Al entrar en «Cojos de Robliza», el pequeño cementerio, antiguo y triste nos traslada a tiempos muy lejanos, el propio nombre de la finca lo indica, a tiro de piedra Robliza de Los Cojos, extraña incongruencia que sin duda tendrá su historia y su porqué.

          Historia que comenzaron los primeros de la saga «Fraile» el tío «Borreguillas y el tío «Botines» cuando por circunstancias de la vida profanaron el latifundio de los Pérez Tabernero al comprar 1000 Has. Allí en medio de todos como el General Custer en Little Bighorn, la familia de más solera del campo Salmantino rodeaba a éstos ganaderos y labradores.

 

          «Cojos» le tocó en las particiones familiares a Juan Luis Fraile, que se trajo el hierro de Trinidad Nogales y parte de la ganadería de Graciliano P. Tabernero, su marido, Juan Luis luchó por estos animales de una fiereza espectacular, y un día de mayo de 1999 mientras dormía esperando la hora de ir a la plaza de Madrid a ver lidiar sus toros, el destino quiso que no se despertase, sus toros esa tarde le dieron el último brindis siendo declarada ese año la corrida más brava del ciclo Isidril, como refleja el azulejo en el patio del desolladero .

    Todo quedó en manos de sus hijos Juan Luis y Carolina Fraile que siguieron fieles a este encaste contra viento y marea y contra saneamientos brutales que diezmaron la vacada; Juan Luis sufrió la ira de uno de sus toros que le pudo costar la vida; sin desmayo día a día, una lucha brutal, pero el escaso número de cabezas les hizo comprar un hato de vacas a su tío Loren de lo de El Puerto y con esto les permite ir una vez por temporada a Madrid aunque esto con el hierro de su madre María Cascón. La extensión enorme de la finca les permite dedicar una buena parte a los cercados y así tener los gracilianos separados, éstos no riñen, aquí se matan, y dedicar la parte más grande a la siembra y otros ganados más comerciales; para este año dos novilladas una para Madrid en Marzo y 12 toros, uno para la concurso de Orthez, siempre le fueron fieles los Franceses, sólo oir la palabra «Juan Luis» es sinónimo de fiereza y emoción, en bueno o en malo, pero siempre emoción; junto a Bienve García su mayoral abnegado, la lucha contra todo y contra todos es brutal, esperemos no se cansen como ha pasado con lo de «Los Puentes de Castillejo» los aficionados al toro lo sentiríamos de verdad y la fiesta perdería otro bastión. Luchar y Luchar , no queda otra.

Por Javier Fernández Cisneros