Voy a hablar del zapatero pero que nadie me confunda que no diré ni una media palabra de aquel imbécil llamado Zapatero que dejó a España en la más vil de las miserias que, para colmo, el muy retrasado, hasta confesaba que España estaba en lo más alto de la economía mundial cuando, como se sabe, millones de personas lo perdieron todo.

Estamos, ante todo, en un medio eminentemente taurino y, hablar de otras cosas podrá parecer una insensatez pero, no es menos cierto que hemos recibido muchos correos solicitándonos que, además de nuestras crónicas y ensayos taurinos, los aficionados nos piden cualquier tema que nos pueda interesar a todos porque, para fortuna de los aficionados taurinos, éstos, como se sabe, en su gran mayoría son gentes cultísimas que no desdeñan, para nada, que aquí les contemos cualquier historia que pueda aliviarles el alma.

El mismo mundo de los toros, en su faz interna, caso de los protagonistas de la fiesta, está lleno de gentes de una vasta cultura, Luís Francisco Esplá es una prueba de lo que decimos, amén de tantísimos hombres de oro y plata que son gentes universitarias; y no digamos dentro del elenco de los aficionados que, para nuestra dicha, conocemos a personas con tres carreras universitarias, caso de Jacobo Herrera, aficionado de altísimo nivel que nos sigue cada día al igual que todos sus compañeros de Alimón.

En mi caso, como diría Facundo Cabral, nunca pude aprender nada porque cada vez que estaba por aprender llegaba la felicidad y me distraía, por eso nunca usé agenda, porque hago solo lo que amo y eso me lo recuerda el corazón; me dedico solo a vivir y, lógicamente, no me queda tiempo para otra cosa.

Recuerdo que el pasado año en una de mis charlas por el mundo, de toros lógicamente, intercalé alguna que otra metáfora cabralista, caso de LA PARÁBOLA DEL ZAPATERO que, sin lugar a dudas, caló muy hondo en el sentir de dichos aficionados que, querían saber de toros y acabaron sabiendo del cantor, narrador y artista más grande que nos dio Argentina.

Atendiendo la petición de los aficionados a los que antes me refería, quiero reproducir dicha metáfora que, sin lugar a dudas calará en el corazón de todos y, lo que es mejor, nos reconfortará como seres humanos. Dice así:

Dios bajó al pueblo, tomó forma de mendigo y acudió a la casa del zapatero para decirle:

-Hermano, soy muy pobre, no tengo una sola moneda encima, mis sandalias están rotas, si tú me hicieras el favor.

El zapatero le respondió:

-Aquí todos vienen a pedir y nadie a dar.

Y el Señor le dijo:

-Yo podría darte todo lo que tú necesitas para ser feliz, pero a cambio de algo.

Y dijo el zapatero:

-¿Tú podrías darme un millón de dólares que yo necesito para ser feliz?

Por supuesto dijo el Señor.

-Pero a cambio de algo, en este caso, a cambio de tus piernas.

El zapatero quedó extrañado y le dijo al Señor:

-¿Para qué quiero yo un millón de dólares sino voy a poder caminar solo?

Mirándole a los ojos el señor le repitió:

-Voy a darte cien millones de dólares a cambio de tus brazos.

Estupefacto el zapatero le dijo:

-¿Qué hago con cien millones de dólares si no puedo comer solo ni abrazar a mis amigos?

Viendo al zapatero anonadado, el Señor le hizo la última oferta.

-Puedo darte mil millones de dólares a cambio de tus ojos.

El zapatero enloquecido le respondió:

-¿Qué hago con mil millones de dólares sin poder ver a mi mujer, a mis amigos, mis hijos, los paisajes……?

El zapatero, declinó toda oferta y el Señor le dijo.

-Decías que todos venían a pedirte, pero ahora te has convencido de que tenías una fortuna y no te habías dado cuenta: La Salud.

Por dicha razón, los aficionados que nos cupo la fortuna de ver a Diego Urdiales el pasado otoño en Madrid ya podemos decir que somos inmensamente ricos y que no necesitamos ver a El Juli para sabernos aficionados de verdad. Con Diego Urdiales, lo tuvimos todo y apenas nos dábamos cuenta. Recapacitemos entonces.

Pla Ventura.