Llego la corrida más esperada de la feria del Corpus Christi en Granada. Un no hay billetes asegurado, un aliciente para el aficionado, y un “salvo-conducto” para la empresa. Hoy los ojos, las miradas, los pensamientos iban a parar al diestro de Galapagar, el fenómeno, José Tomás. El diestro eligió con buen ojo y criterio 4 toros, para su semi-encerrona en granada, 4 toros de Nuñez del Cuvillo, El Pilar, Garcigrande y Domingo Hernandez, con bonitas hechuras, y sin demasiado trapío, para no salir de tono con los toros que han saltado y saltaran a la plaza de la capital de provincia.

En estos momentos, cuando más falta hace ídolos, en la fiesta, el maestro de Galapagar, -por encima del bien y del mal- solo va a una feria, y eligiendo los toros, creo que eso rivaliza un poco con los ideales típicos de la tauromaquia, y la ideología bohemia, sacrificada y altruista que caracterizó alguna vez a la fiesta. A parte, que poco me gusta la moda de las corridas mixtas.

La pasión es única en Granada, la gente está alborotada, un hervidero de gente, bullicio, locura generalizada, y el maestro se presentó como un tempano de hielo. Serio y con la cabeza baja, hizo el paseíllo, algo más entregado y risueño su acompañante Sergio Galán.

El primer toro de la tarde de la ganadería de Benitez Cubero, fue muy parado de salida, y no fue mejorando durante el transcurso de la faena, el rejoneador lo intentó con mucho mérito y verdad, pero apenas pudo sacar agua de ese pozo seco. Saludos.

Volvía a los ruedos el monstruo de Galapagar, la figura, el torero, el veedor de toros. Con un toro bonito, de Núñez del Cuvillo, digo bonito, porque decir que es pequeño, es demasiado directo. El maestro fue calentando, a un toro que casi empujo en el caballo. La faena robo momentos de verdad, con otros de mayor distancia, pero el espectador de la plaza esta enloquecido, la faena fue algo sosa, más bien de calentamiento, el toro no daba para mucho más, pero las ganas de ver al maestro pesa, y la primera faena de dos orejas de la tarde. Incomprensiblemente.

Dos orejas más ha sumado en esta segunda faena, donde realizo un quite marca de la casa, capote por detrás, barbilla en el pecho, llamando al toro muy recto, quieto, atornillado, pasándoselo muy cerca, y citando con el centro del capote. El toro no fue picado, apenas un chispazo. La segunda faena, el segundo toro ya estaba en marcha, el jaleo en la grada, los estatuarios se hicieron presentes, mirada baja, barbilla apoyada en el pecho, inmóvil, y dejándose llegar al toro, luego de poquito lo fue metiendo en cesto, con la izquierda, donde baso la mayor parte de su faena. El toro respondió con recorrido pero no tanto con transmisión, pero el público esta encastado, sin sacar defectos, y solo valorando las virtudes. La naturalidad de JT se hizo eco en el tendido, y aunque le dio muerte a distancia, las orejas cayeron rápido.

Un toro típico del encaste Hidalgo-Barquero, un berrendo en negro, salió por la puerta de chiqueros para que Sergio Galán disfrutara el toreo a caballo. Con prontitud, ritmo y entrega, y esa parte de casta, tan necesaria para todo tipo de toreo. El rejoneador los disfrutó y le practicó su mejor toreo. A dos pistas, al hilo del estribo, de costado metió al espectador de lleno en la faena. Con los quiebros, las banderillas a dos manos, las rosas ya le sacó todo el jugo posible a su segundo y último toro. Lástima que pincho en repetidas ocasiones y no obtuvo el merecido premio.

Sale el toro de la ganadería El Pilar, de 501 kilos que hará de quinto en la tarde, y 3 en la cuenta particular de José Tomás, poco  pudo hacer en el saludo capotero. Un primer puyazo delantero, que empujó con un solo pitón, quite por chicuelinas ajustadas y rematando por una media, calentando al tendido. De momento el mejor toro, de la corrida. Un toro con casta, en el caballo, veremos si JT estará a la altura de un encastado aldeanueva o tal vez el toro es mentiroso y se acaba rajando. El maestro de Galapagar, empezó por doblones desde el tercio, por bajo, para más tarde meterle una tanda sin bajar la mano. La muleta plana, tocando con la panza, suave, dejando llegar al toro, sin agobiarle, dando espacio, a veces tiempo, entre cite y cite. El toro tiene se ha desinflado y a perdido poder, ahora JT apuesta por la naturalidad, y se pasa la muleta a la zurda, el toro empieza a protestar cuando se siente agobiado y podido. Por molinetes, dejando al toro llegar. Remata por alto. Estocada trasera y tendida. Un descabello. Saluda ovación.

Toreo a la verónica del caro para recibir al último toro de la tarde de la ganadería de Garcigrande. La tarde se fue animando, hasta explotar en un excesivo estasis, cierto que los naturales fueron rotundos y puros, cierto que estuvo bien colocado, pero no es tan cierto que la faena fuera para dos orejas y el rabo, hablando que estamos en una plaza de segunda, capital de provincia. La predisposición al triunfalismo es uno de los males que nos ronda muchas tardes en la tauromaquia. El rigor en la tauromaquia es igual de justo que necesario. La necesidad de mirar las faenas con objetividad es un aliciente que debería tener cada aficionado. En definitiva fue una buena tarde, pero tal vez excesiva en triunfos.

Por Juanje Herrero y Juan A. Viedma