Es de Ronda y se llama Javier Orozco. Dicho así parece que he dicho muy poco pero, convengamos que este rondeño ilusionado es ahora mismo el líder del escalafón novilleril que, en los tiempos que corremos no es cualquier cosa. ¡Qué digo cualquier cosa! Yo diría que es toda una proeza por parte del muchacho y de las personas que le ayudan porque, para un novillero, terminado el mes de agosto con veinte actuaciones en su haber, su logro no puede ser más bello.

Es ahora cuando el nombre de Javier Orozco está empezando a sonar pero, para sorpresa de todos, la mía la primera, el chico lleva varios años como novillero puesto que, debutó con picadores en Málaga y ha estado tres años en el dique seco. Más de cuatro años en el escalafón superior de los novilleros y un par de años como becerrista, todo un logro por parte de este rondeño ilusionado que, si torea como habla, el éxito lo tiene a la vuelta de la esquina.

No puedo emitir juicio alguno al respecto de su persona pero, por lo que me ha contado, Orozco es el hombre más dichoso de este mundo por todo lo que ha logrado que, como él confiesa, apenas es nada, pero que está en el camino que le puede conducir a la gloria taurina con la que sueña. Aprendió en la escuela de Ronda, sufrió el duro y macabro parón tras debutar con picadores y, como quiera que de cobardes no se haya escrito todavía nada, Orozco, sigue impertérrito en la búsqueda de la gloria a la que aspira.

-Sin tener antecedentes taurinos, ¿de dónde te viene la afición?

Soy de Ronda como usted sabe y, de chiquillo ya me llamaba mucho la atención el mundo de los toros y, de repente sentí que yo podía ser arte y parte de dicho mundillo y decidí apuntarme a la escuela de Ronda, algo de lo que me siento muy satisfecho y agradecido.

-Tras ver que eres el líder del escalafón novilleril, Javier, yo creía que eras un chico que terminaba de empezar y, como me han contado, llevas varios años en la dura lucha por ser torero. ¿Cómo es la cosa?

Es cierto. Debuté con caballos en el año 2015 tras dos años actuando como becerrista pero, fíjese, sin saber las razones me tuvieron tres años parado, hasta el pasado año que ya pude torear un buen número de festejos y, como usted dice, ostentar el liderato en estos momentos.

-¿Y no desesperaste? Te lo pregunto porque, este año, como sabes, un compañero tuyo, Borja Collado, ha decidido retirarse cuando estaba logrando muchos contratos.

Tuve tiempo para todo, hasta para la desesperación como usted apunta, pero sobrellevé aquel trago tan amargo con la ilusión de la que ha contado usted anteriormente.  Siempre creí que podía valer para mi profesión, por eso nunca renuncié a nada, hasta las miserias que he tenido que soportar en todos los órdenes.

-O sea que, el pasado año recobraste las ilusiones y, por lo que veo, ahora estás más contento que un millonario con auto nuevo.

Estoy feliz, no puedo negarlo. Aunque el liderato de los novilleros represente muy poco, ostentar dicho galardón me estimula y me hace fuerte ante las adversidades; todo empezó a fraguarse el pasado año y, en la actualidad estoy toreando mucho para que mi carrera se vaya consolidando poco a poco.

-Parece una paradoja pero, estás toreando mucho pero no te veo en las grandes ferias. ¿Qué pasa al respecto?

Pienso que todo se andará. Convencido estoy que mis triunfos tienen que servir para abrir otras puertas que anhelo. Estoy triunfando en muchos pueblos para curtirme como torero, algo nada despreciable porque, eso de torear en el valle del terror y otros muchos sitios donde aparece el toro de verdad, eso curte mucho.

-¿Qué falta para que debutes en Madrid?

Mire una cosa, yo creo que a Madrid, que no es ninguna broma, hay que ir con mucho rodaje; no se puede ir a la capital de España y dejarlo todo en manos de la suerte. Yo debo de estar preparado para tal compromiso y, cuando toque, si fallo que sea por culpa de los toros, pero no por culpa mía por aquello de ser inexperto.

-Sin embargo has toreado en Sevilla y las cosas no rodaron como deseabas.

Claro, pero por culpa de los toros. Se me pararon ambos enemigos y entre los dos apenas pude dar media docena de muletazos. Si el toro no ayuda es imposible. Es cierto que, a diario, de mi parte lo doy todo, ahí están mis triunfos que lo dicen todo.

-Por el contrario, el año pasado cuando debutaste en Ronda, tu pueblo, el triunfo fe de clamor y este año no te han puesto.

Han dado una novillada sin caballos, razón por la que no han podido contar conmigo pero, como usted dice, mi presentación en tan magna plaza no pudo ser mayor, tres orejas y salida el hombros por la puerta grande.

-Dime una cosa, ¿cómo es la gente de los pueblos donde sueles actuar? Es generosa, crítica, dura, comprensiva……

Como he toreado en muchas plazas me he encontrado de todo pero, en todos los lugares, más o menos exigentes, he palpado el respeto por los hombres que nos jugamos la vida, algo digno de tener en cuenta para agradecer a todos los aficionados que me han visto.

-¿Se vive del dinero ganado en las novilladas?

Yo no llevo mis cuentas porque para eso tengo unos apoderados que me administran. Si le digo que el dinero no me preocupa en lo más mínimo, a la vez que soy consciente de que mi carrera, como la de cualquiera, hay que cimentarla con inversiones. El toreo no se escapa de tal inversión porque, en todas las carreras que cualquier ser humano quiera emprender, hay que invertir para poder llegar a la meta que uno sueña. Nadie llega al estrellato de la noche a la mañana.

-Lo cual quiere decir que estás convencido de que, más pronto que tarde, tú serás un hombre rentable para ti mismo y los apoderados que te ayudan. ¿Verdad?

Con esa idea trabajamos, razón por la que me juego la vida con aras de encontrar un mañana mejor para mí y mis gentes. Estoy apostando muy fuerte en algo que no sé la rentabilidad que me dará, pero sí le digo que por falta de ilusión y dedicación no quedará.

-Yo no te he visto torear, por tanto, no soy capaz de opinar sobre tu persona en calidad de torero. ¿Podrías definirte al respecto?

Mire usted, yo me fijo en los toreros de arte que son mi espejo. Morante, Manzanares, Pablo Aguado con el que he toreado de novillero; toreros de ese corte con los que me inspiran y, en realidad, ese es el toreo que yo sueño. A ese estrado artístico me gustaría llegar pero, será el destino el que nos defina cómo será el devenir de mi carrera como torero.

-Tengo la sensación, Javier, que lo dejas todo en manos del destino pero, algo deberás de poner tú ¿verdad?

Es que yo lo pongo todo. No dejo nada por hacer. Hablo del destino porque nadie sabe en qué quedará todo; pero no es menos cierto que yo estoy ayudando todo lo que puedo y un poco más. Si fui capaz de aguantar tres años sin torear a sabiendas de que valía para ello, como usted comprenderá lo aguanto todo.

-¿Qué sabes de las cornadas que dan los toros?

Para mí dicha, muy poquito. Aunque soy consciente de que el peligro está ahí y que algún día llegarán, razón por la que estoy mentalizado para todo. Mi única cornada tuvo lugar el día que debuté con caballos en Málaga y no me han vuelto a poner.

-Al paso que andas, taurinamente dicho, para el año que viene sospecho que estarás preparado para la alternativa. ¿Qué planes tienes al respecto?

De momento, ninguno. Estoy centrado en mi etapa como novillero en la que quiero destacar por encima de todo y, a mitad del año que viene, Dios dirá. No tengo prisa porque, como le contaba, lo que quiero es convertirme en un buen profesional para afrontar cualquier vicisitud que se me presente en mi carrera.

-¿Te ha contado alguien de las injusticias que se dan lugar en el mundo de los toros?

Por supuesto. En el trayecto que supone caminar por el mundo de los toros uno puede ver de todo y, las injusticias de las que usted habla le ocurren a cualquier torero, pero es el precio que tenemos que pagar los que deseamos triunfar en esta bendita profesión. Pero no crea que, injusticias las podemos ver en cualquier parte del mundo, en todas las profesiones. Siendo así, el mundo de los toros es un reflejo de la sociedad en que vivimos.

-Te veo convencido, capaz, creativo, como si presagiaras que el mañana será fantástico para ti en calidad de torero; vamos que, tengo la sensación de que en tu fuero interno acaricias el triunfo desde lo más profundo de tu corazón. ¿Es así?

De una cosa sí que estoy convencido. Que si uno tiene aptitudes para su profesión, en la mía como torero, al final se logra el éxito que, llegará más tarde o más temprano, el último ejemplo lo tenemos en Pablo Aguado que, tras la alternativa lo dejaron parada y un buen día, el año pasado, acudió a Madrid para cubrir una sustitución y, como quiera que es artista, pocos meses después de aquel triunfo, todo el mundo le elogia, sencillamente porque es un artista. Pablo es uno de los espejos donde me suelo mirar.

-Mucha gracias, matador. Que dentro de poco tiempo estemos hablando de tu alternativa y, sin duda, de tus más grandes éxitos.

Pla Ventura.