La Fiesta de los Toros, tal y como los conocemos, desaparecerá. Sí, sin duda. No por referéndums absurdos, meramente electoralistas. No, sino por hastío, por aburrimiento y por maltrato al aficionado. La mafia lo corrompe todo, lo pudre y conduce a un arte milenario, aunque la corrida en sí solo sea tricentenaria, al harakiri. Ayer salieron los carteles de los que fuera otrora Feria de referencia, por la vinculación de su ciudad con el toro, el caballo y el género torero: Jerez de la Frontera. Torero hasta el nombre. Sin embargo, han suscitado una total y absoluta indiferencia al aficionado, si no indignación.

La Feria se abre con el tradicional festejo de rejones, en jueves 16 de mayo. Jerez es indisociable a dos apellidos: Domecq y Bohórquez. Colosos del toreo a caballo, cuando realmente se podía considerar toreo, precisamente por haber presencia del toro. En la actualidad se ha convertido en un simple espectáculo ecuestre, en el que se juguetea con un torete mocho y seleccionado para perseguir, de forma robótica, a un caballo exquisitamente domado. Sin embargo, el festejo de rejones deviene, a la postre, el cartel más atractivo de la Feria, por la sencilla presencia del verdadero coloso de nuestra era: Diego Ventura.

Los carteles de toreo a pie son verdaderamente un despropósito. Contrario a cualquier mínimo interés en mantener la Fiesta de los Toros. Concentración en dos tardes de quienes han rehuido, con una excepción, en uno u otro momento a anunciarse en Madrid. Esta es la Fiesta que quieren: sin exigencias, sin compromiso, sin verdad. Acomodados con un novillito que siga los trapos sin poner en apuros a nadie. Tener las orejas cortadas antes de cruzar el albero. Por ello se anuncia, en la primera tarde, Manzanares y Roca Rey, cuya asistencia es obligada por ser el único que interesa en la actualidad. Para abrir cartel, El Fandi. Será que Manzanares se niega a aceptar que los años también pasan por él. El ganado (¡oh, sorpresa!) de Núñez del Cuvillo. Para cerrar la Feria, Paquirri, Morante y el Juli, con toros de Garcigrande y Domingo Hernández. ¡Pero qué es esto!

Paquirri decidió irse en 2017. Por ello, orquestó una temporada destinado únicamente a despedirse de los ruedos. En muchas ocasiones, se despidió de sitios donde nadie se esperaba volverlo a ver. En fin. Hay dos formas de irse, o eso dicen: una, irse sin decir nada; y otra, decirlo constantemente sin acabar de irse. Parecer ser que Paquirri se ha marchado de esta segunda forma. Nadie entiende para qué vuelve. ¿A quién le interesa? A mí, desde luego, no.

Del apartado ganadero no voy a decir nada. Es una batalla que doy por perdida. Sobre todo en plazas de tercera, como es Jerez. Sin embargo, no tolero la ausencia de novillada, algo que por desgracia se está haciendo habitual. Que sea habitual no significa que sea normal. Es evidente que desapareceremos si no damos oportunidad a quien han de sustituir a los que ahora se arrastran por los ruedos. Tampoco es admisible que se cierren carteles con los mismos. Ahora es más necesario que nunca la inclusión de caras nuevas en los carteles de clavel. Así, el público ocasional puede conocer esos nombres. Ahí hay muchos, como Aguado, cuyo concepto encajaría perfectamente en Jerez y en su idiosincrasia, torera y cantaora. Pero nada, pa’ el hoyo. Eso sí, hay que darle una oportunidad a Paquirri, que lleva mucho ambiente y a ver cómo pinta.

Los carteles son los siguientes:

Jueves 16 de mayo: Corrida de rejones. Reses de Fermín Bohórquez para Andy Cartagena, Diego Ventura y Lea Vicens.

Viernes 17 de mayo: Corrida de toros. Ganadería de Núñez del Cuvillo para David Fandila “El Fandi”, José María Manzanares y Andrés Roca Rey.

Sábado 18 de mayo: Corrida de toros. Ganadería de Garcigrande y Domingo Hernández para Francisco Rivera Ordóñez “Paquirri”, que reaparece, José Antonio “Morante de la Puebla” y Julián López “El Juli”.

 

Por Francisco Díaz.