Galdós enamoro a sus vecinos indultando un toro de Campo Bravo de nombre Lagartijo de 455 Kg, mientras que el extremo Garrido pudo pasear una oreja del Quinto, otro «toro» anovillado que salió como sobrero. El ecuatoriano Samper se fue de vacío, sin poder refrendar el triunfo del año anterior.

Álvaro Samper, abrió plaza con un toro bien presentado de Campo Bravo, que desde salía tenía mucha codicia y movilidad, se lo llevo toreando por veronicas hasta el centro del ruedo. El toro peleó en el caballo y el público aplaudió la labor del mítico picador Hernán Tapia. Realizó un quite por chicuelinas en pleno centro  del ruedo. El haberle dejado al toro en la querencia. después de banderillas, pasó factura en la lidia de muleta. Brindo al cielo e inició su faena muleteril pero en la segunda tanda por la derecha el toro se fue a tablas. Por la izquierda fue lo mismo los dos muletazos limpios y el tercero hacia los adentros el toro se aburría y se iba. Para cerrar manoletinas y estocada casi entera. El toro demoró en caer y la oreja se esfumó.

Con el cuarto otro toro serio y bien presentado, que en el primer tercio también se movió y empujaba para adelante, Álvaro se estiró a la verónica dejando muy buenos pases. Con la muleta el toro echaba las manitos por delante y empezó a quedarse corto. Cuando el torero le ponía fuerza al toque el toro seguía la muleta para ligar una serie con mucho temple después de ir trabajándole al toro. Por el lado izquierdo no tenía un solo pase y soltaba mucho la cara, tenía mucho peligro por ese lado. También finalizó por manoletinas y la paso mal con los aceros, llegando a escuchar dos avisos. Silencio.

José Garrido regresaba al Ecuador después de haber dejado una buena impresión hace un año en Ambato. El primero de su lote fue el garbanzo negro de la noche y al que Garrido a base tesón y meterle ganas saco agua se un pozo seco. Desde el inicio fue un toro parado y soso que parecía no tener ni un solo pase. Cuando nadie tenía fe en el toro, el extremeño saco muletazos con toques fuertes y llevando al toro largo y poniendo los filos de la muleta en la cara para que no parara. Cuando embestía tenía clase pero no transmisión. Por el izquierdo también soltaba la cara y no había mucho por hacer. Vuelta al ruedo después de una estocada tenida y algo caída.

Salió un sombrero de Santa Rosa, de fea presentación que fue pintado por el público. Garrido lo recibió con una larga cambiada y verónicas hasta el centro del ruedo, esperando que el toro volviera entre pase y pase por qué salió abanto. El toreo transmitió mucho, para que la falta de trapío del toro se quedará de lado, sus chicuelinas de manos bajas y esperando la inercia del toro fueron jaleadas por el público. Inicio explosivo de rodillas, las tandas fueron cortas para que el toro dure pero también se apagó y el valor de Garrido hizo que sacará derechazos en las cercanías del animal que también se volvió soso. Estocada en lo alto y pudo pasear una oreja.

Joaquín Galdós tenía con expectación a la afición ecuatoriana y cumplió a cabalidad. El tercer toro de la tarde de nombre Lagartijo desde que salió mostró calidad, bravura, nobleza, clase, movilidad, etc. Qué a la segunda tanda por la derecha el público empezó a pedir el indulto. Pero antes con el capote el peruano se estiró a la verónica dejando siete verónicas que hicieron explotar al público cuando la tarde venía apagada. Ya en la muleta el toro se movía de lado a lado no importaba si era por el izquierdo o el derecho llevaba el hocico por la arena. Joaquín lo templo y por el izquierdo y con la muleta abajo llevaba al toro largo y con arte. Los tiempos fueron necesarios para que el toro respire y vuelva a galopar con alegría y prontitud. Circulares sin enmendarse y solo girando en los talones hicieron que apareciera el pañuelo naranja.

El último de la tarde hizo a su nombre, era una «Capricho» para embestir, que en ningún momento dejo que el peruano se estire con el capote. Tenía fuerza y en el tercio de varas volteo al picador. El toro reponía rápido por eso había que ganarle un paso y tocarle duro para que el toro no sé despiste y vea solo muleta, aún así logro ser peligroso. Por el izquierdo aún reponía más. Pincho al toro y quedó en silencio su labor.

 

Inmediatamente después de la corrida se procedió a premiar al triunfador de la feria, siendo Joaquín Galdós quien acaparó los premios del serial riobambeño

 

Ficha del Festejo

Casi tres cuartos de entrada

Toros de Campo Bravo (serios y bien presentados de diferente juego sobresaliendo el tercero que fue indultado) y un sombrero de Santa Rosa (5) ( de feas hechuras y anovillado)

Álvaro Samper (ovación y silenció)

José Garrido (vuelta y oreja)

Joaquín Galdós (dos orejas y rabo simbólicos y silenció)

 

Escrito por: Edwin Baño