Cuatro años después de Paco Coquilla, compró al Conde Santa Coloma en 1.920, Gracilian Pérez Tabernero. La compra fue de 135 vacas y 2 sementales.
Algunas vacas con el hierro de Albaserrada, pero la mayor parte de ellas eran ibarreñas.
En la compra entraron 2 sementales » Cristalino » con el hierro de Albaserrada y » Mesonero » con el hierro de Santa Coloma.
» Mesonero » fue el que marcó la ganadería de don Graciliano.
Cuando llegaba el mes de Diciembre » Mesonero » adivinando el momento saltaba los cercados y se reunía con las vacas.
En los dieciséis años que estuvo de semental dejó mil ciento cincuenta descendientes.
Don Graciliano consiguió un toro que humillaba con el hocico por el suelo en sus embestidas.
Así mismo buscaba los vicios ocultos en su ganadería tratando de sacar defectos.
Le gustaba tentar con los mismos toreros. En dos o tres días tentaba unas treinta vacas y de esta manera podían ser calificadas con los mismos criterios.
En la inauguración de Las Ventas el 17 de junio de 1.931, corrida de 8 toros, se lidió uno de don Graciliano Pérez Tabernero.
El día 31 de Mayo de 1.931 había lidiado en Madrid una corrida con Chicuelo, Marcial Lalanda y Gitanillo de Triana. En su primer toro » Fandanguero «, en un ayudado por alto le cogió a Gitanillo asestándole tres desgarradoras cornadas, una en cada muslo y la otra a la altura de la cadera.
El desgraciado Gitanillo de Triana estuvo agonizante aquellos dos meses de calor espeso y alucinado, de 64 kilos que pesaba al ser cogido, llegó a pesar treinta y dos al morir. En su espantoso delirio gritaba de una manera infrahumana, de modo que se oía a través de las paredes de la clínica, en plena calle. Murió el 14 de agosto de 1.931.
Los toros de don Graciliano figuraban como los más bravos de la época.
Marcial Lalanda llegó a lidiar 51 toros de don Graciliano.
Al Papa Negro le encantaba la ganadería de don Graciliano.
El semental » Mesonero » murió en agosto de 1.936 a los dieciocho años.
En 1.939 don Graciliano se vio obligado a vender su ganadería con 409 cabezas, con el fin de conservar sus tierras. Se la vende a don José Escobar Barrilaro, trasladándola a la provincia de Madrid, fincas enclavadas en Chozas de la Sierra y Colmenar Viejo.
Don Graciliano se reservó en la venta veinticinco vacas y un semental con lo que reconstruye su ganadería, tenía don Graciliano en ese momento setenta y un años.
El 3 de julio de 1.948 lidia en Las Ventas, cartel Manolo González que confirmó alternativa y Antonio Bienvenida que al toro » Capuchino » le cortó las dos orejas.
Cuando » Capuchino » cayó sin puntilla el público estalló en una gran ovación y contaba don Graciliano que se puso a llorar como un niño, tenía 70 años.
Al año siguiente cede la ganadería a sus hijos Graciliano y Fernando, Guillermo y Casimiro prefieren lo morucho al toro bravo.
Muere don Graciliano, el patriarca, en 1.956 y las cosas se complicaron en la ganadería, los toros seguían embistiendo pero los veedores no los tenían en cuenta.
En 1.962, Fernando muere de un ataque cardíaco, ese año muere también su madre doña Trinidad Nogales.
Don Graciliano durante su vida puso a nombre de su esposa doña Trinidad Nogales una parte de su vacada.
A su muerte sus hijos venden la parte de la ganadería de doña Trinidad a Sánchez Ferrero, era hijo de un Notario de Salamanca, la conservó unos seis años y luego la vendió a Matías Sanromán que tenía como socio a Germán Pimentel y anunciaron la ganadería como Jarales de Huelmos y la conservaron durante tres o cuatro años. En 1.973 la compró don Juan Luis Fraile. En 1.999 consiguió en Madrid el premio a la corrida más completa en presentación y bravura de la Feria de San Isidro de 1.999, en la Plaza de Las Ventas en el patio del desolladero figura el azulejo.
Don Juan Luis recibió cinco cornadas en su finca por un toro suyo que se le arrancó y por poco se salvó de la tragedia.
Otro día un toro le metió la cabeza entera por una ventana de su coche, el resultado fue que arrancó la puerta entera del coche y la llevaba alrededor del pescuezo del toro.
Don Juan Luis no pudo presenciar la corrida del triunfo de San Isidro 1.999, ya que murió entre el reconocimiento y la hora de la corrida.
Volviendo a la ganadería de don Graciliano en 1.968 fallece el hijo de nombre así mismo Graciliano y en 1.969, vendieron la ganadería que había reconstruido el padre a Palomo Linares.
En 1,922, don Alipio Pérez Tabernero, pidió auxilio a su hermano mayor don Graciliano, dos años después que el mismo hubiese comprado sus Santa Colomas.
Ese año un primer lote cambió de cercado. Otro lote en 1.925, en 1.933, el semental » Hornero » hijo del célebre » Mesonero «, en quince años » Hornero » le dio a don Alipio 1,100 vacas y 360 toros. Murió a los diecisiete años en 1.947.
Don Alipio con sus enormes patillas supo imprimir bondad a sus gracilianos. Dos años después que su hermano vendiese su ganadería a don José Escobar, don Alipio lograba un gran triunfo gracias al toro » Fragoso «, al que Manolete le cortó el rabo el Valencia, el 26 de junio de 1.941.
Un año después se repite de nuevo en Valencia la hazaña con » Perruno » al que Manolete le cortó también el rabo.
La diferencia entre los toros de don Graciliano era que no transigían lo más mínimo, los de don Alipio eran nobles, dóciles, bonitos.
En 1.948, le cortaron en Madrid a cinco de sus seis toros las dos orejas.
Por tanto las figuras de la época dejaron de torear los toros de don Graciliano y toreaban los de don Alipio.
Los críticos del momento los denominaron como toros comerciales.

( Continuará… )

 

Por D.Mariano Cifuentes

Fotografia del libro Verde y oro ¡Coquilla!