La tauromaquia ha dado un cambio total en el siglo XXI y precisamente no para mejor, sino para arrinconar. Inventar una palabra que nunca debería haber existido y hacer que dicha palabra cobre más fuerza, esta palabra es minoritario. La falta de variedad en el circuito se hace cada vez mas patente y es una realidad. El cambio de estilo en el toreo, la falta de compromiso de las figuras, la perdida de los cánones en definitiva la falta de verdad, sumando los ataques políticos han provocado una decadencia y un estado de alarma en el mundo taurino.

Hay muchos factores que han influido para llegar a este momento, hoy solamente me voy a centrar en uno, ya iré desgranando el resto de males más adelante según mi visión de la fiesta actual.

Los medios de comunicación son unos de los culpables del momento que están atravesando la fiesta, en ello se puede constatar una falta de rigor por la verdad, pureza y emoción que debería englobar el mundo del toro. Su falta de profesionalidad, critica y veracidad roza la demagogia más absoluta. ¿En qué momento se perdió la falta de rigor? ¿Por qué nadie se dio cuenta? La manipulación de ciertos medios a favor de ciertas figuras, de ciertas ganaderías, de ciertos personajes es constante, y nada parcial, siempre a favor del alivio más absoluto.

Estamos ante una mafia chantajista que su “modus operandi” es cuanto más grande sea el sobre mejor hablo de ti, y si no hay sobre atente a las consecuencias. Ya se encargan al empezar la temporada de ir pidiendo el impuesto revolucionario.

Esa falta de valores hace que las cosas estén cada vez peor, a estos medios no les mueve buscar la verdad, ni difundir la tauromaquia a los aficionados, solo les importa el papel. Para ellos esto es un negocio que con la publicidad de las empresas no les vale, sino que beben directamente de todas las fuentes, tocan todos los palos.

Estos medios de comunicación no dudan en utilizar la mentira para desacreditar aquellos que no acepten pagar su impuesto, es más llevan manipulando al aficionado y simpatizante desde su creación, un gran trabajo el que han realizado para cambiar la conducta y visión, una fábula ambiciosa para que bajo su protección lingüística el aficionado crea que sus crónicas y artículos son lo correcto, falseando lo que sucede en la plaza y manipulando el contenido de la verdad por el engaño. Sus crónicas son saturadas con absurdas palabras, utilizando una verborrea técnica para hacer más creíble su mentira, atacando sin tapujos a la verdad y a la tauromaquia por consecuencia.

Creo que la verdad solo tiene un camino pero hay un refrán que dice “importante caballero es Don dinero” y asi se cambia radicalmente la conducta. Por el bien de la fiesta, por el futuro de la misma la verdad tiene que imponerse en este juego de adoración a falsos ídolos y que estos medios que todos conocemos dejen de manipular su mentira.

Salvo ciertos medios de comunicación que son cabales y dan su opinión con la libertad de no estar pagados por nadie, esos compañeros que para cierto sector caen tan mal y les intentan ningunear por decir la verdad y luchar por una tauromaquia justa y pura, ese acoso que sufren no puede quedar impune.

Si hoy no ponemos solución a los problema no habrá mañana por el que luchar, si no hacemos autocritica nosotros mismos y analizamos los fallos esto no tendrá futuro. El presente es nuestro para cambiar y luchar por la verdad en cada plaza, para intentar vivir una edad dorada en el siglo XXI, dejar los triunfalismos a un lado y asegurarnos de legar un buen ejemplo de integridad, honestidad y sinceridad a nuestros sucesores y a los futuros aficionados.

 

Por Juanje Herrero