Sobre 1859 Joseph Yonnet, con vacas de la Camarga francesa a las que echa sucesivamente sementales de Ripamilán, Lisazo, Miura y Veragua, funda la ganadería brava más antigua de Francia.

La ganadería sigue su andadura siempre con la irregularidad y el sello de ganadería muy cruzada, hasta que en 1946 Cristophe ll Yonnet,  compra en varios lotes la ganadería de la rejoneadora Conchita Cintrón, de origen Pinto Barreiros ( puro Parladé), una década más tarde se hace cargo de la ganadería el mítico patriarca Hubert Yonnet, el gran impulsor de la casa Yonnet, durante más de medio siglo en la Beluge ( finca en la ribera del Ródano ) en plena Camarga ha modelado y prestigiado estos toros que tienen gran predicamento entre la afición francesa ( siempre exigente) pues aunan seriedad en el trapío y bravura con picante, genio y dureza en su comportamiento, Hubert Yonnet ( que también fué empresario del coliseo romano de Arlés, entre 1984 – 1999) refrescó con sementales de Pinto Barreiros y reses de origen Lisardo del maestro S M » El Viti» que luego se ha convertido en una rama muy importante de la ganadería de Yonnet.

Hubert Yonnet debutó en Barcelona en 1979, con una novillada, en 1981 lidió en Saint  Severa al novillo Montenegro calificado de bravisimo, otros hitos de los Yonnet ( en esta época de esplendor, finales de los ochenta y la década de los noventa) son su debut con corrida en Barcelona en 1987, su presentación en las ventas cogiendo antigüedad el 4 de agosto de 1991 y su debut en la maestranza sevillana el mítico año  1992, esta época dorada tiene su cima en 2002 con el indulto del extraordinario novillo Pescaluno, por el diestro Emilio  Laserna, pasado este boom, la ganadería calificada por muchos como terrorífica, sigue con una trayectoria irregular. Hasta que en el verano de 2014 se produce la triste noticia del fallecimiento del gran Hubert Yonnet, entonces se pintó un panorama negativo para la ganadería, pero aunque nadie lo esperaba la nieta de Hubert,  Charlotte Yonnet dá un paso al frente y se hace cargo de la ganadería de Yonnet, aunque se han desprendido de muchas hectáreas de terreno, todavía mantienen en la Beluge, las suficientes para la cría del toro bravo, como la estupenda corrida que lidiaron el 2016 en Sant Martín de Crau, que nos hace mantener la esperanza a los aficionados de que a la ganadería de Yonnet le queda mucho que dar en las calles y en las plazas de toros.

 

Por Rafael Falcon