Con un duelo de ganaderías no anunciado, con tres toros de Santa Rosa (poca presentación y juego) y tres toros de Trinidad ( bien presentados y de juego interesante), dejo en claro que Mariano Cruz Ordóñez manda en tu tierra, con su duende y con sus ganas abrió la puerta grande. Mientras que Alberto Aguilar que se presentaba y se despedía de Ecuador se llevó un apéndice, mientras que Román se fue de vacío.

A Mariano Cruz Ordóñez le correspondió el toro peor presentado de la tarde, de 426 kilos que parecía un novillo que abrió la tarde. Mariano salió a triunfar desde el primer momento. Después de pasar por el caballo hizo un quite por chicuelinas con sabor y cadencia en el centro del ruedo. Empezó llevando al toro con pases ligados que llegaron a sus paisanos que intentaron poner la transmisión que al toro le faltaba. Después de la segunda tanda el toro empezó a quedarse corto y reponer por lo que debía perderle pasos para intentar ligar las series. Recibió la oreja de sus paisanos después de una estocada caída y atravesada que causó un derrame en el toro.

Con el cuarto de la tarde un toro de Trinidad, serio y con hermosas hechuras. Lo llevo por verónicas al centro del ruedo rematando con gran torería una media de manos bajas. Los banderilleros riobambeños se lucieron con dos buenos pares. Cuando parecía indicar que el toro era de triunfo gordo y de haber iniciado con pases por alto, en la segunda tanda el toro empezó a mostrar sus querencias e irse a tablas. Con la izquierda el toro tenía mucha clase en su embestida, pero un poco brusca. Había que ir donde estaba el toro y Mariano lo comprendió, con la derecha templo la embestida y dándose gusto por el toreo en circular al filo de las tablas. Era de dos orejas pero la espada cayó baja y quedó en una con fuerte petición de la segunda.

Debut y despedida de Alberto Aguilar que en el segundo de la tarde,. Se lo llevó al centro toreando por verónicas. Después del caballo quito por faroles de pies que encendieron al público. Aguanto dos tandas y por el izquierdo no había mucho por hacer. Finalizó por molinetes tocando con más fuerza para que el toro pasará y no se quedará. La espada le quedó trasera y caída. Ovación.

Con otro gran toro castaño de Trinidad, con buenas hechuras y que en un principio parecía estar lesionado de sus cuartos traseros. Estaba justo de fuerzas, pero en el primer encuentro en el caballo rompió el palo y en el segundo encuentro se le picó lo justo, y con mucho mimo se lo trato en banderillas. Ya con la muleta, Alberto mostró su capacidad torera, curtido con ganaderías duras. Alberto dio al toro lo que pedía, después de probar al toro este se quedaba corto en  las embestidas, pedía toques fuertes y en cercanías para que el toro rompiera para adelante, explotando al toro sus embestidas por arriba y dejando claro por qué es un mimado de Madrid. La espada un poco caída, y todo quedó en una oreja ante una faena de lidia total.

Regresaba Román  a Riobamba después del triunfo en noviembre del año pasado. Lo recibió con buenas verónicas ante un astado bien presentado de Santa Rosa. Cuando el toro parecía moverse y tener transmisión empezó a quedarse cada vez más corto y reponer con gran rapidez. Después de intentar con la izquierda y dejar un par de naturales sueltos, el toro se quedaba entre pase y pase, sin que Román pueda ligar. Estoconazo en todo lo alto, pero el toro demoró en caer y un fallo con el descabello. Todo quedó en silencio.

Ovacionado termino en el sexto y con claros dólares después de la cornada de Sevilla.  Un Fusilero de 469 Kg se puso al frente del Valenciano. Otro toro con trapío y con mucha fuerza. Sí bien es cierto peleó en el caballo no recibió mucho castigo. Brindis al empresario de la plaza José Luis Bruzzone. Un toro con fijeza, que pedía desde el inicio mucha técnica y el correcto manejo de las distancias que dejó al valenciano relajarse en la primera tanda por el lado derecho. Pero tristemente se empezó a quedar sin fondo como el resto de la corrida y al tercer muletazo le costaba arrancarse. No todo fue limpio por el pitón izquierdo. El toro llegaba a tocar la franela y deslucir el muletazo. Tres molinetes quieto sin enmendarse fueron el epílogo de su faena que se vio empañada por los aceros. Ovación.

Tres toros de Santa Rosa (diferente presentación y de poco juego) y tres de Trinidad ( con trapío y con teclas)

Media plaza en sus tendidos.

Cruz Ordóñez: oreja y oreja

Alberto Aguilar: ovación y oreja

Román: silencio y ovación

Escrito: Edwin Baño