El ocaso del encaste vazqueño está escrito entre líneas en la historia de los años. Al fallecer Critóbal Colón de la Cerda en 1910, le sucedió su hijo Cristóbal Colón Aguilera, decimo sexto Duque de Veragua : sería el último  Duque ganadero y el segundo presidente de la Unión. Mi tío bisabuelo era un hombre reservado. No le gustaba la vida en sociedad, no participaba en ninguna de las actividades a las que se entregaban los antiguos duques, no se dedicó a la política y permaneció soltero. Le gustaba leer, escribir y hasta publicó una selección poética…….
Creo que continuó ocupándose de la ganadería más por tradición familiar que por gusto, pero lo hizo con habilidad ya que en sus tiempos se vendieron más toros de Veragua que nunca, casí cien por año.
Los tiempos son más bien difíciles por muchas razones.
Primero, porque el número de ganaderías bravas había proliferado : de una decena a fines del siglo XVII, llegaron a ser 48 en 1879 y más tarde 82, cuando Cristóbal Colón y Aguilera pasó a hacerse cargo de la de Veragua.
La oferta se multiplica, los precios no aumentaron y dos toreros pueden, con mayor facilidad que antaño, evitar a las ganaderías que les disgustan. Con Joselito y Belmonte, los elegidos indiscutibles y que el público quieren ver sean cuales fueran los toros a los que se enfrentan, el encaste vistahermosa, mucho más propicio para las faenas más largas, toma definitivamanete la delantera. La razón es la misma que en la época de Guerrita : el toro veragüeño se defiende después de las varas, mientras que el vistahermosa se va para arriba.
De manera tácita en cuanto su poder se volvió absoluto, Joselito apartó de su camino a los toros de Veragua, favoreciendo el advenimiento del encaste rival y conservando la susceptibilidad del Duque cuya influencia todavía era grande. El primero de octubre de 1912, Joselito confirma su alternativa en Madrid frente a » Ciervo «, un jabonero claro de Veragua con el testuz rizado que no fue nada fácil.
El balance de la faena es explícito : un total de ocho pases y una estocada trasera. El segundo Veragua parado y bronco ¡ le duró tres minutos !
Pero para las fiestas del Pilar, en Zaragoza, el 11 de octubre de 1913, Joselito lidia seis excelentes veraguas con los que triunfa en grande. Joselita impulsa por doquier la construcción de plazas » monumentales » en las que podrán ofrecerse a un público más numeroso entradas a precios más accesibles.
Para inagurar la plaza monumental de Barcelona el 12 de abril de 1914, se eligen 8 toros de Veragua, pero Joselito no se apunta……
Al día siguiente un toro de Veragua le da una monumental paliza a Juan Belmonte en Murcia, paliza que pone en peligro su enfrentamiento con Joselito durante la feria de Sevilla, haciendo que pierda las dos primeras corridas previstas….. Reaparece frente a los toros de Miura el 21, pero siguiendo los consejos y el ejemplo de su compadre, a partit de esa fecha apartará también de su camino a los toros ducales. El veto disfrazado de los dos grandes toreros de la época contra los Veraguas sale a la luz en noviembre de 1915, cuando la empresa de Madrid propone reemplazar a tres toros de Vicente Martínez por tres de Veragua, y Vicente Pastor y Juan Belmonte se oponen.
Desde la mañana siguiente, la oficina ejecutiva de la Unión, cuyo presidente no es otro que el Duque de Veragua, decide a su vez boicotear a los dos matadores. El » pleito de los Veraguas » que sigue al de los Miuras hace que la bomba estalle, y el asunto se envenena cuando en Madrid se organiza un banquete para restablecer el honor del Duque, durante el cual se acusa a los toreros de querer lidiar toros jóvenes y pequeños. Los ganaderos de hecho planean, en la euforia del ágape, hacer frente común con las empresas para poner fin a los procedimientos de los culpables…… Pero Joselito tendrá la última palabra.
Solidarizándose con su amigo Belmonte, pide a su otro amigo, Eduardo Miura, que calme a los ganaderos, y de no ocurrir esto, le dice que tendrán que oponerse a él. Habiendo llegado a un acuerdo, Belmonte y Pastor se comprometen por escrito a lidiar los toros de cualquier ganadería perteneciente a la Unión.
Más aun, Joselito y Belmonte proponen enfrentarse a la corrida más seria del Duque en mano a mano…… cosa que no harán jamás.
Para concluir el debate y permitir que todos salvaran el honor, la autoriidad competente en lo que tocaba a la corrida conflictiva, declaró a la prensa que había sido ella la que se opuso a cambiar los toros de Martínez por los del Duque, y no los toreros…….
En octubre de 1917, Joselito cierra su temporada ( 103 corridas ) matando en solitario seis toros de Veragua en Málaga. El asunto parece una reconciliación diplomática, ya que en la mente del torero, quien proyecta comprar la ganadería de la Marquesa de Tamarón ( la cual acabará finalmente en manos del Conde de la Corte ), el encaste Vistahermosa tenía ya ganada la partida.
Joselito es en gran medida el responsable : incita a todos los ganaderos que tenían ganado de casta vazqueña a optar por la de vistahermosa, lidiando en toda su carrera sólo cuarenta y tres toros de Veragua. Y cuando se convierte en dueño de la ganadería vazqueña de Benjumea, lo hace para mandarla inmediatamente al matadero………. Razón esgrimida : que el toro vazqueño es más para el público que para el torero……
Espectacular en varas, no favorece las faenas. La mentalidad del torero cambia. Los maestros antiguos, cuyo orgullo estribaba en enfrentarse a los adversarios más duros y más grandes para probar su valor, desaparecen en beneficio de toreros preocupados por imponer la nueva estética del toreo moderno inventada por Joselito y Belmonte, y para eso se necesitan toros distintos. Lo cual no quiere decir peores. En ese año, un Duque de Veragua bastante decepcionado le confia a Gregorio Corrochano :  » Creo que de aquí en adelante, el público se limitará a apreciar las faenas de los toreros, y que para él la corrida va a reducirse a eso. En este contexto, aunque se alimente a los toros con los productos cultivados en la finca, la ganadería es un negocio ruinoso.
Mi abuelo vendía sus toros a mil pesetas cada uno, y yo los vendo a mil doscientas cincuenta. Sigo por tradición familiar y afición. Si lo hiciera sólo por negocio, no continuaría un día más. Pese a las circunstancias y a las nuevas pagas, algunos toros recuerdan a la gente lo que fueron los Veraguas de antaño.
Cuando el toro » Bailador » de la Viuda de Ortega, mata a Joselito de un pitonazo en el vientre. La ganadería de la Viuda de Ortega estaba creada con vacas de Santa Coloma y sementales de Veragua.
La afición está apenas, reponiéndose de la tragedia de Talavera cuando un segundo drama la sacude. En Madrid el 7 de mayo de 1922, » Pocapena «, un cárdeno oscuro de Veragua, lanza violentamente a Manuel Granero, la gran esperanza de su generación. El torero se protege la cabeza y se queda inmóvil……, el toro le mira un instante y después le tira un derrote que le estrella contra el estribo antes de que alguien pueda hacerle el quite. Ahí, el toro derrota de nuevo y le da una cornada en el ojo, Marcial Lalanda, nieto del veterinario francés Lalande, al que el anterior Duque de Veragua había contratado para ocuparse de sus toros en la finca » El Molinillo «, finiquita al toro que mató a Granero » Pocapena » .
Para los toros de Veragua esta tragedia marca el inicio de una clara decadencia. Ya no los torearán más que los toreros modestos.
Critóbal Colón y Aguilera, quien había comprado el año anterior la yeguada del Marques de Domecq, comprende que los toros de la familia ya no corresponden al espectáculo que quiere el público.
La afición por los caballos del último Duque ganadero no impidió que se ocupara admirablemente de sus toros.
Entre 1918 y 1927, la ganadería de Veragua fue la que más toros vendió : 74 en 1918, por encima del Conde de Santa Coloma, con 46, de Pablo Romero con 39, y de Miura con 50.
( Continuará )
Por Mariano Cifuentes