Por Clemente San Esteban, Fotografia Javier Arroyo

Quinta de Feria de San Fermín, los toros de Cuvillo llegaron al coso pamplonica. Toros de diferentes hechuras y comportamientos, desde algún encastado, hasta mansos con recorrido, ningún toro ha sido un bravo rotundo, diferentes juegos en Varas por línea general fueron mal picados, aunque hubo varios que apretaron. Antonio Ferrera: Ovación y ovación. Andrés Roca Rey: Oreja y dos orejas. Ginés Marín: silencio y silencio.

Antonio Ferrera tuvo a un manso que saco recorrido y repetición en la muleta, despacio lo toreo Ferrera que en ocasiones estuvo muy despegado. La cima de la faena llego con una tanda de naturales, de mano bajo y perfil desmayado. Después de tres pinchazos mato de un bajonazo. Ovación.

Ante el toro de la merienda, el cuarto en el orden total y segundo en la cuenta de Ferrera, le hizo una gran lidia en el caballo colocándolo con mucho sabor, empujo el toro y acabo dejándose pegar, pero esto cuvillo es algo sorprendente y casi anecdótico que tuvieran algo de lucha en el tercio de varas. Planteo el torero una faena muy técnica y personal, que no necesariamente quiere decir que torea con mucha verdad, apenas se cruzó en toda la tarde, pero si tuvo ese pellizco de personalidad propia y sabor a manzanares en ciertos pases. Acabo sacando faena a un toro que parecía que iba a tener mucho más en su interior. Estocada contraria. Descabello. Ovación.

Andres Roca Rey, el gallo peruano, regresaba a San Fermín donde la temporada pasada resulto herido. En su primer toro, probablemente el mejor de la corrida en el penco, dio un buen juego en sus tercios, con recorrido, clase y codicia, recibió un gran duelo de quites, por gaoneras lo hizo Marín y la réplica de Roca Rey fue por saltilleras muy ajustadas, el peruano pisa unos terrenos a los que pocos llegan. Roca rey torero tremendista y de valor, enfrente un toro bravo made in Domecq, ecuación perfecta, asi arranco la faena, de rodillas y por la espalda hizo dos cambios que encendio al tendido, estuvo asentado y tranquilo durante todo el trasteo pero que carecio de esa chispa tan latentes es sus faenas, poco mas que destacar, en ocasiones estuvo muy lineal sin apenas bajar la mano, vaciando por fuera. Valor tiene mucho, si algún día coge ese duende del toreo largo, de fuera a dentro y de arriba abajo, será muy grande. Mientras tanto seguiremos temiendo por su vida, haciendo pases ajustados para luego sacarlo a tres metros cuando lo intenta de redondo. Estocada baja. Oreja.

En el segundo lo llevo por rocerinas al caballo, no fue bien picado por Quintas, que tiro el palo muy trasero, el toro empujo. Saco algo de fondo  en la muleta, con algo de repetición, Andres hizo su toreo, aunque no llego a cruzarse en ningún momento, ni le dio el pecho, ni bajo la mano, ni lo vacio atrás, pero en definitiva el hizo lo que sabe, lo que siente y como entiende el toreo. Estocada perfecta. Dos orejas.

Gines Marin no tuvo su tarde, aunque mañana podrá tomar la revancha con otra corrida. En su primero comenzó la faena con el cartucho en la mano desplegando la muleta justo con temple en la cara del toro, poco mas se pudo ver, Marin lo intento pero ni hubo conexión con el toro, ni hubo predisposición a entender el toro. Muy despegado durante toda la faena, y muy punteado por el izquierdo el peor pitón del toro. Pinchazo, estocada. Silencio.

En el ultimo toro de la corrida, tampoco llego a entender al toro, apático, desarmado en dos ocasiones, muy lineal y despegado no encontró ese toreo que tanto nos ilusiono la temporada pasada, pero lo mas preocupante esque ha empezado a tener manias del toreo ventajista, pagano y fácil. Tiene duende, tiene temple y tiene condiciones para ser un gran torero, ahora debe volver a los orígenes que le hicieron ser un torero a tener en cuenta, y dar esa verdad que la fiesta merece. Pinchazos. Silencio.