Era un domingo, día taurino, un domingo del mes de mayo de 1970, para ser más preciso era del decimo día de ese mes de mayo, cuando en Cehegin nace un torero al que llaman José.

Sus sueños de niño se fraguan en el barrio del ‘Mesoncico’, fue allí, a una edad muy temprana, donde el futuro matador comenzó a jugar imitando los típicos pases de la fiesta, y a alimentar sus sueños de gloria torera.

Este niño que como ya hemos dicho se llama José sueña el toreo porque nació con ese don que solo unos pocos tienen, el don de nacer torero, y como muchos hemos hecho iba a los toros con su padre y su abuelo Máximo, a la plaza de Cehegín donde siempre hacia salir a sus abuelo y padre por la puerta por donde lo hacían los toreros, para así poder pisar el albero del ruedo y una vez allí fantasear con que él era matador.

El año de naranjito, José se traslada a con su familia vivir a Murcia, donde su familia comienza a tomarse en serio los sueños de José, y comienza sus entrenamientos en la finca de los Felices, junto a  Manuel Cascales.

En 1983 se anuncia por primera vez en los carteles como José Liria MAXIMÍN, por su abuelo Máximo, que siempre lo alentó en sus deseos de ser torero. De luces se viste por primera vez en la pedanía murciana de Barqueros, en septiembre de 1988, donde actuó en la parte seria del espectáculo cómico-taurino ‘El bombero torero’.

Vicente Bejarano y Miguel Carrasco lo acompañaron en el cartel de su debut con los del castoreño su ciudad natal, el 8 de abril de 1990, enfrentándose a novillos de Soto de la Fuente.

Y como no podía ser de otra forma nuestro José ya en Maximin se ve en los carteles para tomar la alternativa y empezar a escribir la historia de Pepín Liria y fue en  Murcia, el sábado 11 de septiembre de 1993, donde José Ortega Cano,  lo doctoró en tauromaquia con testigo de su doctorado Finito de Córdoba lidiando toros de Torrestrella.

Pepín Liria es un matador hecho a sí mismo, pues logró con mucha gallardía y sufrimiento llegar al lugar que ocupa. En un principio eran más bien pocos quienes confiaban en que consiguiera los puestos que ha conquistado,  siempre ha tenido que enfrentarse a las ganaderías más complicadas, y nunca ha puesto ningún reparo a realizar el paseíllo en las plazas de mayor compromiso. Los cosos más importantes del orbe taurino se le han rendido.

Ahora y tras un respiro vuelve Pepín vuelve el gladiador del toreo ese gen que tiene los toreros murcianos, ahí los ejemplos de Paco Ureña y Rafaelillo, vuelve para unas pocas fechas especiales lo hará en Illesca con Juli y Manzanares pero este guerrillero ya ha dicho que quiere estar en Pamplona en la meca del toro toro donde es muy querido.

Está claro que José que soñó el toreo como Maximin y consiguió la gloria como Pepín Liria, vuelve para demostrar que el héroe murciano esta aquí de nuevo para volver a escribir otra página de oro en el libro de la valentía, por ello me viene a la mente una frase que leí del  escritor, filósofo y poeta estadounidense Ralph Waldo Emerson, que decía “Un héroe no es más valiente que un hombre normal, pero es valiente cinco minutos más” por eso esta profesión es de héroes