Antes de comprobar cómo el toro ha sido dignificado y elevado a la categoría de Dios en los Libros Sagrados examinemos a grandes pinceladas que es la Biblia para que  después podamos  aterrizar sobre este precioso animal destinado a ser sacrificado, lidiado e inmolado.

La Biblia es la recopilación de los libros que componen la Sagrada Escritura, dividida en Antiguo y Nuevo Testamento. Es Sagrada porque indica propiamente lo que está separado, reservado, consagrado y apartado de una manera indivisible y digna de un profundo respeto, y al mismo tiempo está ligada a la Revelación Divina, es decir, a la Palabra de Dios que interpreta, purifica, ilumina, juzga y enseña. Esta Escritura además de ser Sagrada es Santa conforme al adjetivo neutral plural en relación con sus palabras contenidas que son vivas y eficaces, algo más que simples letras por estar relacionado con la Santidad de Dios. El nombre Biblia se impuso debido a los pensadores y teólogos griegos marcando con esto que la Biblia no es meramente un libro sino un océano sin horizonte en el que nos tenemos que adentrar.

Esto es importante entenderlo bien, dejarlo bien claro,  dado que la Adoración del Toro Sagrado era común en el mundo antiguo, en el mismo contexto en el que se escribieron gran parte de  los libros de la Sagrada Escritura llamada Biblia.

La  fuente de conocimiento viene de Egipto, y luego paso a los pueblos de la Mesopotamia Antigua y la Grecia Helenista. El toro fue venerado en Egipto bajo cuatro formas por lo menos. La más conocida e importante es sin duda alguna HAP, como lo llamaron los egipcios, EPAFOS los griegos y APIS, como finalmente llegó hasta nosotros, que significa dios creador.

Entresacamos algunas citas Bíblicas en donde aparecen los Becerros, los Novillos, las Vacas y los Toros en  este Libro Sagrado y Santo que es medicina del alma y que se llama Sagrada Escritura o Biblia.

Becerro

Génesis 15, 9 “Y le dijo: Apártame un becerro de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino”.

Génesis 18, 7 “Corrió también Abraham a la vacada y tomó un becerro tierno y bueno, y se lo dio al criado, que se apresuró a prepararlo”. (Lidiarlo y matarlo).

1 Reyes 12, 28 “Y el rey tomó consejo, hizo dos becerros de oro, y dijo al pueblo: Es mucho para vosotros subir a Jerusalén; he aquí vuestros dioses, oh Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto”.

Nehemías 9, 18 “Ni siquiera cuando se hicieron un becerro de metal fundido y dijeron: «Este es tu dios que te sacó de Egipto, y cometieron grandes blasfemias, Tú, Señor Dios,  en tu gran compasión, no los abandonaste en el desierto; la columna de nube no los dejó de día, para guiarlos en el camino, ni la columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde debían andar…”

Salmo 106, 19 “Hicieron becerro en Horeb, y adoraron una imagen de fundición”.

Jeremías 34, 18 “Y entregaré a los hombres que han transgredido mi pacto, que no han cumplido las palabras del pacto que hicieron delante de mí, cuando cortaron en dos el becerro y pasaron entre los pedazos.”

Oseas 8, 5 “Tu becerro, oh Samaria, te hizo alejar; se encendió mi enojo contra ellos, hasta que no pudieron alcanzar inocencia”.

Malaquías 4, 2 “Mas para vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada”.

Lucas 15, 23 “Y traed el becerro grueso, y matadlo, y comamos, y hagamos banquete;”

Hechos de los Apóstoles 7, 41 “En aquellos días hicieron un becerro y ofrecieron sacrificio al ídolo, y se regocijaban en las obras de sus manos”.

 

Novillo

Jeremías 46, 20 “Novillo hermoso es Egipto, mas un tábano del norte viene; ya viene”.

Jueces 14, 18” Si no hubiereis arado con mi novillo, no habríais descubierto mi enigma. Entonces el Espíritu del Señor  Dios vino sobre él con gran poder”.

Jeremías 31, 18 “Escuchando, oí a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme y seré convertido; porque tú eres el Señor mi Dios”.

Jeremías 50, 11 “Porque os alegráis, porque os regocijáis, saqueadores de mi heredad, porque saltáis como novillo trillador y relincháis como caballos sementales,”

Oseas 4, 16 “Puesto que Israel es terco como novillo indómito, ¿los pastoreará ahora el Señor como a un cordero en campo espacioso?”.

Oseas 10, 11 “Efraín es novillo domado, amador del trillar; mas yo pasaré sobre su lozana cerviz; yo haré llevar yugo a Efraín; arará Judá, quebrará sus terrones Jacob”.

Vaca

Génesis 41, 2 “Y de pronto, del Nilo subieron siete vacas de hermoso aspecto y gordas, y pacían en el carrizal”.

Génesis 41, 27. “Y las siete vacas flacas y feas que subieron detrás de ellas son siete años, y las siete espigas quemadas por el viento solano serán siete años de hambre”.

1 Samuel 6, 7 «Ahora, prepare un carro nuevo con dos vacas que hayan parido y nunca hayan sido unidas. Enganche las vacas al carro, pero quíteles las pantorrillas y encájelas”.

Isaías 7, 21 “En aquel día cada uno criará una vacas y un par de ovejas;”

Isaías 11, 7 “La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja.”

Am 4, 1 “Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, las que oprimís a los pobres, quebrantáis a los menesterosos, y decís a vuestros maridos: Traed ahora, para que bebamos.”

Toros

Salmo 22, 12 “Muchos toros me han rodeado; Toros fuertes de Basán me han cercado.”

Hebreos 9, 13 “Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros, y la ceniza de la becerra rociada sobre los que se han contaminado, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo,..?”

Hebreos 10, 4 Porque es imposible que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados. Por lo cual, al entrar Cristo en el mundo, dice: «Sacrificio y Ofrendas no has querido, pero un cuerpo has preparado para Mí;……Entonces dije: «He aquí, yo vengo para hacer, Oh Dios, TU VOLUNTAD. …”

Al mismo Dios Todopoderoso, Creador del hombre y de los animales y de todo cuanto existe, se le hace la comparación con el toro, aunque parece ser que los antiguos traductores de la Biblia intentaron borrar las vestigios de tal símil taurino y su correspondiente simbología que aureolaba el espíritu de Dios, tal vez, para aumentar la distancia entre el Dios de Israel y las otras divinidades paganas de origen Cananeo que fueron concebidas a la luz del emblema del toro. Sin embargo, en  el Antiguo Testamento aún quedan pasajes importantes e imborrables que se manifiestan bajo el atributo taurino. Dios sin ser re-presentado como un toro sino más bien como un Señor Anciano y digno de Adoración asumirá los caracteres taurinos. Es más las manifestaciones Bíblicas de Dios pertenecen al ámbito del simbolismo Taurino. Por ejemplo la Fuerza Salvadora, la Vida que no muere, la Trascendencia, el Ser único. El Culto taurino de los antiguos Hebreos se ha de leer de esta manera, en donde aparece la palabra original hebrea Fuerte se ha de traducir por toro como subraya el profesor J.C Conrad. Y en donde se lee rama fértil se ha de traducir por toro fértil. El Dios Hebreo es el toro de Jacob. Más tarde el toro de Jacob es reemplazado por los traductores de la Biblia por el Dios de Jacob o el Fuerte de Jacob.

El Antiguo Testamento nos presenta a los Patriarcas o Soberanos Hebreos con caracteres taurinos. Se nos presenta a José como a un novillo sediento hacia la fuente; y a Moisés con Tiara de cuernos de toro. Y es que en  Hebreo brillar socialmente, moralmente y religiosamente era equivalente a estar coronado de cuernos “gloriosos”. – Entiéndase por gloria humana-.

El palacio de Salomón era un palacio con números toros,  por una parte porque el palacio se asentaba sobre doce toros que representaban los cuatro puntos cardinales; así como diferentes toros que representaban diferentes Querubines que poblaban su Celeste Templo.

De singular significado será en toda la Sagrada Escritura: el Becerro de oro; el Novillo expiatorio y su sangre derramada; y la fuerza del Faraón cotejado  su poder y autoridad con el dios toro.

Por David Benavente Sanchez