“El bueno, el malo y el feo” como en la película de género Spaghetti Westrn parece el Picador cuando aparece en el Coso por una incorrecta formación  de la afición que no sabe apreciar un espectáculo artístico como es la Suerte de Varas. Los Picadores no tienen el mismo peso estético que en el pasado o se tiene otra visión sobre él diferente. El Picador continúa vistiendo de oro al igual que el Torero debido a que en la Tauromaquia desempeña un papel comediante. Así como en el antaño  eran anunciados los Picadores juntamente con los Matadores de toros situándolos en la misma altura así debemos esforzarnos en recuperar la dignificación de esta Arte. Está claro que un puyazo se valora siempre y en todas las plazas, pero la realidad es que en la mayoría de los Cosos se censura muy pronto a los varilargueros, conminándoles a que no castiguen al toro. Una cosa es la teoría y otra la practica como bien sabido es de todos.  Al único torero (subalterno)  al que públicamente le dicen “¡Que malo eres!” es al Picador, y no porque haga la suerte mal, con puyazos traseros o caídos, o porque no mueva al caballo o no cite de frente, sino que esa recriminación muchas veces se produce porque los puyazos han sido suaves.

Hay que picar al toro con independencia de las fuerzas que este tenga. ¿Cual son los fines de este arte de entrar a picar? 1/ Observar la bravura de la res.  2/ Ahormar y someter la embestida. 3/ Regular y codificar el poder de la res. 4/ Rectificar posibles tendencias o inclinaciones a un determinado comportamiento durante la lidia. 5/ Posibilitar Quites artísticos. 6/ Probar las cualidades de la res y su humillación. 7/ El toro cambia totalmente después de esta arte. Ejemplo: un toro que se venía a menos y que el público pedía que entrara a corrales de repente se levanta y va a más. 8/ Para la salud y bienestar del animal, para que no padezca una parada de corazón por la aceleración del ritmo de la sangre.

Ciertamente estos fines no son únicos ni definitivos, se pueden tener distintos enfoques,  y depende mucho desde quien son  estudiados. No es lo mismo que sea observado por el mismo Ganadero, que por el Veterinario, que por un Profesor Universitario Animalista, que por un Torero- Matador de toros, que por un Poeta o Filosofo existencialista, que por un Antropólogo defensor de la dignidad de la persona humana, que por un Escultor de la historia. Cada uno aporta su sapiencia y su enfoque. Esta Suerte de entrar a picar se incorporo por primera vez a un Reglamento Nacional en el año 1930 aunque ya existían ciertos “reglamentos”.  Desde el siglo XVIII se vienen elaborando asuntos al respecto.

Esta Suerte es absolutamente necesaria en una Corrida de toros, y aún lo es mas en el momento de la Tienta en el campo. En el Reglamento del año 1996 se dice que el Picador ejecutara este arte obligando a la res por derecho y por la derecha quedando prohibido tapar la salida de la res y su expresividad, girar alrededor de la misma, insistir o mantener el castigo incorrectamente aplicado. En el Reglamento Taurino del año 1917 se cita que el Picador debe lanzar la puya que debe caer sobre el morrillo – en la parte final del mismo- y no en la cruz. Es necesario que sea en el  morrillo porque es en donde más masa muscular y grasa subcutánea se acumula durante la lidia y se tiene que liberar de ella. Se trata asimismo de acondicionar  y ajustar al toro  que se puede crecer o menguar, rebajar el poder sanguíneo del animal,  prepararlo en todos los sentidos, y descongestionarlo con la liberación prudencial. Se le tiene que picar de un modo ordenado, equilibrado, y sin abuso; y el toro ha de ser pronto al cite del Picador. Se trata de medir al toro con el caballo  para que no agote antes de tiempo sus limitadas fuerzas.  Esta Suerte se trasformara en una obra de arte cuando exista una excelente colocación entre toro, torero, subalterno y picador. Se busca, naturalmente, el lugar más alejado de Toriles, para que de esa manera no influyan las querencias. Es un Tercio Vital que en el pasado tenía mucha trascendencia y hoy ha quedado denostado como mal concebido.

Se deben conocer las Suertes, los cites, las posiciones, las ganaderías, las querencias naturales o causales, la expresividad de las distancias, las maneras de recibirse en suerte, la carga sobre el palo,…. El toro tiene que ser el protagonista en esta suerte y mostrarse tal y como es. Se tiene que tener en cuenta las características del toro y la fuerza del caballo siempre protegido. Ciertamente cuanto más se conoce más se la considera como hermosa y arrogante esta Suerte.

La suerte de varas, el oficio del picador, las puyas que se acoplan al término de la vara de picar, la punta de la puya,  el tope , el peto y su distancia del suelo ha evolucionado muchísimo de hace 100 años a  día de hoy. Queda mucho por hacer para que se recupere la dignificación de la Suerte de Varas y del Picador pero algo ya se ha avanzado de 50 años atrás hasta aquí. En España depende mucho este arte de entrar a picar y sus características de las regiones. Por ejemplo, teniendo en cuenta que la protección, la domación y la preparación  del caballo es de categoría en comparación con otras décadas, dista mucho Andalucía en donde las puyas son menores a Castilla la Mancha en donde las puyas son mayores. Aunque de aquí a 50 año se pueden seguir produciendo cambios y revisiones sobre las puyas.

La Suerte de Varas  puede tener  distintos enfoques, como ya hemos citado anteriormente, conforme a la dimensión y al valor que se la quiera dar. No es lo mismo una visión animalista que una visión antropológica, no es lo mismo situar al hombre en el centro que al animal.

 

Fotografia Andre Viard

Por David Benavente