El capeo a caballo, también conocido como la Suerte Nacional Peruana, consiste en la lidia a caballo de un toro bravo sirviéndose de una capa o capote para atemperar y dirigir la embestida del toro en su salida al ruedo.
Tiene sus orígenes en el Virreinato del Perú, a finales del siglo XVIII, y respondía a la necesidad, en el inicio de la lidia, de templar a un tipo de toro que se arrancaba pronto y con fuerza. Por entonces, y hasta la culminación de la Independencia de Perú, la Suerte Nacional Peruana se alternó con la clásica Suerte de Varas. Tras la emancipación y con la llegada de la República, el capeo a caballo se impuso a la pica a caballo, considerada como una suerte propia de España, y alcanzó su máximo esplendor durante el siglo XIX donde Perú conoció a grandes capeadores. Sin embargo, con el cambio de centuria, y con los nuevos derroteros que comenzó a tomar la Tauromaquia, se volvió a imponer la Suerte de Varas sobre la Suerte Nacional Peruana. Ésta quedó en desuso y solo se práctico de manera específica y puntual hasta nuestros días.

📸 Capeadores a caballo de la Colección de Acuarelas de Pancho Fierro (siglo XIX), Archivo de El Comercio.