“-Realmente merece la pena decir la verdad… -por supuesto, aunque duela la verdad siempre es la luz que nos saca de la sombra”. Esta frase no tiene sentido en un mundo inmoral. Hoy en día, la verdad en el mundo del toro ha muerto. La prensa permisiva, no investiga, ni se informa, tan solo transcribe. En un mundo que enaltece los valores más nobles, nuestro orgullo no coincide con las formas.

La plaza de toros de Santander ha salido a concurso, y la típica frase “Dios les cría y ellos se junta” se puede aplicar ante la inminente unión entre Rafael García Garrido, Víctor de la Serna y Carlos Zuñiga hijo. Aunque me consta que el señor Garrido es fiel defensor de su familia, y la unidad familiar.

La nueva alianza, que quiere conquistar la tauromaquia está compuesta por el novel empresario taurino Rafa García Garrido, y dos íntimos amigos como Víctor de la Serna y Carlitos Zuñiga. Una unión que no va a terminar bien, y  a donde Garrido jugará el papel de “paganini”, mientras los otros dos se dan la gran vida del postureo a su costa.

¿Quién se puede fiar de una persona que ha traicionado a su padre? Imagino que alguien que sea parecido. De lo contrario sería incomprensible. La andadura de Espacios Nautalia 360 ha empezado mal, muy mal, Valdemorillo ha sido un dolor de cabeza, que todavía no ha terminado para ellos.

Seguir por el camino, contra corriente, y aliarse con gente de mal proceder, acabara enterrando a Nautalia. El señor García Garrido tampoco es trigo limpio, aunque seguramente el más limpio de los tres, pero cuidado. También ha utilizado al empresario francés Simón Casas, y ha querido deshacerse de su persona, cuando se ha creído fuerte e intocable. Una bajeza contra un hombre que le ha dado su apoyo, y su debut en la tauromaquia.

Esto no son “vacaciones en el mar” o tal vez si, porque realmente las tramas sucias, complots y traiciones, se repiten al igual que paso por televisión en los años 80 y 90. El toreo necesita gente limpia, honesta y sensata, pero sobre todo de palabra y sin intereses ocultos. La unión de egos, acabará mal, y el más débil de los tres saldrá tocado. Santander pagará los platos rotos, y su feria necesita un buen empresario.

Ni el hermano en el Mundo puede lavar la imagen, de una unión dañina para la tauromaquia.

Por Juanje Herrero