Gracias a Carbonero, un sobrero lidiado en cuarto lugar el 2 de octubre de 1910, el nombre de la Viuda entró en la historia taurina de la capital de España de forma más halagüeña.

Carbonero sale manso en varas y es fogueado. Muy inspirado Vicente Pastor lo toreó solo y con confianza, pegó nueve muletazos, ajustándose cada vez más y produciendo el delirio del público, entró a matar en corto y por derecho, saliendo el toro muerto del embroque, grandiosa ovación y el presidente concedió a Vicente Pastor la primera oreja en esta plaza.

En Sevilla destaca una corrida el 19 de abril de 1911, al final vende 27 toros y 34 novillos. En 1912 vende 36, pero en Madrid, el 19 de mayo, dos son desechados y dos fogueados. Buena la corrida de Pamplona del 9 de julio y vende en 1913, 42 toros, así como en 1914 otros 42.

En 1916, » Recortes » afirma en su periódico : ¡ Es una pena ver como descienden ganaderías de tan brillante abolengo ! »

Durante este tiempo, Joselito y Belmonte han surgido con una fuerza brutal, precipitando la retirada de los toreros más antiguos.

A finales de 1917, doña Celsa cosecha las críticas habituales por parte de la prensa : » El año pasado salieron nueve toros a los que sin reparo alguno se pudo calificar de bravos y este año tan sólo uno merece ese honroso calificativo. Lo lidió Juan Belmonte el 9 de junio de 1917 y que supone un punto y aparte para la ganadería.

El sexto fue un gran toro, antes de salir el público, contrario a Belmonte, le había pedido que se fuera para dejar solos a Joselito y Gaona.

Pero ante » Barbero » el Pasmo de Triana lo arregló todo y sentenció después : A pesar de los malos comienzos aquel año acabó siendo lo que llamaban el año de Juan Belmonte.

Cada vez que pasaba Belmonte delante de la casa de doña Celsa, se descubría agradecido con la mujer que había criado a » Barbero «, el toro que le permitió realizar una de las mejores faenas de su carrera.

Al año siguiente de su gran faena al toro » Carbonero » de la viuda de Concha y Sierra, Belmonte se venga en la Maestranza, cortándole el rabo a otro toro de doña Celsa. De esta forma cuentan en Sol y Sombra : » Belmonte torea de muleta con arte, quietud y dominio, corriendo el brazo muy bien para sacar la bayeta por los cuartos traseros del animal.

Estocada y descabello, las dos orejas y el rabo.

A partir de 1923, la crítica decía : doña Celsa puede estar satisfecha y hasta orgullosa, después en la primera novillada salió un estupendo ejemplar » Platero «, y a partir de aquel día, toro de Concha y Sierra que pisaba el ruedo, toro que dejaba puesto a mayor altura el pabellón de la casa.

La camada fue superior, dos muy buenos en la feria de Bilbao, el llamado » Coronel » en Valencia, paseado con vuelta al ruedo.

En 1924, Don Ventura en Uno al Sesgo, aporta un lado importante, don Fernando de la Concha y Sierra, no era un sobrino de don Joaquín de la Concha y Sierra, sino su hermano menor, y la madre de ambos, doña Rosalia de la Sierra, había sido la hija de Fernando de la Sierra.

En 1925 lidia 66 toros y 23 novillos, superada esta cifra por Carmen de Federico con 75 toros y 54 novillos, el joven Conde de la Corte vende 51 toros, poco a poco » Vistahermosa » come terreno a los Vazqueño. Miura con 63 toros y 72 novillos, Veragua con 101 toros y 25 novillos. Se rumorea que dentro de poco se va a imponer el uso del peto….. pera nadie imagina que el tercer Duque de Veragua está a punto de vender su ganadería, consciente de que, con el peto, sus toros, tan bravos en el caballo, no podrán aguantar la competencia ante otros hierros que se entregan menos.

El 20 de marzo de 1929, doña Celsa fallece en Sevilla.

La vispera el 19 de mayo , ha lidiado su última corrida en Barcelona. Una corrida goyesca, para Chicuelo, Lalanda y Villalta.

Su hija Concepción, también viuda prematura de Manuel Sarasúa, que había sido presidente de la Diputación de Sevilla, hereda la Abundancia, donde gestionará la ganadería con mano dura hasta mediados de los sesenta del pasado siglo XX. Entre 1934 y 1946, en doce años escasos sus toros van a matar a cuatro toreros y la leyenda negra de los Concha y Sierra podrá con todas las críticas de sosería y mala presentación que recibian en tiempos de su madre doña Celsa, Esta serie trágica, será interrumpida el 27 de agosto de 1947, cuando » Islero » de Miura mata a » Manolete «.

El 3 de agosto de 1934, en Valencia, la muerte del novillero Juan Jiménez pasa inadvertida, y Uno al Sesgo ni la menciona en su resumen anual. Sin embargo en esta temporada de 1934, este novillero ha triunfado de forma clamorosa en Valencia, en cuatro ocasiones, así como en Madrid. Sin embargo, durante este negro 3 de agosto, el octavo novillo de Concha y Sierra empitona por la región femoral a Jiménez, cuando el sevillano hacía un quite de rodillas. Fallece el 16 del mismo mes. Siete años más tarde, la muerte de Pascual Márquez, que comentamos en el blog ( ver archivos del blog 11-11-13  «Reflexiones frente a la chimenea » ) va a levantar mucho más revuelo, tanto por su fama como por la leyenda que se crea en torno al toro » Farolero «, que trunca su vida el 18 de mayo de 1941, en Madrid. En aquel momento, la ganadería sigue, sin embargo, con la trayectoria de siempre ; muchos toros nobles, muchos protestados y también muchos vendidos.

Después de la muerte de Pascual Márquez, la fama de la ganadería decae notablemente. » Siendo una de las ganaderías más largas de España.

La campaña de 1945 fue desastrosa. Desastrosa en calidad, claro ; que en cantidad, como ganadería, de las más largas en aquel momento, y acreditada de antiguo.

En 1946 se tapó un poco mejor, en Madrid cumplieron sus toros, y con ello va tirando…..

¡ Lastima de vacada ! El novillo Jaranero que mató en la plaza de San Roque al malogrado novillero mexicano Eduardo Liceaga.

Lo cogió de tal gravedad, que falleció esa misma noche, alternando esa tarde con Julio Pérez » El Vito » y Antonio Chaves Flores. En » El Ruedo » José Carrasco escribe : Lo ha matado un Concha y Sierra, como al pobre Pascualillo Márquez. Un toro de esos de la Viuda que figuran siempre en todos los anhelos de los aficionados cuando piensan en su faena grande con un cárdeno claro que cornee nervioso al aire azul de una plaza como La Maestranza, como Madrid, como Valencia.

Este mismo domingo, otro mexicano. Antonio Balderas, torea novillos de Concha y Sierra en Madrid. Como es habitual en estos casos, lo que repele a los aficionados gusta a los toreros, y a pesar de los mencionados accidentes, en estos años 40, todas las figuras se apuntan a los toros de la segunda viuda, Manolete el primero, a raíz de un triunfo conseguido en Valencia, Pepe Luis, Luis Miguel, Litri, Aparicio, Chamaco…. Enriquece la leyenda negra la historia del cabestrero Curro, murió por un toro amigo al que visitaba y acariciaba a diario en los corrales de la plaza, pero un fatídico día no le reconoció porque se había puesto colonia para asistir a una boda. El pobre Curro olía a señorito y no a toro de corrales…. Y su amigo el toro de Concha y Sierra lo quitó del medio y del mundo.

( Continuará )

Por Mariano Cifuentes