Una floja entrada registró el coso monumental de Insurgentes en lo que fue el cierre de la temporada grande 2018-2019, y a su vez el festejo a beneficio de la Asociación “Nacional de Matadores de Toros y Novillos, Rejoneadores y Similares”.

Se develó un busto del matador Mariano Ramos que será colocado en una de las entradas de la plaza. Estuvieron presentes su viuda, su hermano y representantes de la Asociación.

Saltaron a la arena 9 toros de los cuales 4 pertenecieron a la ganadería de Arturo Gilio, destacando el tercero con los honores del arrastre lento. El primero se lesionó. 4 más de Cieneguilla y uno de regalo de San Mateo que también fue premiado.

Desde hace muchos años, el festejo de “la oreja de oro” era el epílogo de la temporada y generalmente estaban acartelados los triunfadores del serial, lo que en este caso desmotivó a la afición ya que si bien Saldívar había tenido una triunfal e interesante tarde, no redondeó en su segunda intervención y sin embargo estaba presente. Por su parte y en definitivo Sergio Flores es uno de los que tenían por fuerza que integrar el cartel de esta tarde después de una temporada muy interesante y en la que ha mantenido la constante del corte de apéndices, pero la inclusión de Michelito es algo que nos desconcierta a todos.

Si bien es alguien que merece confirmar la alternativa, que ha batallado a lo largo de muchos años por abrirse un camino en esta difícil senda y que puede ser muy válido, no es ni un triunfador, ni parte del elenco que integró la temporada y definitivamente el público reflejó su molestia en la taquilla.

Un detalle curioso y reprobable ha sido que en el primer toro de la tarde, mismo que se inutilizó al encuentro con el peto del picador, los cabestros no fueron capaces de hacerlo regresar a los corrales, por lo que fue el primer espada quien tuvo que salir a matarlo tras más de media hora de intentos por regresarlo. Lo reprochable es, que Saldívar cogiera la muleta para pegarle una tanda por ambos lados antes de perfilarse.

Es muy reprochable ya de por sí, el hecho mismo pero eso pone en plan “pachanga” a la plaza más importante de América. Es indignante y esperemos que alguien se lo haga saber al esteta.

Y tuvo una tarde aciaga. Con buenos momentos en sus dos primeros toros, al primero incluso habiéndole cortado una oreja, ya que posee sin duda un Fondo interesante y es de una largueza indudable y calidad excelsa pero el común denominador de su carrera ha sido el quedarse al punto de romper y no lograrlo. Este inicio de temporada ya lo habíamos visto, parecía que la madurez lo había puesto en el tercio exacto donde el tañir de la campana florece, para llamar a la mística ceremonia en este caso del toreo.

Pero no volvió a acariciar el cielo y pese a sus intentos al regalar un toro, mismo en el que estuvo realmente voluntarioso y salpicando de arte el ruedo, no hubo esa respuesta del tendido quienes se quedaron con una factura pendiente.

Sergio Flores sigue por esa senda que pese a los obstáculos, sabe librar tarde a tarde, en la que no se deja caer por ningún motivo y lleva bien izada la bandera de quien pretende ser un triunfador. Si bien ya dijimos que se hizo con la “oreja de oro” creo que de oro ha pegado uno de los lances más aterciopelados y bellos de la temporada. Y yo personalmente con eso me quedo, pero sin duda crece a cada instante y es que tiene la actitud del acróbata que se encuentra en la cuerda floja y que tiene que colocarse perfectamente para mantenerse erguido, fuerte y dominante, con equilibrio y valor, con entrega y serenidad. Así después de una primera labor tesonera, logró hacerse de la oreja de su segundo a pesar de fallas con el acero, y consiguió la entrega de la gente que indudablemente le otorgó el trofeo en disputa con el aplauso unánime.

Michelito Lagravére intentó estar a la altura de las circunstancias, y como ya lo decíamos al principio, como todos los toreros en este mundo, debe recibir las oportunidades, sin embargo las distancias con sus alternantes fueron abismales.

Tuvo trazos de valía, momentos de compenetración y sustancia, pero no llegaron a tener una respuesta férrea entre los parroquianos que pese a los intentos del yucateco de origen francés por complacer, fueron duros jueces. Y es que pienso que aquí viene el punto. Un torero no debe complacer, debe entregarse y disfrutar cada segundo. Para de esa forma poder transmitir las sensaciones y transformarlas en emoción e inundar las alturas. Y Michele estaba agobiado por la falta de respuesta que recibió.

Triste tarde para un joven que quizá en otro momento logre funcionar, ya que con esa desesperación del que quiere pasar dejando huella, regaló un toro de San Mateo que acabó de enegrecer ese paso por la México siendo bravo y con un gran recorrido y con el que Michel se puso pesado al entrar a matar siendo abucheado.

Se acabó la temporada, vuelve a cerrar la plaza hasta nuevo aviso y los aficionados estarán en un ayuno prolongado.

Se disipan las pasiones. Ya no habrá motivos de reunión entre las peñas, los amigos que domingo a domingo se encuentran para comentar la corrida, antes con expectativa y después con el encanto de haber vivido una buena tarde. Otra vez la veremos en nuestro paso por el tránsito capitalino como esa catedral, como ese monumental templo de emociones, arte y valor que es el motivo de vidas de muchos de nosotros.

 

Por Alexa Castillo