Que bonitas son las fiestas de los pueblos, y lo mucho que aportan a la economía local los toros y sus capeas, esta mañana no cabía un alfiler en el encierro, la expectación de los toros de Miura daba lugar a un lleno absoluto en Valdemorillo, un no hay billetes ni en bares ni restaurantes para tomar un aperitivo, eso es buena señal.

Llegaba la corrida más esperada por todos los aficionados, los legendarios Miuras saltarían a las calles y más tarde al albero de Valdemorillo para deleite de corredores y espectadores, probablemente la única comparecencia de este mítico hierro en la Comunidad de Madrid, después de descartarse para la temporada “Venteña”.

Los toros lucían con trapío, con variedad de capas desde un retinto hasta un cárdeno claro, y evidentemente con variedad de comportamientos, lo hubo mansos, con genio, con nobleza y alguno con emoción, pero ninguno tristemente fue bravo… bravo, de los que llenan el tendido de “soplidos” y ponen el gozo en el corazón del ganadero.

Un cartel bonito con dos toreros que ya sabe lo que significa Miura, repitiendo modestamente mano a mano de la última feria de Sevilla, y aquí llegaban los protagonistas, uno se ha llevado la cara y el otro la Cruz.

Hoy no era el dia de Pepe Moral, desde el primer minuto… un fuerte trompazo nada más salir el toro le dejo claro que hoy iba a ser sufrimiento y amor propio, y asi fue el resto de su tarde,  valentía, coraje y algo de irresponsabilidad, pues salir tan dolorido a su cuarto le pudo costar un disgusto mayor, pero eso es lo que se llama “vergüenza torero”  que unos pocos tienen y que algunos la están buscando todavía. Pronta recuperación para el sevillano que al final ha tenido que ser operado. Se le espera con impaciencia en Madrid, tal vez le toque el “Ramo” ese día y salga a hombros.

La cara de la moneda le toco a Manuel Escribano, no es que fueran “bombones” sus toros, también lleva algún recuerdo efusivo de algún contrincante, mas algún susto de propina, pero hoy por momentos hemos recuperado aquel torero que iba para figura y una cornada en Alicante casi le quita la vida, en esta primera corrida se ha visto un torero con ganas, dando el pecho, toreando pausado, arriesgando, y en ciertos momentos toreando como figura antigua… con mucho compas, sabiendo, mimando, advirtiendo y considerando al animal, me quedo con dos tandas, una al natural, que aunque estuvo punteada al principio la termino con mucho sabor, pero ese sabor que solo la verdad te da. La otra tanta fue con la derecha y en ese momento volvía el Escribano de “Datilero” un torero con ganas y valor, que quiere llegar lejos en este maltrecho mundo taurino.

Resultado final dos orejas y puerta grande para Manuel Escribano que esta temporada tiene pinta que esta devuelta y volverá a dar que hablar.

Por Juanje Herrero

Fotografia Marta Tejera