Fría despedida la preparada por la empresa “Citotusa” que apenas realizó la entrega de un presente después de terminar el paseíllo. Supo a poco la despedida a un torero que eligió esta plaza ecuatoriana para su tan dilatada trayectoria a diferencia de la calurosa despedida que tuvo en Manizales. El triunfador de la tarde fue el extremeño Ginés Marín, que se encontró con un precioso toro de Mirafuente al que le cortó las dos orejas y salió por la puerta grande.

El Cid se abrió de capa con verónicas con el primero de Mirafuente que no terminó de humillar pero que repetía mientras el torero se animó a unas chicuelinas en el centro del ruedo. Brindó al público para empezar enseñándole al toro a embestir hasta terminar con un trincherazo de fantasía. Fiel a su estilo y cruzándose al pitón contrario lo citó por el derecho para llevarlo por media altura porque el toro con la clase que se movía no terminaba de humillar. Los pases de pecho mirando al público hicieron que los aficionados pongan mayor atención a la faena que explotó por el pitón izquierdo. Un respiro antes de colocarse y con la figura erguida tomó la muleta con su mano izquierda y con la distancia adecuada hizo cuatro o cinco naturales que dejaron ver esa mano potente tan apetecida en Madrid. El toro se tragó la muerte amorcillándose y el premio para el torero fueron aplausos.

El ecuatoriano Samper cortó la primera oreja de la feria después de realizar una muy buena faena al primero de su lote, al que le recibió con muy buenas verónicas. En el tercio de muleta empezó con doblones llevando al toro hasta el centro del ruedo sin que el toro le diera enganchones para seguir su faena con la mano derecha con un toro que pedía sus distancias. Citándolo desde la media distancia y con un toque fuerte el torero bordó varios derechazos vaciando el muletazo atrás de la cintura y con un buen movimiento de muñecas, pese a ser uno de los toreros ecuatorianos en mayor actividad en ocasiones tenía que colocarse después de cada muletazo. Por el izquierdo otro fue el cantar, con un toro que se escobilló el pitón izquierdo y la falta de repetición hicieron que el torero saque naturales de uno en uno con muy buen trazo. Las manoletinas y una media estocada que hizo efecto de inmediato le permitieron cortar la primera oreja.

Volvía Ginés Marín al ruedo ambateño, y vaya que desde la primera verónica demostró el momento en el que esta y porque muchos consideran que es un torero de arte. Sus verónicas con cadencia y acompañando sus movimientos con la cintura, con el mentón apegado en el pecho ante un toro que repetía hicieron presagiar que vendrían cosas mayores. El toro que empezó a mostrar en el quite por chicuelinas que se iba a aburrir por eso en la muleta el extremeño comenzó con doblones muy toreros mientras el toro mostraba cierta clase. Su toreo por el derecho sin exagerar posturas y colocando los vuelos de la muleta en el hocico del toro y vaciando el muletazo con suavidad, sin forzar al toro. El fallo con la espada dejaron que la buena faena quede en aplausos.

Llegó el cuarto de la tarde y el último de la carrera de Jesús Manuel “El Cid” un tal llamado “Rajatabla” de 430 Kg. N.- 181 de Vistahermosa, un castaño un poco anovillado pero que tenía movilidad y así lo vio “El Cid” que empezó tomando el estribo para caminarle con garbo y torería llevando la embestida del toro hasta el centro del ruedo. Si hay algo que destacar son esos pases de pecho ciñéndose el toro al cuerpo y mirando al tenido, cogiendo la muleta con la mano izquierda y con los pies firmes, con el cuerpo recto sintiendo y colocando la muleta con suavidad para que el toro la siga varias veces, despertando el olé de la gente que le gritaban desde el tendido “maestro no te retires” lastimosamente cada natural se vio empeñado por el toro que una vez sometido se aburrió y salía escupido del natural, un desplante y ha por la espada ¿Qué pensaría el momento de estar frente a su último toro? Tal vez las mil imágenes de él toreando, esas faenas en Las Ventas que se vieron mal logradas por la espada y así se repitió en suelo ambateño una faena de estilo y clase por el izquierdo se fueron al carajo por una estocada atravesada y que tuvo que recurrir al descabello y así ver caer la última oreja de su carrera como matador.

Muy condicionado el quinto de la tarde, otro toro de buenas hechuras que se fracturó el pitón izquierdo sin que se llegué a desprender, por lo tanto el torero ecuatoriano tuvo que cuidarlo en el caballo y hacer un quite por chicuelinas de manos bajas muy bien realizadas pero con un toro algo adolorido. Este fue el condicionante que la faena sea íntegramente por el pitón derecho, y que pese a la condición del toro tenía clase por el derecho que supo entender Samper para obtener muy buenos derechazos que calaron en el público, esa escases de fuerzas no permitieron que la faena vaya a más, aún así el torero se arriesgó a matarlo en el centro del ruedo en la suerte recibir que falló a la primera y a la segunda fue una media estocada. Aplausos para el ecuatoriano.

Saltó al ruedo el toro más precioso de la corrida de nombre “Trotón” fino de estampa con la cornamenta bien puesta y un trapío que a todos los espectadores fascinó y al que Marín algo le vio porque nuevamente estampó estas verónicas con garbó y torería, para luego hacer un quite de saltilleras y un remate llevando largo al toro con la punta del capote. El toro que mostró fuerza y movilidad fueron los desencadenantes para que el extremeño encienda a la plaza con un inicio de rodillas que puso al público de pie. Por el derecho el toro respondía a media distancia, pues el torero se colocaba sin dar ventajas y con estilo y raza hizo que los derechazos sean profundos, pero cómo algunos de sus hermanos este también se aburrió y deslucía el muletazo hasta que el torero le tapó la cara al final del embroque para que el toro no se vaya. Los redondos hicieron que el público empiece a pedir el indulto del toro que el presidente acertadamente no permitió y después de una estocada en todo lo alto puso las dos orejas en sus manos.

 

Ficha del festejo

Plaza de Toros Ambato – Tres cuartos de Plaza-

Toros de Vistahermosa (2,3,4) y Mirafuente (1,5,6) desiguales de presentación y juego

Jesús Manuel “El Cid”: Aplausos y oreja

Álvaro Samper: Oreja y aplausos

Ginés Marín: Aplausos y dos orejas

Curiosidad: Jesús Manuel “El Cid” no se cortó la coleta.

Por Edwin Baño