El campo bravo nos trae historias peculiares, diferentes, emotivas y únicas. La dehesa ese paraíso donde el rey de la fiesta pasta tranquilamente, también es el entorno natural donde un sinfín de animales tiene su ecosistema, desde los tan conocidos cerdos ibéricos hasta animales salvajes como el corzo o lince ibérico. Todo una amalgama de sangres que crecen en torno a un pareja único que se extiende por gran parte de España y Portugal.

En este caso nos vamos hasta Coria, más exactamente a la finca de José Luis Bertol, donde pastan sus toros en un entorno único, toros de dos ramas diferentes, una Domecq vía El Ventorillo y la otra Santa Coloma vía Pérez Escudero.

Nos centramos en el Burro que tiene dicho ganadero, un burrito que nació el pasado 12 de octubre, día de la Virgen del Pilar. Como no podía ser de otra manera éste recién nacido se le bautizó con el nombre de “Mañico” en honor a tan celebre día aragonés. Para más Inri fue prematuro. La veterana madre de 19 años solo lo pudo acompañar sus primeros 45 días, después para la tristeza del pequeño y el ganadero murió. El burrito se negaba a comer, no quería coger el biberón, ni la tetilla, no quería saber nada de la vida, fuerte fue el trauma que le causo la pérdida de su madre.  D. José Luis ante tal situación, decidió ligar el destino del burrito con sus toros, sin saber cómo podría salir eso. Para alegría del ganadero, el burro y un precioso toro “burraco”, fue una jugada maestra, porque el burrito encontró en ese toro un amigo, un hermano, un compañero y un padre. Todo en uno. Hoy en día siguen juntos pastando, rascándose y jugando. Una pareja peculiar en la dehesa extremeña. Por suerte para el burrito, el ganadero recientemente aprobó el nombrado toro para semental, asique probablemente esta historia de amistad continuará mucho tiempo.

Situaciones curiosas y entrañable, como un burro y un toro acaban siendo los mejores amigos.

Tenemos un patrimonio único en nuestro campo bravo, cuidémoslo entre todos. Para que la fiesta nacional, nuestra tauromaquia dure por siempre.

Por Juanje Herrero

Fotos Jaime Bravo