El hermoso festival taurino a favor de los niños del Hospital Infantil de la Cruz Roja en Manizales dio inicio sobre las 7:45 p.m con el tradicional desfile de la Virgen de la Macarena, acompañada de los toreros con traje corto y después de una oración, se escuchó en lo alto de los tendidos al tenor Eduardo Escolar.

Se lidió un encierro de la ganadería de Ernesto Gutiérrez, de presentación correcta para un festival; y de juego desigual, escasos de motor. Eso sí, resaltó el excelente quinto de la noche, que recibió el perdón a la muerte.

El maestro Enrique Ponce abrió la noche ante un ejemplar que no tenía mucha clase, que si capote quería atropellar y que en la muleta en sus inicios se quedaba corta en cada pase pero el diestro valenciano lo ahormó hasta lograr que se repitiera y pareciera mucho mejor de lo que era. El pasodoble Feria de Manizales sonó por primera vez esta temporada para acompasar las lindas tandas por los dos pitones, siendo de mejor factura con la mano derecha, ya que el pitón contrario era el menos potable. Estocada desprendida y descabello. Oreja y vuelta al ruedo al toro, que no era merecida.

Pepe Manrique se encontró con uno escasito de fuerzas, pero Pepe puso todo su empeño por torearlo y aunque no logró que tuviese mucha continuidad, la afición valoró la laborar lidiadora del bogotano; quien por un momento le perdió la cara al toro y le pegó una voltereta fea y que inicialmente le lesionó una mano pero cuando sus compañeros trataron de ponerlo en pie, el torero perdió el conocimiento. Mató en su lugar el maestro Ponce.

Tampoco era sencillo, porque era pegajoso y caminador el toro que le correspondió a Julián López “El Juli”. Pese a esas condiciones de falta de raza, el torero madrileño logró ejecutar una faena ligada, de pausas sabias para administrar el motor del toro y con pases que denotaban lidia autoritaria, más que oportunidad de lucimiento. Pinchazo y estocada. Saludo desde el tercio.

Sebastián Castella sacó palabras con un tira buzón, porque el cuarto de la noche no quería pasar, cómo le costaba acudir, se recostaba con peligro. Pero para el galo no hay reto imposible, lo sometió bajando la mano y por habilidad logró salvarse en muchas ocasiones de verse prendido, incluso el pantalón de su acostumbrado traje de calle, fue rasgado desde la ingle hasta el tobillo. Estocada trasera, luego de esta Castella pidió a todo el mundo apartarse del animal y dejarlo morir en paz, tanto que sonaron dos avisos y eso no importaba en ese momento sublime de la muerte. Fuerte petición de oreja. Vuelta al ruedo.

Extraordinario estuvo Luis Bolívar, de verdad que la madurez de este colombiano cada vez es mayor, se degusta toreando y la afición viéndolo torear. El temple, ligazón y clase con la que toreó se combinó perfectamente con el gran toro que tenía por delante, bravo, encastado, noble, con motor y picante del bueno; y el pasodoble Feria de Manizales.La afición empezó a pedir indulto cuando Luis tomó el acero toledano y esto inspiró a Luis para seguir mostrándolo. Indultado el ejemplar Misionero #125 de 418kilos. Dos orejas simbólicas.

Finalizaba el cartel Andrés Roca Rey, quien saludó muy variado con el capote al último de la noche. Lastimosamente en el tercio de banderillas el toro se malogró el remo delantero izquierdo y fue cambiado.

Con el sobrero Roca se lució, hizo sentir su toreo a cada asistente, templó, ligó y mandó. Tiene un extraordinario dominio de los tiempos en la lidia y a pesar que el toro le costaba en ocasiones acudir y se fue quedando parado; el torero le daba el terreno correcto, se cruzaba, lo llamaba y obligaba a que pasara quisiera o no. Espada un poco trasera. Petición de oreja.

Reseña: Toros de Ernesto Gutiérrez de correcta presentación y juego variado. Enrique Ponce Oreja, Pepe Manrique Herido, El Juli Saludo desde el tercio, Sebastián Castella Vuelta al ruedo tras fuerte petición de oreja, Luis Bolívar Dos orejas simbólicas tras indulto. Andrés Roca Rey Petición de oreja.

Por: Carolina Baquero

Fotos : @cormanizales