cosas y, mérito tuvo todo el del mundo, aunque nada tuviera que ver con el ARTE propiamente dicho.

Curro Díaz, un artista consumado, pese a todo, no es imprescindible en ningún cartel, por mucho que nos duela. ¿Razones? Muy sencillas: los hay mucho más baratos, sin apenas el menor atisbo de arte, pero tienen su nombrecito, caen bien entre los compañeros y, lo más importante de todo, se llena el huequecito con apenas muy poquito dinero. Esto viene a demostrar que no quedan románticos en el mundo empresarial; quedan, como sucede, productores, vendedores de humo que basan su negocio en comprar “la materia prima” al menor coste posible y, desdichadamente, en el mundo de los toros hay demasiada materia prima a precio de ganga.

¿De verdad cree alguien que importan los triunfos en la plaza? Sí, son una consecuencia para poder llamar a la puerta del empresario, pero nadie te asegurará que te abran. Ahí está el caso de López Simón que, triunfó por lo grande, le hicieron creer que era figura y de la noche a la mañana lo dejaron tirado como si una colilla se tratare.

Y pregunto yo, ¿qué torero en la actualidad es imprescindible en cualquier feria? Nadie. El mismo Morante puede tener dichos atributos y, como quiera que toree cuando quiere, ni es preciso ni nadie le echa en falta. ¿Enrique Ponce? Sí, el de Chiva es insustituible porque tiene que estar en activo hasta que le dé la alternativa al niño de Manzanares que así se lo prometió. Por cierto, si el cartel estrella de Valencia es Ventura, Ponce y Toñete, que baje Dios y lo vea.

No sé las razones de la ausencia de Curro Díaz en las plazas citadas pero, conociendo el entramado de los toros y sabedor de que a muy pocos empresarios les importa un pito aquello del arte, como digo, es mucho más rentable contratar a chicos jóvenes sin ninguna pretensión económica, cómo a su vez, a muchos diestros que están dispuestos a jugarse la vida por el precio de la nada; es cierto que hay mucha competencia pero, por el amor de Dios, ¿acaso la vida de un hombre no vale nada?

Los empresarios pueden hacer lo que les plazca porque para eso se juegan su dinero; dicho así, hasta parece bonito pero, ¿no será que los toreros son los que lo sustentan todo mediante el hecho de recibir pagarés a muy largo plazo para que el empresario no tenga que desembolsar ni un solo céntimo habiendo hecho la recaudación pertinente? O sea que, todo lo sustentan los mismos y, como quiera que a todos les pueda el ansia por llegar, cosa muy natural y lógico, aguantan carros y carretas; es decir, todo lo que se les venga encima. Jamás he visto a un torero quejarse de las injusticias a las que se les somete; todo lo dan por bien empleado. Siendo así, los empresarios campan a sus anchas, ejercen el poder que les ha sido conferido y al que no le guste que se quede en su casa. Esta es la triste realidad del mundo de los toros.

Curro Díaz es de los pocos diestros que ha matado todo tipo de encastes; nada que ver con las llamadas figuras que, les sacas del burro adormilado y ya no pueden con sus almas. Pero no es que no puedan; es que se han acomodado y todo lo que no huela a encaste Domecq, es decir, blandenguería y bobaliconería, lo demás no lo quieren ni ver en televisión como espectadores. Siendo así, lo del diestro linarense, empresarialmente debería de ser un valor añadido para mostrárselo a los aficionados pero, nadie está por esa labor; si cae por casualidad en un cartel bonito es eso, fruto de la casualidad, nunca de un trabajo concienzudo por parte de un empresario que ha hecho esa labor que tanto añoramos.

Así, de este modo tan injusto a lo largo de la historia del toreo se han perdido infinidad de toreros que han sido pura referencia para el arte. Confiemos puesto que estamos ahora en los albores de la temporada; digo que debemos de confiar para que haya un mínimo de justicia y amparándonos en la bohemia de algunos empresarios, Curro Díaz reciba el premio que en verdad le corresponde, el de encabezar auténticos carteles de lujo.

Pla Ventura