Huesca. Martes 13 de agosto. Cuarta de la Feria de la Albahaca. Se lidiaron toros de Salvador Domecq, desiguales de presentación, pero bajos, nobles, aunque a menos en general, con cierta falta de raza y algunos de fuerzas, sobre todo el 5°, El mejor el 2°. Tres cuartos de entrada.

Antonio Ferrera: Ovación con saludos y silencio.

David Fandila El Fandi: Dos orejas y silencio, paso por la enfermería.

Antonio Catalán Toñete: Silencio y silencio.

Detalles:

Tras la muerte del 5°, ha sido atendido el matador David Fandila Marín El Fandi, de 38 años de edad, “que presenta rotura de fibras del gemelo externo de la pierna izquierda. Pronóstico reservado. Firmado Dr. Enrique Crespo Rubio”.

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El diestro granadino David Fandila El Fandi, volvió a ser el protagonista en la Feria de la Albahaca como en su edición del 2018, con un toreo del agrado de las peñas pudo conseguir las dos orejas de su primero que le abrió la Puerta Grande. De vacío se fueron Antonio Ferrera y Toñete frente a sus oponentes que les dieron pocas opciones.

Antonio Ferrera recibió al primer Domecq gustándose por verónicas templadas y tras la vara reglamentaria siguió luciéndose en quite por chiculelinas típicas de su estilo. Remató con una media muy baja. Brindó su trasteo al tendido e inició su labor muletera con temple con poca distancia entre sí y el astado.

Al final resultó el Domecq un tanto soso y sin clase a pesar de los esfuerzos del extremeño. Mató de una entera muy baja y trasera. Mejor la ejecución que la colocación. Tras una leve petición, recibió una ovación, que en este caso, estuvo bien la presidencia, de no ser atendida esta petición.

Con el cuarto, dificultoso resultó para estirarse por verónica. Tomó un puyazo en el que empujó. Y ya con la franela empezó su faena al hilo de las tablas. Al toro le faltó profundidad, aunque siendo noble, pero sin emoción. Solo se pudo ver dos tandas de naturales templadas, ya que el astado ni es bueno ni malo y acabo flojeando, por lo que Ferrera no lo ha sometido. Despachó con dos pinchazos y una entera, otra vez de muy buena ejecución, pero le cayó trasera.

El Fandi tiene como ventaja de ser muy querido en esa tierra oscense y de reconocimiento, recibió al segundo con su tradicional larga afarolada de rodillas, un par de verónicas rodillas en tierra, delantales muy bajos y chicuelinas, esas fueron sus intenciones.

El toro tuvo menos presencia que el resto del encierro y fue poco picado, aunque en su sitio. Quitó Fandila por navarras y serpentina. Se lució, luego con los garapullos con un par a la moviola, otro de poder a poder y un violín acompañado de un sombrero en su mano zurda. Tuvo ya los tendidos entregados a él.

Brindó al graderío, y de nuevo de rodillas inicio su faena. Entonces conectó mucho con el público y se armó su habitual concepto con adornos y desplantes. Pudo aprovechar la transmisión del noble astado de mucha movilidad. Remató su trasteo con dos circulares invertidos y mató de un certero espadazo que le sirvió para cortar el doble trofeo que le abrirá la Puerta Grande.

De nuevo recibió al quinto con dos largas cambiadas de rodillas y otros tres derechazos rodilla en tierra, pero de pronto se notó un cierto mal andar o un calambre al toro que no se cambió. Quedó en el ruedo un inválido que debió ser sustituido.

Cuando El Fandi se lucia en banderillas a la moviola, se lesionó en su pierna izquierda, por lo que pidió el cambio de tercio. Esperó, el granadino, un tiempo en tablas para recuperarse. Pero tampoco fueron buenas las condiciones físicas del toro que ni siquiera tuvo recorrido. En el ruedo se quedaron dos inválidos.

Fandila, mermado de facultades, poco pudo hacer. Mató de un feo estoque pescuecero al sótano con uso del verduguillo. Fue silenciado y paso por la enfermería.

El que hizo tercero, intentó Toñete dejar huellas con su capote, pero no acabaron de acoplarse ni uno ni otro. Simulacro de vara que tampoco sirvió para una analítica. Buena fue la ejecución en banderillas de Miguel Ángel Martin. Brindó su faena al tendido y rápidamente no se entendieron ni el torero ni el toro.

Aunque Toñete, dejo algunos detalles. La poca transmisión impidió que transcendiera al respetable. Mató de una estocada entera caída y tendida, y todo quedó en silencio.

Con el cierra plaza, Toñete lo saludó brevemente, apenas un suspiro. En la cabalgadura resultó el de mejor estilo, empujando con la cara fija. Brindó su trasteo al banderillero de la cuadrilla de Antonio Ferrera, Javier Valdeoro, que se quedó emocionado.

Pero con la tela roja Toñete no acabó de encontrar el sitio también, el toro se apagó pronto. A pesar de la inteligencia y sensibilidad de Toñete quien luchó sin tasa ni medida por conseguir su objetivo no pudo ser en esta ocasión así; asimilará esta experiencia y ya nos dará tardes de triunfo. Todas las tardes no pueden ser de éxito lo importante es entender de ellas. Mató de un pinchazo y una entera trasera muy tendida. Oyó los silencios.